¿Por qué es tan malo despertarse en mitad de la noche?

¿Qué tan seguido despiertas a mitad de la noche? Te explicamos cómo está afectando a tu descanso.

Los papás de recién nacidos (y cualquiera que se despierte unas cuantas veces en mitad de la noche) saben que la “niebla en el cerebro” y el malhumor al levantarse existen de verdad. Además, ahora hay investigaciones que les dan la razón.
Un estudio publicado en la revista Sleep Medicine muestra que la capacidad cognitiva, la concentración y el estado de ánimo se ven influidos negativamente por la interrupción del sueño, del mismo modo que ocurriría al dormir sólo cuatro horas.
“El sueño de muchos padres a menudo se ve interrumpido por factores externos, como un bebé que llora durante la noche. Los médicos de guardia, que pueden recibir varias llamadas en mitad de la noche, también sufren estas interrupciones”, comenta el investigador Avi Sadeh, profesor de la Escuela de Ciencias Psicológicas en la Universidad de Tel Aviv. “Los momentos de vigilia pueden ser relativamente cortos, de entre cinco y diez minutos, pero afectan al ritmo natural del sueño“.
Para el estudio, Sadeh y otros investigadores analizaron durante dos noches a 61 adultos sanos (40 de los cuales mujeres), de edades comprendidas entre los 20 y los 29 años. Una noche, los participantes durmieron normal, pero la otra, se les asignaron horarios de sueño restringidos (sólo podían dormir cuatro horas) o se les despertaba en mitad de la noche (cuatro veces durante las ocho horas que permanecieron en la cama). Para los participantes que tuvieron que despertarse, cada vigilia duraba unos 15 minutos y se les pedía que realizaran una breve tarea en el ordenador antes de que se les permitiera volver a la cama.

Los investigadores monitorizaban el sueño con diarios del sueño y actigrafías. La mañana siguiente a cada una de las noches, los participantes tuvieron que pasar alguna prueba y contestar cuestionarios para valorar su estado de ánimo, su nivel de alerta y su capacidad de atención.

Todos los participantes (los que tuvieron un horario de sueño reducido y los que se despertaron varias veces) experimentaban problemas de atención y más confusión, fatiga y depresión como consecuencia de la mala noche que habían pasado. Los investigadores señalaron que aunque el estudio sólo examinaba las secuelas de una mala noche de sueño, “estos efectos se acumulan y, por tanto, sabemos que el precio que pagan los padres de recién nacidos, que se despiertan entre tres y diez veces cada noche durante varios meses, es enorme”, explicaba Sadeh en el comunicado.

Traducción de Marina Velasco Serrano. Con información de Huffpost