No siempre podrás estar motivado, tendrás que aprender a ser disciplinado
Hay una serie de habilidades que son muy útiles en la vida para lograr cumplir nuestros sueños, pero si una destaca, sin duda es la disciplina. Ya sea en el tema personal, profesional, de salud, espiritual, financiero, social o de pareja, la disciplina es un superpoder que contribuye a que pasemos de una ilusión o deseo a una serie de metas cumplidas.
La mayoría de nosotros asocia disciplina con hacer algo aburrido o muy difícil, cuando en realidad la disciplina es la capacidad de actuar de una forma ordenada y consistente para conseguir un objetivo. Sin ella, la mayoría de nuestros deseos se mantendrán siendo solamente una ilusión. La buena noticia es que todos podemos aprender a ser disciplinados y nunca es tarde para desarrollar esta habilidad. Te comparto cuatro pasos para desarrollarla.
1. Define claramente tus objetivos
El primer paso es que decidas exactamente qué quieres lograr. Piensa en tu objetivo de una manera estratégica, eso quiere decir, que sea específico, medible, alcanzable, realista y en un tiempo definido.
La principal razón por la cual las personas no consiguen sus objetivos es porque no dedican tiempo a diseñarlos. Séneca decía que cualquier viento es favorable, para aquel que sabe adónde va. Define de manera clara y puntual tus objetivos para que cualquier circunstancia que se presente te sirva como impulso y te acerque al cumplimiento de lo que deseas.
A menudo encontrarás tentaciones que te lleven a reconsiderar tus planes. Mantente firme y no olvides tu objetivo.
2. Diseña un plan
Una vez que tengas claridad en cuanto a tus objetivos, entonces es momento de definir un plan. Generalmente hacemos planes del presente hacia el futuro, pero la propuesta que te hago es que comiences al revés. Imagina que ya conseguiste el objetivo y de ahí ve haciendo el camino hacia atrás. ¿Qué tuvo que pasar antes para que lo lograrás?
Ejemplo: el objetivo es correr una carrera de 10 kilómetros en un mes (es específico, medible, alcanzable, realista y está definido el tiempo). El diseño del plan sería algo así:
En 30 días ¡Logré el objetivo y ya terminé la carrera de 10 kilómetros! ¿Qué tuvo que pasar antes?
Día 25: 9 kilómetros a velocidad constante.
Día 20: 8 kilómetros y me siento bien.
Día 10: 7 kilómetros.
Día 6: ya es fácil correr 5 kilómetros.
Día 2: 3 kilómetros y es más fácil de lo que pensaba.
Día 1: comienzo a entrenar con todas las ganas.
Cuando diseñas bien el objetivo y también diseñas el plan lo que estás haciendo, pavimentas el camino hacia el éxito.
3. Evita las distracciones
A lo largo del camino habrá distracciones y una serie de situaciones incontrolables que te servirán de excusa para alejarte del plan. A menudo encontrarás tentaciones que te lleven a reconsiderar tus planes. Mantente firme y no olvides tu objetivo. Si pasan uno o dos días sin que sigas el plan, haz una pausa y retómalo cuanto antes. Recuerda que cada día cuenta y que el costo de no seguir el plan es que tus sueños no se cumplan. No te castigues, pero no te rindas, la única manera de desarrollar disciplina es practicándola, y cada día que logres mantenerte cumpliendo el plan estarás ejercitando uno de tus mayores superpoderes.
4. Respira, come y duerme
Los hábitos son muy importantes para que podamos funcionar bien, y dentro de todos los buenos hábitos que podemos desarrollar en la vida, estos son los tres en lo que te recomiendo poner tu enfoque para iniciar: respirar, comer y dormir.
La respiración consciente es importantísima para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Al hacerlo el cuerpo se oxigena y se deshace de toxinas, permite que estemos más relajados, enfocados, saludables y fuertes. Al menos dos veces al día dedica cinco minutos a realizar ejercicios de respiración consciente. ¿Cómo se hace? Trata de inhalar profundamente, sostener y exhalar profundo.
Cada día cuenta y que el costo de no seguir el plan es que tus sueños no se cumplan.
Puedes hacerlo como ciclos: inhalar un segundo, sostener dos segundos y exhalar tres segundos, o inhalar cinco segundos, hacer una pausa de dos segundos y exhalar cinco segundos.
Verás que al hacer ejercicios de respiración consciente te relajas y te concentras mucho mejor.
Otro de los hábitos importantes es comer bien. Más allá que hablar del típico “come frutas y verduras”, se trata de recordarte que la comida es la gasolina de tu cuerpo, y que lo que comes impacta directamente en tu salud. Comer bien es fundamental para poder lograr éxito sustentable en la vida. Planea tus comidas y elige comer para nutrirte en lugar de comer para llenarte.
El siguiente hábito es el de dormir. Cuando duermes tu cuerpo realiza un proceso de limpieza, reajuste, alineación y balanceo de todo tu sistema. Dormir es la única manera para que se realicen esos procesos que mantienen al cuerpo en buenas condiciones. Trata de dormir y despertar siempre a la misma hora. Pon la alarma a la hora que te tienes que levantar y olvídate de la estrategia de diez minutos antes. No te duermas con la televisión o el radio encendidos. Aprende a cuidar tus horas de sueño y recuerda que es un momento en el que tu cuerpo se repara.
El superpoder de la disciplina está totalmente a tu alcance y una vez que lo desarrolles te darás cuenta de todo lo que puedes conseguir al usarlo. Define, diseña, disciplínate y sé EXTRAordinario.