¿Qué es lo que hizo fracasar a los ordenadores IBM? y… ¿Sigue todavía viva? Vender poco a muchos o mucho a pocos: ambos modelos de negocio funcionan, todo depende de hacia dónde queramos dirigirnos
Discos duros, cajeros automáticos o códigos de barras, ¿sabes qué tienen todos ellos en común? Resulta que IBM fue la creadora de estas tecnologías que consideramos tan normales ahora, y puede que los ordenadores no hubieran sido posibles sin ella.
Sin embargo, IBM parece que lleva años fuera de combate, y que otras compañías tecnológicas son mucho más importantes.
La creación de la compañÍa
Nos encontramos a principios de 1890, en un Estados Unidos con una burocracia lenta y tediosa. El trabajo administrativo de todo el país se hacía a base de papel y lápiz, y los documentos tardaban lo que parecía siglos en actualizarse.
Para que te hagas una idea del problema, el censo de los más de 60 millones de habitantes que tenía el país tardaba 7 años en realizarse, momento en el que ya se encontraba completamente desactualizado.
La población iba creciendo cada vez más y más, y tanto el gobierno como muchas otras organizaciones pedían una solución. Fue así como a finales del siglo, Herman Hollerith creó una máquina eléctrica capaz de acelerar todos estos procesos, usando simplemente tarjetas perforadas.
Pero Hollerith no era el único que estaba creando nuevas tecnologías. Otros emprendedores estaban inventando nuevos aparatos como grabadoras o máquinas que organizaban la información, que pronto supondrían una importante competencia.
Fue entonces en 1911 cuando el empresario Charles Flint vio una oportunidad para surfear esta tendencia antes de que la competencia aumentara. Flint compraría la compañía de Hollerith junto a otras tres empresas tecnológicas para unirlas bajo un mismo nombre, formando la corporación que más tarde conoceríamos como IBM.
Intenational Business Machine , o IBM, tenía el objetivo de ser una organización que proveyera de máquinas y tecnología a otras compañías, y les ayudara con todas sus operaciones. De hecho, IBM fue una de las empresas más importantes para Estados Unidos durante la II Guerra Mundial, y gran parte del armamento militar de su ejército vino de ella.
Los primeros ordenadores
Una vez acabado el conflicto, IBM empezó a desarrollar los primeros modelos de ordenadores, que poco se parecían a los de hoy día. Estas computadoras eran grandes servidores que ocupaban mucho espacio y pesaban toneladas, pero que pronto empezaron a ser fundamentales para grandes empresas y laboratorios de investigación.
IBM empezó a ganar tanta reputación que la misma NASA pidió su ayuda durante los años 60, y la empresa estuvo colaborando estrechamente en la misión Apolo y la carrera espacial.
Sin embargo, IBM no quería quedarse solo en el mundo de los científicos y las empresas, sino que pretendía llegar también a la gente con los ordenadores personales.
Resulta que a comienzos de 1980 los ordenadores personales ya llevaban 5 años en el mercado, y el Apple II estaba a la cabeza. La industria de las computadoras personales estaba creciendo rápidamente, y aunque IBM llegaba tarde quería su trozo del pastel.
En 1981 la empresa lanzó su primera línea de ordenadores de sobremesa, gastando enormes cantidades de dinero en marketing para promocionarla. IBM quería ponerse por delante de todos sus competidores, y la gran exposición de sus computadoras hizo que las ventas se disparasen. Pero ya sabes que hoy día nadie tiene un ordenador de IBM en su casa…
¿Qué estuvo mal?
Resulta que IBM cometió varios errores en sus prisas por sacar ordenadores personales. El mayor de ellos fue no ser ella misma quien fabricara sus componentes, sino que se los compraba a otras compañías.
IBM adquiría piezas como los microprocesadores de sus ordenadores a Intel, y su sistema operativo era el de Microsoft, con lo que no tenía ningún control ni de su hardware ni software.
Para Intel y Microsoft desde luego fue beneficioso, ya que a través de IBM conseguían que sus productos se convirtieran en los estándares de la industria. Pero para IBM no lo era.
En cuanto sus ordenadores se pusieron de moda, otras empresas empezaron a colaborar con Intel, y Microsoft para fabricar clones de IBM, sin que esta pudiera hacer nada para evitarlo. El resultado fue que el mercado pronto se plagó de ordenadores idénticos, de los que IBM no podía distinguirse y que se encontraban en una constante guerra de precios.
Este fracaso supuso un duro golpe para la moral y la reputación de IBM, que hasta entonces había liderado la industria tecnológica. Sin embargo, esta también fue una gran lección para que IBM cambiara por completo su estrategia.
Nueva estrategia
En primer lugar, IBM no podía apuntarse tarde a tendencias que otros ya llevaran años surfeando. Si quería posicionarse como líder y no competir con otras empresas, tenía que estar a la cabeza del progreso tecnológico.
Por otro lado, los principales clientes de IBM llevaban décadas siendo grandes empresas y centros de investigación, y su foco debía estar allí. La compañía decidió que en vez de abarcar a muchas personas iba a centrarse solo en unos pocos, pero que les iba a ofrecer una cantidad de valor enorme.
Fue así como en 2005, se deshizo de su división de ordenadores personales, vendiéndosela a la compañía china Lenovo. Al mismo tiempo, la compañía empezó a adquirir otras compañías que le sirvieran más en su nuevo enfoque, como fue el caso de la compañía de software SPSS en 2009 y su paquete estadístico.
Al fin y al cabo, Internet estaba ya en auge en esa época, e IBM no tenía que depender solo de la venta de sus enormes ordenadores, sino que también iba a vender servicios de software.
IBM también se dio cuenta de que tenía décadas de experiencia y conocimientos empresariales, y que muchos de sus clientes eran empresas. El gigante empezó a ofrecer servicios de consultoría a otras compañías que quisieran hacer crecer sus negocios, y esta sigue siendo una importante fuente de ingresos a día de hoy.
Por otro lado, IBM es también una enorme organización de investigación, manteniendo el récord del mayor generador de patentes estadounidenses por 26 años consecutivos.
Seguro que has escuchado del gran auge que la Inteligencia Artificial está teniendo en los últimos años, ¿verdad? Pues IBM está teniendo un gran papel en ella.
En 1997 por ejemplo, su programa Deep Blue venció por primera vez al campeón mundial de ajedrez, y en 2011 Watson llegó a ganar un concurso de preguntas y respuestas estadounidense. Precisamente Watson se encuentra hoy día diagnosticando y tratando a pacientes con cáncer, ayudando en este trabajo a médicos de todo el planeta.
Y si tenías curiosidad por saber cómo van a ser los ordenadores del futuro, IBM ya ha anunciado la comercialización de su propio ordenador cuántico para agencias de investigación. De todas formas, este tipo de súper ordenadores está costando alrededor de 15 millones de $ cada uno, así que no esperes tener uno pronto en tu casa.
Nuevos retos
No todo es tan bonito para IBM. A pesar de sus grandes esfuerzos en investigación, los ingresos de la empresa llevan descendiendo desde 2011, lo que ha provocado el despido de miles de sus empleados.
El foco de IBM durante los últimos años se ha encontrado en la tecnología en la nube, con el objetivo de ser un mega-proveedor de servicios de software y de análisis y almacenamiento de datos. Pero este mercado se encuentra ya muy competido con gigantes como Amazon, Google o Microsoft, que están haciendo temblar los ingresos del gigante azul.
IBM sabe que este mercado tiene un enorme potencial, pero si no hace nada por destacarse de su competencia puede fracasar como le pasó con sus ordenadores personales. Quién sabe si su apuesta será suficiente para vencer a su competencia, pero si algo está claro es que IBM va a darlo todo por volver a liderar el mercado.
Lecciones principales:
La importancia del control: Una de las principales razones por las que fracasaron los ordenadores personales de IBM fue su dependencia de Intel y Microsoft, y sus escasas barreras de entrada. Pregúntate, ¿hay alguien que el día de mañana pueda tomar una decisión y acabar con tu negocio? Si la respuesta es que sí, tu empresa peligra.
El fracaso como aprendizaje: IBM tuvo una fuerte crisis tras su fracaso con los ordenadores personales, pero supo sacar valiosas lecciones de la experiencia. En nuestros negocios siempre vamos a encontrarnos con obstáculos y a veces fracasaremos, pero serán sus lecciones las que más tarde nos lleven al éxito.
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