¿Hay algún sistema que apliquen los millonarios exitosos para multiplicar su dinero? Y la respuesta a esta última incógnita es SI. Se llama interés compuesto.
En 1913, el padre de June Gregg, una oriunda de Ohio – Estados Unidos, decidió, como regalo por cumplir dos años de edad, abrirle una cuenta bancaria a la pequeña con $6.11 dólares de la época. 98 años más tarde, el dinero en la cuenta de June se había convertido en una cifra millonaria… ¿Cómo fue esto posible?
Constantemente las personas se preguntan: ¿Cómo los ricos se hacen cada vez más ricos? ¿Hay algún sistema que apliquen los millonarios exitosos para multiplicar su dinero? Y la respuesta a esta última incógnita es SI. En definitiva, la mayoría de personas que logran construir grandes fortunas emplean diversos métodos de crecimiento financiero, y uno de estos es el denominado “interés compuesto”.
¿Sabes qué es el interés compuesto? Por definición, es un sistema que capitaliza los intereses, por lo tanto, hace que el valor que se paga por concepto de intereses se incremente periódicamente, puesto que la base para el cálculo del interés se incrementa cada vez que se liquidan los respectivos intereses.
Para entenderlo de una forma más clara, la mejor manera es explicando primero lo que se conoce como interés sencillo, pero antes vamos a conocer algunos conceptos básicos importantes.
Cuando una persona decide invertir, por ejemplo, en un fondo de inversiones, el cual se dedica a invertir en los mercados financieros con el capital de varios particulares, esa persona debe tener en cuenta varios aspectos, como la tasa de rentabilidad, si el mercado es de renta fija o variable, los términos y condiciones de retiros y los aportes mínimos, entre otras cosas.
La tasa de rentabilidad es la que define el rendimiento que tendrá el dinero en ese fondo de inversión. Esta se expresa como un porcentaje en un determinado periodo de tiempo. Para efectos prácticos, supongamos que nos ofrecen una tasa de rentabilidad del 10% efectiva anual; esto significa que cada año nuestro dinero ganará un 10% de su valor por concepto de intereses. Lo ideal es buscar productos financieros cuya tasa de rentabilidad esté por encima de la tasa de inflación.
Los parámetros de renta fija o renta variable determinan el nivel de riesgo que se corre con la inversión, siendo los de renta fija más conservadores y estables, aunque de intereses más bajos; y los de renta variable son más arriesgados, pero en estos puede haber un potencial de ganancia mayor. También, existen los fondos de inversión conocidos como “de renta mixta”, que combinan productos financieros de ambos tipos de renta para equilibrar el riesgo y la rentabilidad.
Con respecto a los términos y condiciones de retiro, estos establecen las normas bajo las cuales el inversionista podrá retirar su capital. Por ejemplo, hay fondos que permiten el retiro en cualquier momento que lo desee el particular, y otros donde deben respetarse determinados tiempos.
Finalmente, los aportes mínimos son justamente la cantidad mínima de capital que requieres para poder invertir en un fondo. Cada fondo tiene sus propias políticas al respecto, por lo que debes encontrar uno que se ajuste a tu capital disponible.
Analizar correctamente estos elementos es clave a la hora de elegir el producto financiero que más nos conviene.
Ya que tenemos claros los conceptos básicos, ahora sí podemos entender los dos tipos de interés.
¿Cómo funciona el interés sencillo?
Lo hace de esta forma: si, por ejemplo, invertimos $1.000 dólares con una tasa de interés sencillo del 10% efectivo anual, en un año tendremos $1.100 dólares, en el segundo año tendremos $1.200 dólares y en el tercer año $1.300 dólares. Para el décimo año ya habremos duplicado nuestra inversión, alcanzando un total de $2.000 dólares en nuestra cuenta. Como puedes ver, en este caso el cálculo de los intereses de cada año se realiza tomando como base solo el capital de $1.000 dólares que hemos invertido.
¿Cómo funciona el interés compuesto?
En cambio, en el caso del interés compuesto no solo se reciben intereses por el capital inicial, sino también por los intereses que se generan cada periodo.
Siguiendo con el ejemplo anterior, si invertimos los mismos $1.000 dólares, pero esta vez con una tasa de interés compuesto del 10% efectivo anual, en un año tendremos $1.100 dólares, igual que en el caso anterior, pero aquí los intereses se añaden al capital base para el cálculo de los intereses del siguiente periodo; es decir, al finalizar el segundo año obtendremos intereses por los $1.000 dólares iniciales y por los $100 dólares que hemos generado en el periodo anterior, lo que nos daría un total acumulado de $1.210 dólares.
El Poder del Interés Compuesto: Cómo los ricos se hacen cada vez mas ricos. Al finalizar el tercer año, ya tendríamos un total de $1.331 dólares. Para el décimo año, habríamos acumulado en total $2.594 dólares, una cifra superior a los $2.000 dólares alcanzados con los mismos valores, pero bajo una tasa de interés sencilla. Y, lo más interesante es que, cuantos más periodos transcurran, mayor va a ser la diferencia de rendimiento entre ambos sistemas, esto gracias a que con el interés compuesto el dinero va creciendo de forma exponencial.
Además, en los fondos de inversión se pueden ir realizando aportes adicionales para lograr mayores ganancias.
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¿Cuál es la fórmula del interés compuesto?
¿Cómo saber cuánto dinero tendré en un futuro determinado si invierto bajo una tasa de interés compuesto? Para saberlo fácilmente, puedes usar la fórmula del interés compuesto, la cual se expresa de la siguiente forma:
VF = VP x (1 + r)^n
Donde “Valor Futuro (VF)” representa el capital total que tendremos al finalizar el periodo de tiempo establecido.
“Valor Presente (VP)” equivale al capital inicial que se invierte.
La “r” es la tasa de interés.
Y, la letra “n” indica el periodo de tiempo que durará la inversión. Este puede ser en meses, trimestres, semestres, años, etc.
Vamos a aplicar la formula en nuestro ejemplo: si invertimos $1.000 dólares (VP) durante 10 años (n) a una tasa de interés compuesta del 10% efectivo anual (r), tenemos que: 1000 x (1+0.10)^10 es igual a $2.594 dólares (VF), que es la misma cifra que obtuvimos previamente realizando el procedimiento de forma manual.
Si la tasa de interés fuese del 7%, nuestros aportes iniciales $5.000 dólares y el número de años que estuvimos presentes en una entidad inversora fueran 25, obtenemos: 5000 x (1+0.07)^25 = $27.137 dólares
Con los mismos datos, pero bajo un sistema de interés simple, este valor futuro sería de apenas $13.750 dólares, pues los intereses no se suman al capital base y resulta menos rentable al final del periodo.
Dos cosas importantes a tener en cuenta al aplicar la fórmula de interés compuesto son: en primer lugar, asegúrate de que la tasa de interés y el tiempo están expresados de la misma forma; es decir, si la tasa de interés es efectiva anual, el tiempo debe ser también en años. Si no están expresados de la misma forma, debes hacer la conversión de alguno de los dos parámetros. Y, en segundo lugar, al momento de poner la tasa de interés te recomendamos ponerla en su forma decimal para facilitar el procedimiento manual o ponerle el símbolo de porcentaje al hacerlo con la calculadora o en Excel; de lo contrario, el resultado va a ser erróneo.
Ahora, si lo que quieres es saber el tiempo que te tomará lograr una meta financiera determinada, despejando la fórmula para hallar n tenemos que:
n = ln(VF / VP) / ln(1 + r)
Por ejemplo, si queremos saber cuánto tiempo nos tomará llegar a $1 millón de dólares partiendo de un capital inicial de $2.000 dólares e invirtiendo bajo una tasa de interés compuesta del 12% efectiva anual, aplicando la formula lo podremos determinar:
n = ln(1000000/2000) / ln(1+0.12)
n = 54.8 años
Es decir, en aproximadamente 55 años tendremos nuestro millón de dólares. Este cálculo lo podemos hacer fácilmente con Excel o con una calculadora.
Cómo iniciar tu propio plan financiero
Ya que tenemos claro el concepto y sus fórmulas, ahora la pregunta es: ¿cómo podemos aplicar lo aprendido en nuestras propias vidas?
Sin importar a qué te dediques, el ahorro y la inversión son fundamentales para tu éxito financiero. Comienza desde hoy mismo tu plan financiero de la siguiente forma:
- Define tu capital inicial: En primer lugar, define la cantidad de dinero con la que puedes iniciar tu proceso de crecimiento financiero. No importa que sea mucho o poco, lo importante es que comiences con una cantidad viable para ti y desarrolles el hábito del ahorro. Los expertos recomiendan hacer tu ahorro en una moneda estable, como el dólar o el euro, para evitar sufrir fuertes devaluaciones en el tiempo.
- Encuentra productos financieros: En segundo lugar, investiga diferentes productos financieros que te ofrezcan una rentabilidad bajo tasa de interés compuesta, compara y comienza a invertir. Puedes empezar con productos de bajo riesgo, así te vas familiarizando con el mundo de las inversiones y ya luego exploras oportunidades con mayor rentabilidad.
- Establece una cantidad mensual: En tercer lugar, comprométete a añadir mensualmente a tu capital una cantidad razonable con la que puedas cumplir. Aquí lo importante es desarrollar disciplina.
- Haz seguimiento: En cuarto lugar, haz seguimiento al rendimiento de tu dinero, así te vas motivando, aprendes más de finanzas e identificas nuevas oportunidades de inversión.
Si comienzas hoy tu plan financiero, tu yo de 33 años en el futuro te lo agradecerá 😉
El Poder del Interés Compuesto: Cómo los ricos se hacen cada vez mas ricos. En cuanto a June Gregg, aunque no dijo exactamente la cantidad de dinero que había en su cuenta, si dijo que durante toda su vida había gozado de buena salud financiera gracias a que comenzó su ahorro desde temprana edad y a que constantemente agregaba dinero a su capital, aprovechando así el potencial del interés compuesto.
Así concluimos la explicación de este importante concepto, el cual ha sido clave para el crecimiento exponencial de las fortunas de grandes inversionistas de la talla de Warren Buffett.
En un próximo artículo hablaremos sobre los diferentes productos financieros, sus características, beneficios y riesgos.
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