Es prácticamente imposible hacer que la gente deje de usar plástico. Necesitamos una tecnología para romper el material y que todo se vuelva biodegradable
La contaminación en los océanos es un problema muy grave. De acuerdo con estudios recientes, es probable que en 2050 encontremos más plástico que pescado en las aguas marinas. Y es por esto que hay muchas personas trabajando en soluciones para revertir esta situación.
Miranda Wang y Jeanny Yao, jóvenes prodigio de Canadá, desarrollaron una bacteria que puede comerse los desechos plásticos y convertirlos en agua en 24 horas. El desarrollo de esta tecnología se divide en dos partes: primero, el plástico es disuelto y las enzimas lo catalizan, con lo que el plástico se convierte en fracciones sumamente maleables. Estos componentes se colocan en una estación biodigestora, donde se comportan como si fuesen restos de comida.
La bacteria puede transformar los ftalatos, que son una toxina peligrosa usada en los plásticos, en productos finales como dióxido de carbono o agua; sin duda se trata de una novedosa tecnología para romper el material plástico y así volverlo biodegradable y un gran avance para luchar contra un material, el plástico, que (casi) nunca muere.
Su objetivo es equipar estaciones móviles de limpieza con esta tecnología, por ejemplo, buques flotantes para limpiar los mares con 150,000 litros de biodigestores a bordo. La tripulación podrá cargar los tanques con poliestireno y esperar que los residuos se degraden.
Wang y Yao han formado la empresa BioCellection, con la cual quieren mejorar la eficiencia del sistema para eliminar nueve gramos de plástico por litro de bacteria. De este modo se pueden limpiar 150,000 litros con bacterias por unos $20,000.
Con tan sólo 22 y 21 años, estas dos jóvenes ya han patentado dos veces la idea, fundaron su compañía y juntaron alrededor de 400,000 dólares.
Recientemente, recibieron una oleada de premios como el Perlman Grand Prize en el Wharton Business Plan 2016 que constó en una suma de dinero de 30 mil dólares. Además se llevaron otros cuatro premios más, el Wharton Social Impact Prize, el Gloeckner Undergraduate Award, el Michelson People’s Choice Award y el premio Comitte por el “Wow Factor” más importante.
Se trata de las dos primeras estudiantes no graduadas en ganar el premio Perlman y las primeras estudiantes en ganar los cinco premios, según la Universidad de Pennsylvania.
Wang y Yao no tienen mucho tiempo para dormir, pero BioCellection parece una buena excusa para perder horas de sueño: “Necesitamos urgentemente maneras de descomponer todo el plástico que hay en nuestras aguas y hasta el momento, ésta parece la mejor fórmula posible”, mencionaron.
Con información de Ciencia UANL