Con menos de 10% de ocupación en el más reciente reporte del CPTQ, la Riviera Maya da la imagen de un “pueblo fantasma”
Son muy pocos los turistas que están alojados en la impresionante infraestructura hotelera, con casi 50 mil cuartos, de este destino del Caribe Mexicano, el COVID-19 no ha perdonado a ningún destino turístico del mundo.
La mayoría de los hoteles han cerrado, ocupan solo al personal indispensable para dar mantenimiento a las instalaciones esperando el día que vuelvan a la vida, que el Corazón de la Riviera Maya que es Playa del Carmen, vuelva a dar cabida a los miles de visitantes que recorren su glamurosa Quinta Avenida, que las plazas comerciales luzcan el entusiasmo de la compra oportuna y del entretenimiento, que los restaurantes sacien al más exigente paladar, y que la fiesta tome por asalto los bares y antros. También se extrañan las playas ocupadas por visitantes que disfrutan del paraíso, que hoy ha interrumpido su siempre vívido palpitar.
Los arenales lucen espléndidos, el cielo azul atestigua el turquesa del mar y los camastros vacíos, las albercas con el agua quieta, los waverunners sobre la arena, las aves vigilantes y el susurrar del viento.
La pandemia nos ha obligado a quedarnos en casa, ser hoy disciplinados nos ayudara a superar este bache de la mejor forma, la comunidad de Quintana Roo se ha levantado de muchas, esta quizá la más fuerte y duradera, sin embargo todos estarán alerta para el momento de regresar, de hacer que los turistas regresen y los hoteles y playas están una vez más repletos.