pandemia <\/a>del nuevo coronavirus.<\/p>\n\n\n\nLos programas de radio y televisi\u00f3n tienen cobertura ininterrumpida sobre las \u00faltimas cifras de muerte y, dependiendo de a qui\u00e9n sigas, las plataformas de redes sociales est\u00e1n llenas de estad\u00edsticas aterradoras, consejos pr\u00e1cticos o humor negro.<\/p>\n\n\n\n
Este bombardeo constante de informaci\u00f3n puede provocar una mayor ansiedad, con efectos inmediatos en nuestra salud mental. Pero el sentimiento constante de amenaza puede tener otros efectos m\u00e1s traicioneros en nuestra psicolog\u00eda.<\/strong><\/p>\n\n\n\n\n\nDebido a algunas respuestas a las enfermedades que fueron evolucionando con los siglos, el miedo al covid nos lleva a ser m\u00e1s conformistas y primitivos, y menos receptivos a la excentricidad<\/strong>. <\/h2>\n\n\n\nEl miedo al covid puede tener otros efectos m\u00e1s traicioneros en nuestra psicolog\u00eda.<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\n\nNuestros juicios morales y actitudes sociales m\u00e1s conservadoras se vuelven m\u00e1s estrictas cuando consideramos temas como la inmigraci\u00f3n o la libertad e igualdad sexual.<\/p>\n\n\n\n
Los recordatorios diarios de enfermedades pueden incluso influir en nuestras afiliaciones pol\u00edticas.<\/p>\n\n\n\n
Los recientes informes de aumento de xenofobia y racismo pueden ser el primer signo de esto, pero si las predicciones de la investigaci\u00f3n cient\u00edfica son correctas, pueden reflejar cambios sociales y psicol\u00f3gicos mucho m\u00e1s profundos.<\/p>\n\n\n\n
Sistema inmunol\u00f3gico conductual<\/h2>\n\n\n\n Como gran parte de la psicolog\u00eda humana, estas respuestas a la enfermedad deben entenderse en el contexto de la prehistoria.<\/p>\n\n\n\n
Antes del nacimiento de la medicina moderna, es muy probable que las enfermedades infecciosas fueran una de las mayores amenazas para nuestra supervivencia.<\/p>\n\n\n\n
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Las enfermedades infecciosas han estado dando forma a nuestra evoluci\u00f3n durante millones de a\u00f1os, alterando nuestra psicolog\u00eda y nuestra fisiolog\u00eda.<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\n\nEl sistema inmune tiene algunos mecanismos sorprendentes para cazar y matar a esos invasores pat\u00f3genos.<\/p>\n\n\n\n
Desafortunadamente, estas reacciones nos dejan sinti\u00e9ndonos con sue\u00f1o y sin energ\u00eda<\/strong>, lo que significa que nuestros antepasados enfermos no habr\u00edan podido realizar actividades esenciales, como la caza, la recolecci\u00f3n o la crianza de los hijos.<\/p>\n\n\n\nEstar enfermo tambi\u00e9n es fisiol\u00f3gicamente costoso.<\/p>\n\n\n\n
El aumento de la temperatura corporal durante la fiebre, por ejemplo, es esencial para una respuesta inmune efectiva, pero esto resulta en un incremento del 13% en el consumo de energ\u00eda del cuerpo. Y cuando la comida escaseaba, eso habr\u00eda sido una carga seria.<\/p>\n\n\n\n
“Enfermarse y permitir que este maravilloso sistema inmunol\u00f3gico funcione es realmente costoso”<\/strong>, dice Mark Schaller de la Universidad de Columbia Brit\u00e1nica, en Vancouver, Canad\u00e1.<\/p>\n\n\n\n“Es como un seguro m\u00e9dico, es genial tenerlo, pero realmente apesta cuando tienes que usarlo”.<\/p>\n\n\n\n
Por lo tanto, cualquier cosa que reduzca el riesgo de infecci\u00f3n en primer lugar deber\u00eda haber ofrecido una clara ventaja de supervivencia.<\/p>\n\n\n\n
E<\/p>\n\n\n\n
El miedo al covid nos hace m\u00e1s conformistas y menos receptivos a la excentricidad. Nuestros juicios morales se vuelven m\u00e1s estrictos y las actitudes sexuales, m\u00e1s coservadoras”David Robson<\/strong> escritor cient\u00edfico especializado en el funcionamiento del cerebro, el cuerpo y el comportamiento humano.<\/p>\n\n\n\nPor esta raz\u00f3n, desarrollamos un conjunto de respuestas psicol\u00f3gicas inconscientes<\/strong>, que Schaller ha denominado el “sistema inmunol\u00f3gico de conducta”<\/strong> (behavioural immune system<\/em>, en ingl\u00e9s), para que act\u00faen como una primera l\u00ednea de defensa con el objetivo de reducir nuestro contacto con posibles pat\u00f3genos.<\/p>\n\n\n\nLa respuesta del sentido del gusto<\/strong> es uno de los componentes m\u00e1s obvios del sistema inmunitario de conducta.<\/p>\n\n\n\nCuando rechazamos cosas que huelen mal o alimentos que creemos que no est\u00e1n limpios, intentamos instintivamente evitar el posible contagio.<\/p>\n\n\n\n
La mera sugerencia de que ya hemos comido algo podrido puede llevarnos a vomitar, expulsando la comida antes de que la infecci\u00f3n haya tenido la oportunidad de alojarse.<\/p>\n\n\n\n
Investigaciones cient\u00edficas sugieren tambi\u00e9n que tendemos a recordar m\u00e1s fuertemente el material que desencadena el asco<\/strong>, lo que nos permite recordar (y evitar) las situaciones que podr\u00edan ponernos en riesgo de enfermedad m\u00e1s adelante.<\/p>\n\n\n\nLa respuesta del sentido del gusto ha evolucionado como una forma de evitar cosas que podr\u00edan enfermarnos, como una comida o bebida que se ech\u00f3 a perder.<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\n\nDado que los humanos son una especie social que evolucion\u00f3 para vivir en grandes grupos, el sistema inmunitario de conducta tambi\u00e9n modific\u00f3 las interacciones con las personas para minimizar la propagaci\u00f3n de una enfermedad, lo que condujo a una especie de distanciamiento social instintivo.<\/strong><\/p>\n\n\n\nEstas respuestas pueden ser bastante duras, ya que nuestros antepasados no habr\u00edan entendido las causas espec\u00edficas de cada enfermedad o la forma en que se transmitieron.<\/p>\n\n\n\n
“El sistema inmunol\u00f3gico de conducta funciona con una l\u00f3gica de ‘m\u00e1s vale prevenir que curar’<\/strong>“, dice Lene Aar\u00f8e, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.<\/p>\n\n\n\nEsto significa que las respuestas a menudo est\u00e1n fuera de lugar y pueden ser desencadenadas por informaci\u00f3n irrelevante, alterando nuestra toma de decisiones morales y opiniones pol\u00edticas sobre temas que no tienen nada que ver con la amenaza actual.<\/p>\n\n\n\n
Miedo al covid, El distanciamiento social suele ser instintivo si hay una amenaza de enfermedad.<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\n\nVarios experimentos han demostrado que nos volvemos m\u00e1s conformistas y respetuosos de las convenciones cuando sentimos la amenaza de una enfermedad.<\/p>\n\n\n\n
Uno de ellos fue llevado a cabo por Schaller.<\/p>\n\n\n\n
El especialista primero prepar\u00f3 a los participantes para que se sintieran amenazados por una infecci\u00f3n, pidi\u00e9ndoles que describieran un momento en que hab\u00edan estado enfermos anteriormente y luego les dio varias pruebas para medir su tendencia a conformarse.<\/p>\n\n\n\n
En una de ellas, propuso a los estudiantes un cambio en el sistema de calificaci\u00f3n de la universidad y ellos deb\u00edan votar colocando un centavo en un frasco marcado con la leyenda “de acuerdo” o “en desacuerdo”.<\/p>\n\n\n\n
Una mayor sensibilidad a la enfermedad llev\u00f3 a los participantes a seguir a la mayor\u00eda y colocar su centavo en el frasco con la mayor cantidad de monedas. Fueron influenciados por la popularidad en lugar de ir contra la corriente con su propia opini\u00f3n.<\/strong>El sistema inmunol\u00f3gico conductual funciona con una l\u00f3gica de ‘m\u00e1s vale prevenir que curar'”.Lene Aar\u00f8e<\/strong> <\/p>\n\n\n\nCuando se les pregunt\u00f3 sobre el tipo de personas que les gustaban, los participantes que estaban preocupados por la enfermedad prefirieron a las personas “convencionales” o “tradicionales”, y ten\u00edan menos probabilidades de sentir afinidad con las personas “creativas” o “art\u00edsticas”.<\/p>\n\n\n\n
Aparentemente, cualquier signo de pensamiento libre, incluso de invenci\u00f3n e innovaci\u00f3n, se valora menos cuando existe el riesgo de contagio.<\/p>\n\n\n\n
En los cuestionarios tambi\u00e9n es m\u00e1s probable que est\u00e9n de acuerdo con declaraciones como “romper las normas sociales puede tener consecuencias nocivas e involuntarias”.<\/strong><\/p>\n\n\n\nEs posible que esos resultados parezcan bastante distantes de lo que vemos hoy en la televisi\u00f3n y la cobertura en l\u00ednea de las noticias.<\/p>\n\n\n\n
Pero los investigadores de la Universidad de Hong Kong tambi\u00e9n evaluaron a personas exponi\u00e9ndolas a escenas de la pel\u00edcula “Epidemia” o “Estallido” (Outbreak, en ingl\u00e9s), que podr\u00edan parecerse m\u00e1s a algunos de los informes period\u00edsticos actuales.<\/p>\n\n\n\n
Las im\u00e1genes alusivas de una pandemia los llevaron a valorar la conformidad y la obediencia sobre la excentricidad o la rebeli\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n
Cuando hay temor a una enfermedad, nos volvemos m\u00e1s vigilantes y nos convertimos en jueces del comportamiento del otro.<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\n\nVigilancia moral<\/h2>\n\n\n\n \u00bfPor qu\u00e9 el sistema inmunol\u00f3gico de conducta cambiar\u00eda nuestro pensamiento de esta manera?<\/p>\n\n\n\n
Schaller argumenta que muchas de nuestras reglas sociales t\u00e1citas, como las formas en que podemos y no podemos preparar alimentos, la cantidad de contacto social que se acepta y no se acepta, o c\u00f3mo deshacerse de los desechos humanos, pueden ayudar a reducir el riesgo de infecci\u00f3n<\/a>.<\/p>\n\n\n\n“A lo largo de gran parte de la historia humana, muchas normas y rituales cumplen esta funci\u00f3n de mantener a raya a las enfermedades”<\/strong>, asegura Schaller.<\/p>\n\n\n\n“Las personas que se ajustan a esas normas prestaron servicios de salud p\u00fablica, y las personas que violaron esas normas no solo se pusieron en riesgo sino que tambi\u00e9n afectaron a otros”.<\/p>\n\n\n\n
Como resultado, es beneficioso ser m\u00e1s respetuoso con la convenci\u00f3n ante un brote contagioso.<\/p>\n\n\n\n
La misma l\u00f3gica puede explicar por qu\u00e9 nos volvemos m\u00e1s vigilantes moralmente<\/strong> en un brote.<\/p>\n\n\n\nLos estudios demostraron que cuando tememos al contagio, tendemos a ser m\u00e1s severos cuando juzgamos un incumplimiento de lealtad (como un empleado que habla mal de su empresa) o cuando vemos a alguien que no respeta a una autoridad (como un juez).<\/p>\n\n\n\n
Claro que esos incidentes particulares no har\u00edan nada para propagar la enfermedad, pero al ignorar la convenci\u00f3n, han dado la se\u00f1al de que pueden romper otras reglas m\u00e1s relevantes que existen para mantener a la enfermedad lejos.<\/p>\n\n\n\n
Incluso pensar en una situaci\u00f3n como una pandemia puede hacer que las personas valoren la conformidad sobre la excentricidad.<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\n\nIncluso los recordatorios extremadamente sutiles sobre la enfermedad pueden dar forma a nuestros comportamientos y actitudes.<\/p>\n\n\n\n
Miedo al covid. Simplemente pedirle a la gente que se pare junto a un desinfectante de manos provoc\u00f3 que los participantes de un estudio expresaran actitudes m\u00e1s conservadoras asociadas con un mayor respeto por la tradici\u00f3n y la convenci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n\n\n
En el mismo estudio, el aviso de lavarse las manos llev\u00f3 a los participantes a ser m\u00e1s cr\u00edticos con los comportamientos sexuales no convencionales.<\/strong><\/p>\n\n\n\nPerdonaban menos a una mujer que les dijeron que se masturbaba mientras sosten\u00eda su osito de peluche, por ejemplo, o a una pareja que tuvo relaciones sexuales en la cama de una de sus abuelas.<\/p>\n\n\n\n