Es importante que tus hijos sepan que pueden acudir contigo para cualquier duda. Masturbación incluida
Hablar con los hijos e hijas sobre masturbación tal vez te haga sentir un poco de vergüenza o te dé incomodidad. Pero es una conversación para padres y madres que quieran criarlos en un entorno saludable para que entiendan cómo funciona su cuerpo.
“La masturbación es importante para la sexualidad humana. Nos amplia más nuestros conceptos individuales de autonomía, placer, identidad e intimidad“, comentó Kim Cavill, profesor en educación sexual, a la edición estadounidense de HuffPost.
“A los jóvenes les das una mala educación cuando tratas de desalentarlos en el tema, los haces sentir avergonzados o lo eliminas por completo. En lugar de ver a la masturbación como un problema a resolver, considera que es una oportunidad para enseñarles habilidades y conceptos que les permitan convertirse en adultos sexualmente sanos”.
Si no sabes cómo comenzar la conversación, mira los siguientes consejos avalados por educadores sexuales:
Mientras más rápido hables del tema, mejor
Los padres pueden sentar las bases para que sus hijos comprendan sus cuerpos fomentando discusiones abiertas desde una edad temprana. Estas charlas pueden abarcar una serie de temas, incluida la masturbación.
“Al igual que con todas las conversaciones sobre la sexualidad, debe ser algo que se aborde temprano y en etapas graduales, no una graaaaan charla”, comentó la educadora sexual Lydia M. Bowers. “También deberíamos estar hablando de placer en formas no sexuales: ‘Me gusta cómo se siente el viento en mi cara’, ‘El color púrpura me hace feliz’, por lo que los niños desarrollan tanto el lenguaje como el conocimiento y sabrán que sentirse bien no es algo de lo que deban avergonzarse“.
La masturbación a cualquier edad no es sucia, vergonzosa o ilícita. De hecho, es un comportamiento perfectamente normal y saludable para que la gente se involucreKim Cavill
Cavill recomendó que la conversación debe iniciar poco antes de la pubertad, que empieza alrededor de los 9 años. Para muchos padres, la conversación surge mucho antes porque sus hijos comienzan a explorar sus cuerpos a una edad muy temprana.
“Aunque asociamos la masturbación más comúnmente con adolescentes, la masturbación infantil también es muy común en niños de 1 a 5 años”, comentó el experto. Muchos niños pequeños tocan sus genitales como una forma de calmarse a sí mismos, al igual que chuparse el dedo. Este comportamiento no es provocado por pensamientos eróticos sino por el hecho de que tocar esas áreas simplemente se siente bien debido a la gran cantidad de terminaciones nerviosas.
Enfatiza en que es normal
Es crucial que normalices la masturbación al hablar de ella sin vergüenza, especialmente si tu hijo ya comenzó a explorar el contacto personal.
“La repugnancia, el reproche y el rechazo no ayudan a los niños a aprender lecciones y, de hecho, pueden convertirse en vergüenza y problemas de autoestima interiorizados más adelante en la vida”, dijo Cavill. “Comunicar la aceptación es simple”, agregó el educador sexual, quien compartió una manera fácil de no hacerlos sentir mal: “Veo que estás tocando tu pene/vulva/ano. Se siente bien, ¿no? Tocar esas partes del cuerpo se siente diferente a tocar otras partes, como los codos o las rodillas. Me alegro de que llegues a conocer tu cuerpo, porque los cuerpos son realmente geniales“.
“Cuando están más informados y confían en sus cuerpos, están mejor posicionados para abogar por un sexo consensual, más seguro y más placentero en la edad adultaMelissa Carnagey, educadora sexual
También es perfectamente normal si un niño o adolescente no se masturba. De cualquier manera, la apertura de las conversaciones promueve una comprensión más positiva del contacto personal, lo que puede ser beneficioso para los niños a medida que conocen su cuerpo. Estas conversaciones también pueden ser una oportunidad para hablar sobre higiene, los términos adecuados para los genitales y cómo abordar el contacto inseguro.
“Cuando los niños son libres de explorar sus propios cuerpos, desarrollan una autoconciencia que los mantiene seguros y más preparados para reconocer el contacto inseguro si alguna vez ocurre“, explicó la educadora sexual Melissa Carnagey. “Cuando están más informados y confían en sus cuerpos, están mejor posicionados para abogar por un sexo consensual, más seguro y más placentero en la edad adulta”, agregó.
Explícales que es algo privado
Una vez que los padres han comunicado que la masturbación es normal y natural, pueden establecer que también es privado. Esto es particularmente importante para los niños pequeños, que pueden frotarse contra objetos como almohadas, muebles o juguetes.
“Puedes definir la privacidad como algo/un lugar que otras personas no pueden ver, y lo público como algo/un lugar que otras personas pueden ver”, dijo Cavill. “Para enseñarles privacidad sana, puedes decirles: ‘Me alegro tanto de que estés disfrutando de tu cuerpo al tocarte. Por lo general, eso es algo que la gente hace en privado o en un espacio que otras personas no pueden ver“. Para ampliar más el concepto puedes decir: ‘Aquí hay un espacio privado para que te toques(señalarlo). Puedes venir aquí cada momento que desees’.
Para las familias que usan comunicación aumentativa y alternativa debido a discapacidades u otros factores, Cavill destacó que los símbolos de imagen que etiquetan las áreas públicas y privadas de la casa también pueden expresar estos conceptos.
Los niños pequeños no siempre tienen la mayor conciencia de lo que sucede a su alrededor, por lo que es responsabilidad de los padres usar recordatorios y una redirección suave para anotar cuándo y dónde es apropiado el contacto personal.
Bowers y Carnagey sugirieron frases como: “Sé que tocar tu cuerpo se siente bien. Dado que tu pene es una de tus partes privadas, es algo que debes hacer en privado en tu habitación en lugar de la mesa”. O simplemente “No te toques cuando estamos en público”.
No te preocupes demasiado
Es común que los padres se preocupen por la frecuencia con que sus hijos se tocan. Cavill dijo que solo es un problema si la masturbación está causando daños corporales o interfiriendo con la vida diaria.
“Si evita ir a la escuela, a las actividades, comer y otros aspectos de la vida cotidiana para masturbarse, entonces es hora de buscar el apoyo de un profesional, como un médico o terapeuta”, aconsejó.
“Si la masturbación no interfiere con la vida diaria, no causa lesiones y se realiza en privado, entonces no sucede con mucha frecuencia”. Si está interfiriendo con la vida diaria, Bowers sugirió abordar la preocupación con su hijo de una manera que no involucre la vergüenza.
“Hazles saber que su cuerpo se siente bien, pero que las cosas como la tarea de la escuela, las tareas del hogar e incluso salir con amigos no deben descuidarse”, dijo.
A los padres a veces les preocupa que la masturbación pueda ser un signo de abuso sexual. “A menos que haya otras preocupaciones o banderas rojas involucradas, a menudo no es una causa“, dijo Carnagey. “Los padres deben hacer un seguimiento con el pediatra del niño si alguna vez se sienten preocupados por la salud o el comportamiento sexual de su hijo”.
Dile adiós a tu propia vergüenza
Tener padres y madres que hablan abiertamente sobre temas como la masturbación y dejan en claro que no hay preguntas prohibidas, ayuda a los niños a mantenerse seguros e informados sobre su salud sexual. Para muchos padres, fomentar este tipo de ambiente requiere una auto reflexión.
“Es importante pensar en cómo nuestros sentimientos sobre la masturbación están afectando nuestras respuestas a nuestros hijos. Muchos de nosotros crecimos sin tener conversaciones sobre la masturbación, por lo que es incómodo tenerlos con nuestros hijos. Para algunos con antecedentes religiosos, hay un nivel de vergüenza cuando hablamos de tocar genitales “, explicó Bowers.
“Tomar un momento para evaluar nuestros propios sentimientos nos permite reconocerlos y luego decidir qué mensajes queremos compartir con nuestros hijos”.
Cavill enfatizó en la importancia de buscar ayuda como padre si la vergüenza se apodera de ti o si has experimentado un trauma que hace que sea difícil comunicar la aceptación en las conversaciones con los niños sobre la masturbación. Resolver estos problemas beneficiará a todos en la familia.
“Muchos de nosotros nos avergonzamos de esta conversación por la forma en que nos educaron, por las experiencias pasadas, nuestras relaciones con nuestros propios cuerpos o por un trauma.
“Esos sentimientos pueden hacer que hablar de esto sin pena parezca casi imposible, pero no tenemos que sufrir esos sentimientos en silencio. Nosotros, como padres, merecemos apoyo”, continuó.
“La crianza de los hijos es un trabajo difícil, y los niños tienen una forma de obligarnos a enfrentarnos a las partes de nosotros mismos que preferimos ignorar. Necesitamos darnos permiso para buscar ayuda cuando la necesitamos, para saber que no tenemos para tener todas las respuestas, y no tenemos que hacer esto solos”.
Con información de Huffpost