Uno de cada cinco jóvenes de América Latina (AL), no tiene empleo, ni estudia ni recibe capacitación, sumando en total casi 30 millones de jóvenes en esta situación. Fuente: OCDE, CEPAL y CAF Perspectivas Económicas de AL 2017, Juventud, Competencia y Emprendimiento.
Los jóvenes son en realidad el relevo de los que construyen la ciudad temporal, son una generación privilegiada pues concluyó con ellos el milenio y comenzó el tercer milenio (Millennials), son la era de la información.
Les ha tocado vivir en un periodo de nuestra historia de cambios profundos y acelerados que ha traído, claro está, un desarrollo y un indiscutible progreso, pero que también ha acarreado trastornos al mundo y en particular a los países como el nuestro, que no han logrado su debido desarrollo.
Los jóvenes sufren por estos conflictos, son víctimas como otros muchos, de estos procesos contradictorios, frente a los desequilibrios económicos, el desempleo (más de 30 millones de jóvenes en AL) 2, la inseguridad, la carestía de la vida, sienten perplejidad y desconcierto; les ha tocado vivir en un momento difícil lleno de dificultades, sintiendo de cerca a la crisis de valores morales que se traducen en delincuencia, atropellos a la dignidad humana, corrupción, sin que falte la apatía y la indiferencia.
Ante estas realidades tristes y lacerantes, es fácil para los jóvenes ceder a la tentación de la huida, de la evasión y cerrarse en una actitud de aislamiento egoísta, refugiándose en el alcohol, en las drogas, en el sexo y caer en la indiferencia. Es fácil caer en la manipulación y dejarse seducir, perdiendo los grandes ideales de la vida.
Pero la juventud no es pasivismo o indolencia, sino esfuerzo tenaz y vigoroso para alcanzar metas sublimes, aunque cueste. La juventud no es convencionalismo mentiroso, no es torbellino revolucionario, sino esfuerzo tenaz y vigoroso.
Es por ello que en la última edición del informe “Perspectivas económicas de América Latina 2017” Juventud, competencia y emprendimiento, la Organización de Cooperación de Desarrollo Económico (OCDE), la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), convocan a invertir en la juventud a través de una mejora a la calidad educativa, capacitación permanente, vincular su talento con las demandas de trabajo y en general oportunidad de emprendimiento para lograr un crecimiento inclusivo, los jóvenes son lao artífices de un mundo mejor.
Adicionalmente la agenda 2030 para el desarrollo sustentable 20/40 de las Naciones Unidas (ODS) junto con el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes, emitió inicialmente (diciembre 2007) las normativas y directrices para la adopción de medidas nacionales de apoyo para mejorar la situación de los jóvenes, contiene más de 17 acciones, relativos a educación, empleo, pobreza, salud, medio ambiente, uso indebido de drogas entre otros.
En la Asamblea General de Naciones Unidas en la resolución 54/120 de diciembre de 1999, se declaró el 12 de agosto el Día Internacional de la Juventud, para recordar y continuar en su promoción, en acciones para el desarrollo y competencias de los jóvenes.
Aunado a estas directrices internacionales, México por medio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologia (CONACYT), tiene varias programas denominado “Jóvenes Talentos”, cuyo objetivo es beneficiar a jóvenes en becas en estudios de posgrado en México y en el Extranjero, el fomento a las vocaciones científicas y tecnológicas. Por su parte nuestro Estado, por medio del Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología (www.coqcyt.gob.mx), ofrece becas, reconocimientos y premios, para promover, fomentar y estimular la educación e investigación.
Si, la juventud es una gran fuerza por su número y entusiasmo, es un caudal de recursos, claro está que siempre y cuando sean jóvenes trabajadores, esforzados, estudiosos y responsables para construir una sociedad más humana, más participativa y alcanzar un futuro más equitativo y próspero.