¿Cómo ser una persona optimista?

El optimismo puede hacernos la vida mucho más fácil y aunque no lo creas, ser positivo es mucho más sencillo de lo que imaginas. A continuación te sugiero algunos consejos para que comiences a enfrentar el día a día de forma más optimista. El secreto está en dejar de imaginarse una vida sin problemas o adversidades, para comenzar a aceptar que las dificultades son parte de la vida y que depende de cómo las enfrentemos, es cuánto nos afectarán.
Enfrentar de manera positiva y optimista lo que nos depara la vida todos los días, no sólo nos ayuda a ser más felices, sino que también nos ayuda a vivir más y mejor. Pero, ¿cómo podemos lograr enfrentarnos a los problemas en forma positiva cuando éstos nos invitan a lo contrario?, ¿cómo puedo ser una persona más optimista? Para tu tranquilidad, el optimismo es algo que se cultiva, no con lo que se nace, por lo que todos podemos convertirnos en personas más positivas.
Las personas optimistas prefieren ser constantes a esperar tener buena suerte. Tanto los acontecimientos positivos como los negativos que nos suceden, son factores que no siempre podemos controlar, por ello, para alcanzar el éxito, es preferible concentrarnos en ser tenaces, esforzados y entusiastas, en lugar de esperar que nos llegue un “golpe de suerte”.
 Quienes enfrentan la vida con optimismo, confían en que podrán superar las adversidades y en que podrán aprender de los acontecimientos negativos. Las personas positivas sacan provecho de lo negativo que les sucede, encontrando siempre un aspecto que rescatar para fortalecerse como personas.
 Las personas optimistas se proponen un camino claramente definido, con metas concretas y posibles de alcanzar, no se acongojan con objetivos imposibles. Mantienen los pies sobre la tierra y son conscientes de sus propias limitaciones y de las del entorno. No se nace optimista, sino que se decide ser optimista desde las vivencias que se hayan tenido, tanto buenas como malas, cuando se tiene la capacidad de ver el lado bueno que tienen todas las cosas y cuando se está dispuesto a ir siempre hacia delante con confianza y sin miedo, a pesar de los contratiempos.
El optimista ve oportunidades y desafíos en cada obstáculo, oportunidades para aprender y desafíos para comprobar que puede hacer lo que se propone y ser fiel a sí mismo. No significa ser simple o ingenuo ni refleja debilidad, sino por el contrario, muestra la actitud de lograr los propósitos pensando en positivo, hablando de ello con entusiasmo y actuando de acuerdo a lo pensado y dicho, sostenido por el deseo y la voluntad de desarrollarse y crecer e impulsado por una motivación clara, decidida y tenaz.
Ser optimista no es fácil en un contexto donde abunda el pesimismo y donde esta actitud positiva se puede confundir con desinterés por los que sufren infortunios. El optimismo no es una actitud egoísta centrada en si mismo ni se trata de algo que se pueda obtener por arte de magia, sino que es una forma de encarar la realidad en forma positiva, perfectamente posible, con toda la energía y el esfuerzo que se necesita y fortalecidos por la esperanza.
Para darse cuenta de los obstáculos que se presentan para entorpecer la vida, es necesario revisar los pensamientos personales y de los que nos rodean; porque más importante que empeñarse en ser optimista es eliminar la propia negatividad y permanecer libre de la influencia de los otros. El optimista no guarda resentimientos ni rencores, trasciende su pasado y se concentra en el presente, colecciona amigos, no se enoja por cualquier cosa, no se queja, perdona, acepta y agradece, y esta actitud le renueva la vida por dentro y por fuera.
Cuando una persona desarrolla su potencial se pone de buen humor y tiende naturalmente a sentirse optimista porque espontáneamente las cosas le salen bien y la realidad parece acomodarse a esas circunstancias. Sólo los pensamientos negativos y el diálogo interno la transforman en pesimista y a desconfiar de sus aptitudes y habilidades.
El optimismo se relaciona con proyectarse positivamente hacia el futuro, pero también, con evaluar en forma positiva lo que nos sucede día a día. Las personas optimistas están consientes de que el verdadero bienestar proviene de las situaciones corrientes del diario vivir. Disfrutar el presente sin preocuparse del mañana es un placer que pocos practican. No quiero decir que no debemos preocuparnos por forjarnos un futuro y prevenirlo, ahorrando etc. solo el permitirnos vivir el presente y ser felices, sin pasarte la vida pensando en el mañana y no seas feliz en el hoy. Si te resulta difícil el ser optimista vale la pena que busques ayuda psicológica, ya que vivir en el pesimismo y negativismo te enferma y no te permite ser feliz.