Cultura Empresarial

La tranquilidad en tu retiro: más allá de las AFORES

No esperes a estar cerca de la edad de jubilación para preocuparte por tu futuro. Si estás empezando tu vida productiva, si tienes entre 20 y 30 años, ¡estás en el mejor momento!

Hoy el ciudadano promedio tiene una formación financiera basada en su experiencia personal y a lo sumo la de sus padres. No hay una cultura difundida del ahorro. Se considera normal vivir al día y sumido en deudas. Y si se vive toda la vida entendiendo por finanzas personales el cómo estirar el gasto para cubrir deudas y pagos, ¿cómo esa persona podrá administrar de forma eficiente su fondo para el retiro una vez que se le entregue, si es que lo tiene y, si no lo tiene qué pasará?
Algunas previsiones ¿qué puede hacerse?
La respuesta es simple. Acepta tu propia responsabilidad en la planeación de tu futuro; si tienes  el plan gubernamental de las AFORES, debes asumirlo como lo que realmente es: un complemento a tu esfuerzo personal. Estas son algunas ideas que, de ponerlas en práctica, podrían llevarte a un retiro tranquilo. A un retiro donde, a través de finanzas personales sanas, puedas llevar una vida tranquila e independiente económicamente:

  • Incrementa tu habilidad en la gestión de tus finanzas personales a través de la asistencia a cursos sobre el tema así como de la lectura de libros y artículos especializados.
  • Relaciónate con personas y comunidades que tengan experiencia y gusten del tema, de forma que tengas a quién preguntar en caso de requerir consejo o información, así como apoyo moral por parte de personas que buscan lo mismo que tú.
  • De tus ingresos separa un porcentaje para tu retiro. Ten por objetivo que el monto a ahorrar represente el 10% al menos, así empieces con importes menores (lo importante es empezar).
  • De tener caja de ahorro en tu empresa, solicita que se te retenga de forma automática al momento de calcularse la nómina. Quizá en un principio sientas que es casi imposible, pero, en realidad, es posible que hoy estés gastando un porcentaje parecido o mayor en mantener actualizado tu guardarropa, cigarros, refrescos, cervezas, juegos de azar, etc.
  • Considera el dinero separado para el retiro cual si fuera el pago de una deuda o de algún impuesto. Es decir, el monto tiene que cubrirse sin excepción y, una vez pagado, es dinero con el cual ya no cuentas para otros gastos. Considera lo irónico de que te esfuerces, si no angusties, en cubrir tus deudas, con lo cual tu dinero queda en el bolsillo de otra persona. ¡Ten el mismo compromiso para pagarte a ti mismo!
  • Aprovecha los incentivos fiscales existentes en la mayoría de los países para fomentar el ahorro para el retiro. En México, la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) contempla, en su artículo 176, que lo que tu ahorres para tu retiro, bajo ciertos requisitos, sea deducible de impuestos (Se te puede devolver hasta un 30% aproximadamente al final del año).
    • A través de las aportaciones voluntarias a tu fondo para el retiro.
    • Adquiriendo planes de ahorro para el retiro disponibles a través de aseguradoras, bancos y otras entidades financieras.
    • Adquiriendo un seguro para el retiro a través de aseguradoras
  • Has un esfuerzo para que el dinero que te devuelva en su caso el gobierno por el incentivo fiscal ya descrito, lo utilices nuevamente para tu incrementar tu ahorro para el retiro. Con esto tendrás el equivalente a una tasa de rendimiento cercana al 30% anual… ¡Ninguna cuenta de ahorro o inversión en documentos de deuda (CETES, Bonos, etc.) te da un rendimiento semejante!
  • Habla con tu pareja para que también él o ella dispongan de su propio ahorro para el retiro.
  • Esfuérzate a través de tu vida laboral en conseguir un ingreso residual, es decir, aquél donde sigues obteniendo un ingreso posteriormente a concluir el trabajo (esfuerzo) físico directo… Adicionalmente tienes el aliciente de conseguir este ingreso antes de llegar a la edad de retiro, con todos los beneficios para ti y tu familia que esto implicaría. Algunos ejemplos de este tipo de ingreso son:
    • Adquirir algún departamento, estudio, casa o local comercial y darlo en renta
    • Invertir en algún negocio o franquicia
    • Escribir y publicar un libro.
  • Llegado el momento, diversifica tu fondo para el retiro en diferentes instrumentos de inversión con distinto nivel de plazo y riesgo. De esta forma tendrás liquidez para los gastos del día a día manteniendo el monto de reserva con los mejores rendimientos.
  • Siempre será valioso el tener cerca a una persona que por su honradez, actitud de servicio, pericia y resultados lo consideres tu asesor financiero. Esta deberá ser una persona que sepa ganarse tu confianza, a la cual te sugiero lo veas más como un socio y amigo, que como un frío agente de bolsa o ejecutivo bancario. De entrada no te sugiero buscarlo dentro de los bancos, sino entre las personas que, con su esfuerzo y respetando los principios morales fundamentales, han logrado llegar a donde tú deseas estar.
  • Regla de oro: No esperes a estar cerca de la edad de jubilación para preocuparte por tu futuro. Si estás empezando tu vida productiva, si tienes entre 20 y 30 años, ¡estás en el mejor momento! Ya que tienes una vida para llevar acabo estrategias que te permitan llegar a la edad de retiro con finanzas sanas y recursos suficientes para vivir tu vejez en plenitud financiera.
  • Ahora bien, no importa realmente cual sea tu edad actual, lo verdaderamente importante es tomar la decisión y empezar a trabajar.

Confío que esta información te sea de utilidad. Recuerda que el único responsable de dónde estás hoy eres tú mismo; y de la misma manera, el único responsable de dónde estarás mañana, nuevamente eres tú. No tienes que dejar de ser tú ni de hacer lo que te gusta. Tampoco se trata de vivir angustiado por la inminente vejez o dejar de vivir el hoy por preocuparte por el mañana. Simplemente incrementa tu habilidad financiera, toma el control de tu fondo para el retiro, y deja que el tiempo siga su curso.

Mauricio Priego

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