{"id":47151,"date":"2021-01-04T10:00:19","date_gmt":"2021-01-04T10:00:19","guid":{"rendered":"https:\/\/revistagenteqroo.com\/?p=43400"},"modified":"2021-07-06T12:55:34","modified_gmt":"2021-07-06T12:55:34","slug":"impacto-socio-economico-del-embarazo-adolescente","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/revistagenteqroo.com\/impacto-socio-economico-del-embarazo-adolescente\/","title":{"rendered":"Impacto socio-econ\u00f3mico del embarazo adolescente"},"content":{"rendered":"
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Un informe del FPNU cuantifica el impacto socioecon\u00f3mico de los embarazos adolescentes en seis pa\u00edses de Latinoam\u00e9rica, la segunda regi\u00f3n del mundo en fecundidad adolescente<\/h4>\n<\/blockquote>\n

Impacto socio-econ\u00f3mico del embarazo adolescente.<\/a> “Mi est\u00f3mago iba creciendo, fui al centro de salud con mi mam\u00e1 y nos dijeron que iba a tener un beb\u00e9. Tuve mucho miedo, porque estaba muy chiquita y no sab\u00eda si iba a aguantar el dolor”, relata Blanca (nombre ficticio) a Deutsche Welle, desde Guatemala.<\/p>\n

Cuando qued\u00f3 embarazada producto de una violaci\u00f3n, Blanca ten\u00eda 13 a\u00f1os. Ahora ya tiene 15 y una hija de 1 a\u00f1o. Ambas viven en un centro de La Alianza<\/a>, instituci\u00f3n financiada con fondos de distintas organizaciones internacionales y que lleva a cabo en Guatemala un programa de atenci\u00f3n integral y estrat\u00e9gica dirigido fundamentalmente a v\u00edctimas de violencia sexual y trata.<\/p>\n

Embarazos no deseados, maternidades impuestas<\/h4>\n

Am\u00e9rica Latina registra la segunda tasa de embarazos adolescentes del mundo.<\/a>De hecho, el 18 por ciento de los nacimientos de toda la regi\u00f3n se deben a madres menores de 20 a\u00f1os. Los cuerpos y las vidas de las j\u00f3venes sufren el fuerte impacto de una gestaci\u00f3n la mayor\u00eda de las veces no deseada y de una maternidad en muchas ocasiones impuesta dentro una sociedad en la que el valor de la mujer se mide por su rol como madre.<\/p>\n

Como apunta el reciente informe del Fondo de Poblaci\u00f3n de Naciones Unidas titulado\u00a0“Consecuencias Socioecon\u00f3micas del Embarazo en la Adolescencia en seis pa\u00edses de Am\u00e9rica Latina y el Caribe”,<\/a> muchos de estos embarazos son producto de la falta de informaci\u00f3n, el acceso limitado a los m\u00e9todos anticonceptivos y la violencia sexual y de g\u00e9nero.<\/p>\n

Abusos sexuales normalizados<\/h4>\n

Impacto socio-econ\u00f3mico del embarazo adolescente.<\/a> Todos estos factores se dan en Guatemala, uno de los pa\u00edses con la tasa de fecundidad adolescente m\u00e1s elevada de Am\u00e9rica Latina y en donde la violencia sexual de ni\u00f1as y adolescentes est\u00e1 “normalizada”,<\/a> dice a Deutsche Welle Carolina Escobar, escritora y directora nacional de La Alianza. “Tuvimos una ni\u00f1a embarazada por su abuelo, que hab\u00eda violado tambi\u00e9n a otras muchachas de la familia. Esas v\u00edctimas ya grandes, con sus hijos, defend\u00edan al agresor y nos esperaban fuera de la sala de audiencias para tirarnos piedras, porque el abuelo manten\u00eda a toda la familia y las mujeres lo ve\u00edan como su \u00fanica fuente de ingresos para ellas y sus hijos”. As\u00ed relata Carolina Escobar uno de los casos que La Alianza acompa\u00f1\u00f3 en los tribunales dentro de su programa, que incluye el acceso a la Justicia para las v\u00edctimas.<\/p>\n

La defensa social del agresor cobra aqu\u00ed una \u00edndole econ\u00f3mica, pero el problema es complejo y multidimensional, est\u00e1 incrustado en una sociedad machista y conservadora y se agrava especialmente en situaciones precarias. “Cuando el abuso ocurre, las mujeres adultas de la familia solo voltean la mirada”, apunta Escobar.<\/p>\n

Dram\u00e1tico impacto en sus vidas<\/h4>\n

Impacto socio-econ\u00f3mico del embarazo adolescente<\/a>.<\/strong> “Mi vida cambi\u00f3 mucho cuando qued\u00e9 embarazada. Es un tiempo que yo all\u00e1 afuera hubiera aprovechado para estudiar”, prosigue Blanca. “Yo desde chiquita quer\u00eda ser maestra”, agrega la joven de 15 a\u00f1os.<\/p>\n

\u00a0“Ni sus cuerpos, ni su sistema nervioso est\u00e1n listos para un evento tan traum\u00e1tico como un nacimiento. Ya la adolescencia es traum\u00e1tica en s\u00ed misma, pero el embarazo les obliga a saltar procesos y les impide seguir cualquier desarrollo que pudieran haber tenido en la escuela y en sus relaciones personales”, dice Carolina Escobar. “Adem\u00e1s es un problema de salud p\u00fablica, porque el riesgo perinatal asociado a un embarazo temprano es enorme”, agrega la directora de La Alianza.<\/p>\n

Uno de los mayores desaf\u00edos de la regi\u00f3n<\/h4>\n

El reciente informe del Fondo de Poblaci\u00f3n de Naciones Unidas<\/a>\u00a0destaca precisamente la dimensi\u00f3n socio-econ\u00f3mica del embarazo adolescente en seis pa\u00edses latinoamericanos, entre ellos Guatemala. El estudio trata de cuantificar el costo de este problema, que califica como “uno de los mayores desaf\u00edos sociales, pol\u00edticos y econ\u00f3micos de la regi\u00f3n”. Las muchachas quedan “atrapadas en un c\u00edrculo vicioso de pobreza y exclusi\u00f3n<\/a> que les afectar\u00e1 principalmente a ellas, pero que tambi\u00e9n limitar\u00e1 las oportunidades de sus hijos y, de forma agregada, dada la magnitud del embarazo adolescente en la regi\u00f3n, afectar\u00e1 la realidad de sus comunidades y pa\u00edses”, reza el texto.<\/p>\n

\"Infografik<\/div>\n

Impacto socio-econ\u00f3mico del embarazo adolescente.<\/a> En el caso concreto de Guatemala, el estudio del FPNU\u00a0asume que la tasa de embarazos no intencionados en adolescentes es del 60,3 por ciento y cuantifica en 12,9 millones de d\u00f3lares el monto que el sistema de salud guatemalteco podr\u00eda haberse ahorrado en 2018 si el pa\u00eds hubiera llevado a cabo una pol\u00edtica de prevenci\u00f3n efectiva.<\/p>\n

Diana (nombre ficticio) tiene 25 a\u00f1os y tambi\u00e9n vivi\u00f3 un tiempo con su beb\u00e9 en\u00a0La Alianza tras quedar embarazada por violaci\u00f3n. Despu\u00e9s tuvo la oportunidad de formarse como auxiliar de enfermer\u00eda y ahora trabaja cuidando beb\u00e9s de otras muchachas en la guarder\u00eda del centro que antiguamente la acogi\u00f3.<\/p>\n

La relaci\u00f3n con su familia es dif\u00edcil, especialmente desde que naci\u00f3 su hija. En un principio, Diana rechaz\u00f3 y entreg\u00f3 a su\u00a0beb\u00e9 por falta de apego, pero despu\u00e9s la acept\u00f3 y consigui\u00f3 que viviera con ella. La ni\u00f1a ya tiene 9 a\u00f1os. “La relaci\u00f3n con ella es muy bonita. Ella me inspira, me da motivos para seguir adelante. Y quiero continuar adelante porque su futuro depende de m\u00ed”, dice Diana, decidida a convertirse en enfermera profesional y no perpetuar en su hija las vulnerabilidades de las que ella fue v\u00edctima.<\/p>\n

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