Una conversación puede despertar un mar de emociones: angustia, paz, alegría, tristeza. La buena noticia es que tú, cómo participante, tienes más control de lo que imaginas. Para propiciar una conversación exitosa es necesario encontrar un equilibrio entre explicar de forma clara tus argumentos e ideas y estar abiertos a negociar o reconsiderar posturas. La clave está en nunca dejar que las emociones sobrepasen el diálogo.
Para alcanzar una conversación exitosa te dejo acá siete consejos que te harán todo un experto en el arte de saber conversar:
1.- Céntrate en la conversación
Si tu objetivo es que la conversación sea exitosa deberás invertir en ella toda tu atención. Si tienes 10 mil cosas en la cabeza o simplemente no te interesa la conversación no vayas, pues no solo es un irrespeto para tu interlocutor, generaría un clima innecesariamente inadecuado. Así que nada de celulares, televisión y notas mentales de tareas pendientes.
2.- No vayas en condición de experto
No, no se trata de que no puedas aportar de tus conocimientos en la reunión o que no puedas expresar tus pensamientos e ideas, se trata de no dar por sentado que la única opinión válida será la tuya. Una buena conversación siempre se da cuando las partes están convencidas de que pueden aprender algo del otro, aunque sea algo mínimo. Recuerda que todo el mundo es mejor que tú en algo y lo mismo le pasa al resto.
3.- Preguntas abiertas y genéricas
Trata de iniciar la conversación con preguntas abiertas. De esa forma podrás obtener mucha más información que si la haces cerrada desde el principio, pues estarás de alguna forma condicionando o guiando su respuesta. Por ejemplo: No es lo mismo preguntar ¿te dio rabia la situación ayer? a ¿cómo te sentiste con lo que sucedió ayer? Con la primera pregunta estás induciendo una respuesta y estás dejando de lado otros sentimientos que pudo experimentar.
4.- Deja que la conversación fluya
Para que una conversación fluya es necesario saber escuchar y saber adaptarnos. Dejar los monólogos a un dado y, sobre todo, no empecinarnos en querer cumplir absolutamente todo el guión que manejamos en la cabeza. No se trata que dejemos diluir los puntos importantes, se trata de no querer contar hasta el mínimo detalle que habíamos planificado. Tal vez esa idea que querías comentar hace un minuto ya no es tan oportuna al siguiente, ¡deja que fluya!
5.- Escucha
Esta es la columna vertebral de una conversación. No hay nada más infructífero que una conversación en la que una de las dos partes no tiene la disposición de escuchar. Y no se trata solo de no escuchar, sino de tener la motivación correcta para hacerlo. Stephen R. Covey decía: “La mayoría de nosotros no escuchamos con la intención de entender, sino con la de contestar”
6.- No te repitas
Si vas a la reunión con un objetivo en mente, explica tus pensamientos de forma clara y breve, pero por favor, no busques repetirlo una y otra vez. Si tienes dudas que tu interlocutor no captó la idea, antes de volver a repetirlo sin cansancio, pregúntale si entendió tu punto.
7.- No compares sus experiencias con las tuyas
Este punto es en el que más fallamos todos. Si te están contando algo es para que lo escuches no para que busques de forma inmediata un caso de éxito o desgracia en tu vida que se asemeje. Esto más que ser empático es una forma inconsciente en la que tratamos de obtener de nuevo el control de la conversación.
Sin duda dominar el arte de la conversación requiere mucha práctica e inteligencia emocional, lo bueno es que con estas claves es más sencillo identificar las áreas en las que debemos ocuparnos más. Cuéntame, ¿cómo te va en esto de conversar?