La historia de Madison Robinson, fundadora de “FishFlops”
Guiada por su pasión por nadar, pescar y dibujar, con apenas 8 años de edad comenzó a diseñar sus propias sandalias. 7 años más tarde se había convertido en millonaria tras firmar un acuerdo de distribución con una importante cadena de tiendas minoristas de Estados Unidos… ¿Cómo lo logró?
La protagonista de esta historia es Madison Robinson (o “Maddie”, como prefiere que la llamen), una joven empresaria estadounidense que nació en la isla de Galveston – Texas, el 2 de febrero de 1998.
Haber crecido cerca a la playa hizo que la chica desarrollara un gran amor por actividades como nadar y pescar. Disfrutaba mucho pasando el tiempo en la playa con su familia.
Su vida como emprendedora comenzó en el año 2006, cuando Maddie tenía 8 años de edad. Tras un día de playa, regresó a casa a hacer otra de las cosas que más disfrutaba: dibujar y colorear. Tomó un lápiz y un papel y comenzó a plasmar diferentes criaturas marinas.
Por las características de la isla de Galveston, la gente suele usar zapatos muy prácticos, que les permitan caminar cómodamente por la arena de las playas. El tipo de zapatos favoritos de Maddie eran las sandalias “Flip Flop”, pero sentía que los diseños de estas eran aburridos; entonces, se le ocurrió la idea de combinar sus dibujos con sus sandalias.
Dibujó el esbozo de una sandalia Flip Flop y le añadió las criaturas marinas que tanto le gustaban. Además, agregó unas luces brillantes en la suela y varios colores que pensó que se verían geniales en la playa. Al terminar el dibujo, le escribió encima “FishFlops” y corrió emocionada a mostrarle el diseño a su padre, Dan, quien trabajaba en la industria de la confección fabricando camisetas.
Su padre quedó fascinado con el concepto y con el nombre que la pequeña había puesto al diseño, por lo que en ese mismo momento compró el dominio “www.FishFlops.com” y decidió que la ayudaría a materializar las sandalias que había dibujado.
A partir de ese momento inició todo el proceso de convertir la idea en un producto que se pudiera comercializar.
De la idea al negocio
El padre de Maddie aprovechó sus contactos para conseguir un fabricante en China que pudiese desarrollar el producto. Luego, se sentó a trabajar de la mano con la niña para convertir el dibujo en un diseño completo para enviar al fabricante.
Enviaron el diseño y comenzaron a recibir prototipos por parte del fabricante. Cada vez que recibían un prototipo, debían revisarlo y enviar de vuelta los cambios requeridos.
Esta parte del proceso les tomó varios meses, incluso años, pero finalmente Maddie y su padre habían conseguido el producto que representaba el amor de la chica por la playa:
“El proceso de refinar mi producto y llevar FishFlops® al mercado tomó varios años, pero esta experiencia me ayudó a aprender paciencia y persistencia.” Dijo Madison en una entrevista para Huffpost.
Con el producto listo, ahora el siguiente reto era comenzar a venderlo.
La estrategia de ventas
Maddie y su padre hacían un gran equipo. La joven se encargaba de crear los diseños de las sandalias y su padre le ayudaba con toda la parte de producción y gestión del negocio; sin embargo, las cosas para estos emprendedores no fueron tan fáciles como esperaban.
Pusieron el producto en Internet e intentaron vender las sandalias de forma directa, pero los resultados obtenidos fueron bastante modestos al inicio.
En el año 2010 decidieron empezar a participar en ferias comerciales para negociar con minoristas. Esta estrategia fue muy efectiva, permitiéndoles ganar visibilidad y cerrar contratos con sus primeros distribuidores.
Las sandalias FishFlops ya se comenzaban a comercializar en diferentes pequeños almacenes de la ciudad, pero la chica no se conformaría e iría por mucho más.
En el año 2012, sin barreras mentales que le impidieran hacer cualquier cosa que se le ocurriera, decidió escribir una carta a Nordstrom, una importante cadena minorista de moda de lujo con tiendas por todo Estados Unidos. Consiguió una oportunidad para presentar el producto y llegó a un acuerdo para distribuir FishFlops en 64 tiendas de la cadena desde julio de ese mismo año.
“Recibir mi primer envío de FishFlops y verlos en la pared en Nordstrom fue emocionante para mí. No pensé que llegarían tan lejos. Pensé que se quedarían solo en pequeñas boutiques.” Comentó la emprendedora.
Este acuerdo fue un tremendo impulso para el negocio de Maddie, no solo por las ventas directas que le representaba, sino también porque generó un gran impacto en los medios, haciendo que la chica apareciera en diferentes publicaciones locales y en noticias de televisión.
Empresaria exitosa y millonaria a los 15 años
Para el año 2013 FishFlops logró superar el millón de dólares en ventas, convirtiendo a su fundadora en una de las empresarias exitosas más jóvenes de su país, con apenas 15 años de edad.
A medida que el negocio crecía, se fueron añadiendo al catálogo nuevos productos, como camisetas, botas y pantuflas, además de otros productos que eventualmente fueron descontinuados, como sombreros y libros para niños que Maddie escribía.
Pero a Maddie no solo la motiva hacer negocios, también destaca por ser una chica muy noble. Desde que su negocio comenzó a crecer, decidió que compartiría su éxito con quienes más lo necesitan. A la fecha, FishFlops ha donado más de 20 mil pares de sandalias a varias organizaciones benéficas, entre ellas: Snowball Express Military Charity, Shoes for Orphan Souls, Texas Parks and Wildlife y Texas Children’s Hospital, entre muchas otras. Sus productos han impactado vidas en todo el mundo, en lugares como Costa Rica, Cuba, Guatemala y África. Además, se asoció con la “Asociación de Zoológicos y Acuarios” (AZA) para apoyar la campaña de “AZA, SAFE”, para salvar animales de la extinción.
Actualmente, Madison tiene 22 años y ejerce como directora de FishFlops. Ella está involucrada en cada aspecto del negocio: crea diseños, gestiona los pedidos, negocia con clientes y promociona los productos en eventos comerciales. A lo largo de su carrera como empresaria ha recibido diversos premios y reconocimientos por su labor, como “El Premio de Directores de negocios, marketing y finanzas” en 2014 y “El Premio Wonder Woman 2020” en la categoría Estrella Naciente / Independiente. Ha participado en cientos de eventos empresariales compartiendo las lecciones que ha aprendido con su emprendimiento.
Su historia ha sido publicada en importantes diarios y revistas de negocios, como Forbes, Yahoo! Small Business y Bloomberg Business Week, posicionándose así como un referente y una inspiración para otros jóvenes que también sueñan con ser empresarios.
En cuanto a sus planes a futuro, dice que le gustaría expandir la colección FishFlops más allá de las sandalias a otros tipos de calzado, pero que mantengan la esencia de lo que su marca representa: creatividad, felicidad y diversión. Ahora que es más adulta, piensa en producir zapatos planos, sandalias, cuñas, tacones altos y botas de montar, dirigidas a un público de su edad.
Así concluimos la inspiradora historia de Madison Robinson, una joven empresaria que, con paciencia, persistencia y determinación, además del constante apoyo de su padre, logró convertir sus pasiones en un negocio rentable que ha llevado diversión y felicidad a niños de varios países. En sus propias palabras:
“A otros jóvenes que quieren emprender les diría que definitivamente lleva mucho tiempo, por lo que deben ser muy pacientes. Si recibes algún comentario, y ese no es realmente el tipo de comentario que crees que es positivo, tenlo en cuenta y úsalo para mejorarte a ti mismo. Y también, diviértete mucho con lo que haces.”
Negocios y Emprendimiento.
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