El emprendedor hábil es funcional a la Administración y el emprendedor astuto a la Estrategia. Esta es la mejor forma de describir el asunto. Así también queda clara ésa otra diferencia fundamental: no es lo mismo Administración que Estrategia, y tampoco un individuo hábil que uno astuto.
Administración y Estrategia son ambos sistemas de gobierno. La primera está esencialmente orientada a la gestión de las variables internas del sistema organizacional, y la segunda a la gestión del sistema condicionado por los factores medioambientales. La Administración mira esencialmente “hacia adentro” y la Estrategia “hacia afuera”. No es lo mismo gestionar un emprendimiento bajo criterios administrativos que criterios estratégicos, comenta el portal Emprendices.
Y no es que ninguno sea mejor que el otro. Todo depende los los contextos y circunstancias que se estén enfrentando.
La Administración se asienta en la eficiencia y la Estrategia en la efectividad. Ambos sistemas deben coexistir para que se maximicen los resultados de la Organización, especialmente si ésta se encuentra sujeta a competencia.
La Estrategia gobierna el emprendimiento a partir de los intereses del Negocio (las funciones de producción y ventas), y la Administración adopta un criterio holístico de gobierno que incluye las funciones del Negocio y también las de apoyo o burocráticas: contabilidad, finanzas, marketing, recursos humanos, logística, etc.
En la medida que exista control efectivo sobre el mercado y la competencia, la Administración puede tener la batuta en el gobierno del emprendimiento, porque en estos escenarios vale mucho la planificación, la productividad, el control, la eficiencia.
Por otra parte, si el emprendimiento pasa momentos difíciles en el mercado, especialmente por efecto de la competencia, la Administración debe subordinarse a la Estrategia y sus criterios de efectividad.
Es así de simple y concreto.
El individuo que comanda los procesos administrativos responde al perfil de un emprendedor convencional, el que dirige los procesos estratégicos es el Strategos. El primero tiene que ser un emprendedor hábil, el segundo un emprendedor astuto.
Un emprendedor hábil es idóneo, capaz, apto y competente para realizar con éxito tareas, quehaceres u oficios relacionados a su Negocio. Tiene inteligencia, talento y destrezas para actuar adecuadamente y lograr su finalidad.
Por otra parte, el Strategos es un emprendedor astuto. Debe poseer habilidad pero también sagacidad en su manera de actuar y pensar, especialmente para “engañar” a sus adversarios y eludir las celadas que se le tiendan.
A la persona sagaz no se le anticiparán fácilmente, ni la sorprenderán muchas cosas o sucesos. Por el contrario, él sabrá tomar las previsiones para que ello no ocurra. Abogados, militares, investigadores y políticos requieren de esta cualidad para triunfar en las acciones que emprenden. Y lo mismo aplica para el Strategos.
Muchas veces se asocia la astucia a intencionalidades negativas o propósitos que no se ajustan a lo correcto, pero esto nada tiene que ver en lo que acá se trata. El objetivo de la Estrategia y el Strategos es prevalecer sobre el competidor, y esto no puede conseguirse si no se es astuto, sagaz, “avispado” y listo. El criterio moral se encuentra en las intenciones de los individuos, no en el carácter de los procesos.
Lo opuesto a la astucia es la ingenuidad, vale decir la inocencia que no ostenta malicia alguna. Y no es difícil prever los resultados que puede tener un Strategos demasiado ingenuo.
Ni la habilidad ni la astucia son atributos de nacimiento, ambas deben cultivarse a partir de conocimiento y práctica. Sin embargo, el carácter y la personalidad de cada individuo son factores importantes en la elección y desarrollo de estas virtudes. Hay muchos más que tienen disposición de construir habilidades, que las dispuestas a volverse personas astutas.
El desarrollo de un emprendedor hábil puede tener menor dimensión social. La habilidad de una persona puede incluso estar relacionada solo a cosas inanimadas, en tanto que la persona astuta casi siempre se califica de acuerdo a sus capacidades en el relacionamiento con otros individuos.
Y en resumen lo que es más importante: la persona astuta puede (y debe) ser igualmente hábil, en tanto que la persona hábil no necesariamente será astuta.
La formación del “emprendedor hábil” está en todos los procesos educativos convencionales, sin embargo no existen muchos esfuerzos organizados (y menos institucionales), para formar al “emprendedor astuto”. Este es un problema que se resuelve inercialmente cuando tienen que enfrentarse situaciones complejas y aguda competencia.
La mayoría de los Strategos que operan por allí, son producto de experiencia más que de formación, y esta es una importante desventaja competitiva (o ventaja, dependiendo desde la orilla que se la ve).
Es necesario formar, capacitar, entrenar e incluso adoctrinar al emprendedor astuto. No tendrían que existir dudas o cuestionamientos al respecto.
El perfil del Strategos como gerente experto en la competencia es algo más específico, sin embargo las características del emprendedor astuto tendrían que ser más universales.
Perfil del emprendedor astuto.-
- Planifica ANTICIPÁNDOSE a las acciones y reacciones de enemigos, oponentes, adversarios o individuos que tengan similares intereses y compitan por el mismo desenlace. La anticipación es una virtud típicamente estratégica, y en tanto también forma parte del herramental que posee el emprendedor hábil, es indispensable en el emprendedor astuto.
- Aplica artimañas para conseguir sus fines.
- Invierte el mínimo esfuerzo para maximizar los resultados y evitar cualquier tipo de consecuencia negativa. De esto se trata la astucia: tomar el camino más corto, ahorrar tiempo, evitar fatiga y esfuerzos innecesarios. Mientras que todos suben por las gradas, la persona astuta tiene identificado siempre un elevador.
- Siempre busca más información. No confía en la que está disponible para “todo el mundo”.
- Cuestiona los motivos de los demás. Esto es lo que más lo aleja del escenario de la ingenuidad o inocencia. El emprendedor astuto tiene la capacidad de ver a través de las máscaras de los demás. Desarrolla marcada intuición para discernir las intenciones ajenas.
- Busca los pequeños detalles. En ellos no solo “se esconde el diablo”, también las respuestas y soluciones. Mirando se pueden ver muchas cosas.
- Se mantiene alerta siempre. Sabe que interactúa con otros que buscan ganarle la partida, y está consciente que errores propios o ajenos definen los resultados.
- Adopta un punto de vista objetivo. El emprendedor astuto trata que sus percepciones y decisiones no se vean afectadas por emociones y prejuicios.
- Toma nota de las fortalezas y debilidades de los demás. Esto es crucial. El emprendedor astuto mejora su posición engañando, despistando o mintiendo al adversario, y esto se consigue con mayor facilidad si se conocen las fortalezas y debilidades ajenas.
- Desarrolla su inteligencia. La capacidad de destacar y triunfar en la vida no está asociada a erudición, sabiduría o genio, lo está a la inteligencia. Y en concreto a la capacidad de ser una persona más inteligente cada día.
- Nunca cree todo a primera vista. El emprendedor astuto es escéptico de corazón, pero como todo escepticismo funcional y útil, es humilde. Solamente así cumple con la lógica de tener una mente abierta a todo y sin ningún tipo de ataduras.
- Considera siempre todos los posibles resultados. En éste sentido puede ser perfectamente un “fatalista”, alguien que metódicamente anticipe fatalidades para tomar las mayores previsiones y evitar desenlaces inesperados. Algunos de los hombres más grandes de la historia eran “eximios” fatalistas, entre ellos Napoleón, el que probablemente pueda considerarse el Strategos más grande de todos los tiempos.
- Aprende de sus errores. En una dinámica sujeta a competencia, los errores pueden ser muy bien aprovechados por el adversario. Pero por otra parte, si no se cometen errores nunca se aprende ni mejora el perfil competitivo. El factor clave es, por lo tanto, aprender rápida y eficientemente de los errores, y de ésa forma respetar la premisa estratégica de no cometer el mismo dos veces.
- Se conoce muy bien a sí mismo. Esto es fundamental, tanto para ser un emprendedor hábil como un emprendedor astuto. Es mucho más importante que conocer bien a los adversarios. Quién se conoce a sí mismo está consciente de fortalezas, debilidades y potencialidades, igualmente de la capacidad de abordarlas y trabajarlas.
- Mantiene una “cara de póker” en las relaciones profesionales. El emprendedor astuto no solo posee la habilidad de “leer” conductas y movimientos opuestos, también evita que sus oponentes puedan identificar lo que piensa o siente. El lenguaje corporal lo tiene muy bien modelado.
- Evita ser el centro de atención. El emprendedor astuto opera con “bajo perfil”. Siempre “está allí” y todos lo saben, pero él no se hace evidente. En tanto más se llama la atención, mayor posibilidad existe de ser estudiado y que se develen planes e intenciones, y ése no es un acto inteligente, mucho menos astuto.
- Tiene siempre una “ruta de salida”. En la lógica estratégica el “plan B” no tiene la misma connotación que sostiene el pensamiento convencional. No es un plan alternativo para el caso que las intenciones principales fracasen. El Strategos trabaja siempre con muchos plan “A”, no con “planes principales y de emergencia”. La lógica del “plan B” es, más bien, la “ruta de salida”, una que podrá tomarse con toda tranquilidad y confianza si los objetivos originales no se alcanzan. La “ruta de salida” no es otra forma de cumplir los propósitos, es una manera de abandonar el campo de juego transitoriamente y sin daños sustanciales.
No es nada fácil mantenerse indemne a lo largo de todas las batallas que se enfrentan en la lid profesional, pero el emprendedor astuto lo consigue en buena forma, con el simple hecho de tener siempre habilitada una “ruta de salida”.
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
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