Elige compartir tu vida con la otra persona, no que la otra persona sea el aliento de tu vida
Las segundas oportunidades no son una alternativa que pueda funcionar para todas las parejas, ya que encierra en ocasiones, mucho rencor, dolor. Problemas no resueltos u otras circunstancias que por mucho empeño que le pongamos, no vamos a ser capaces de superar.
Si hay un compromiso por el cambio, las segundas oportunidades pueden funcionar. Muchas veces, darse otra oportunidad funciona muy bien, incluso mejora la relación.
Esto es porque las dos personas han sabido aprovechar con creces, el tiempo que han estado separados. Esto no lo hacen todas las parejas, por eso lo más habitual es que después la relación no funcione igual.
¿Por qué las segundas oportunidades no suelen funcionar? Por una sencilla razón, las parejas vuelven por los motivos equivocados. Estos pueden ir desde la necesidad, hasta el vacío que sienten por haber estado tantos años compartiendo su vida con alguien. Todo esto puede significar que sufren de dependencia emocional, un problema que les afecta a muchas personas hoy en día. Si vuelves con tu pareja por razones equívocas es imposible que la relación vaya hacia adelante.
Echas de menos a tu pareja porque no eres capaz de estar solo/a y esto es negativo. Los problemas que los llevaron a la ruptura seguirán ahí, surgirán de nuevo y los volverán a sumir en una relación tóxica donde serán de todo menos felices.
Si aprovechas el tiempo que estás sin tu pareja, puedes descubrir y ver tu relación de otra manera, desde diferentes perspectivas. De esta forma, podrás comprobar si has hecho bien, si merecen una segunda oportunidad o si la ruptura fue lo más sensato por parte de los dos.
Las parejas que se dan segundas oportunidades y estas funcionan es porque han sabido disfrutar de todo ese tiempo que han estado sin su pareja. Lo han tomado como una ocasión para reflexionar, para verlo todo desde otro ángulo y pensar muy bien las cosas antes de tomar una decisión equivocada.
Este tipo de parejas saben que son compañeros de vida, pero que también son seres individuales y que su felicidad no depende del otro, sino de ellos mismos. Por eso, no temen estar solos. Ellos eligen compartir su vida con la otra persona, no que la otra persona sea el aliento de sus vidas.
Las segundas oportunidades también dependen de los problemas previos que nos han llevado a la ruptura. Imaginemos que se trata de una infidelidad. Si la persona no logra superar este terrible desengaño, intentarlo de nuevo sería perder el tiempo. Sin quererlo, le recriminaría ciertas cosas a su pareja, no confiaría en ella y dudaría de todo. Esto no sería positivo para ninguno de los dos.
Por eso, antes de darse otra oportunidad es importante que resuelvan sus problemas. No solo de pareja, sino también individuales. De esta manera podrán reiniciar la relación, sin rencores, sabiendo que son seres independientes y de que no están juntos porque no saben estar solos. Solo de esta manera, las segundas oportunidades tendrán éxito.
Las claves para darse una segunda oportunidad.
No corras. El mundo no acabará mañana, no intentes curar la herida poniendo tan solo un parche. Date tiempo para sanar, pero, a la misma vez, mantente activo, conoce a nuevas personas y expresa lo que sientes. Cuando te han herido o has vivenciado el fracaso, es importante que no te apresures a dar el próximo paso, no utilices la recomendación común de los demás “un clavo saca otro clavo”, ya que esta vulnerable y puedes ser presa fácil y creerte enamorado y equivócate.
Mantente abierto a las posibilidades. Uno de los mayores errores que podemos cometer es cerrarnos a las oportunidades. A veces donde menos lo esperes puedes encontrar una sorpresa que cambie tu vida, o al menos una parte de ella. No pierdas el deseo de descubrir y, sobre todo, mantente abierto a vivir nuevas experiencias.
Aprende realmente de los errores. Las experiencias nos hacen mejores personas siempre y cuando aprendemos de ellas. Los errores no indican cuánto vale uno como persona, sino simplemente que la próxima vez lo harás mejor .
Recuerda que las personas no se miden por sus caídas sino por su capacidad para levantarse. Si estás pensando en dar una segunda oportunidad acude con un psicólogo para que puedas ver una perspectiva diferente de tu relación y poder decidir si es benéfica o no esa segunda oportunidad.