La Isla fue nombrada como el paraíso natural número uno de Latinoamérica de acuerdo con la agencia de viajes Despegar
Hasta antes de la llegada de los ferris no existían caminos masivos a las costas de Holbox, por eso durante mucho tiempo se consideró esta franja de arena blanca con olas mansas, un paraíso escondido.
Los flamencos vuelan a ras de la playa; sus atardeceres son postales en Instagram, sus aguas azul turquesa son santuarios de especies marinas como el tiburón ballena. Tanta exuberancia está separada de la península por la laguna Yalahau, en donde alguna vez se abrió una garganta marina profunda a la cual debe su nombre la isla: Holbox significa en maya “agujero negro”.
Si uno busca información sobre Holbox, lo primero que destacará es la promesa de unas vacaciones de folleto y un centenar de estudios sobre su biodiversidad. Se podría decir que se sabe más de las algas de sus mares que de los pobladores que, desde el siglo XIX, habitan la isla.