La carrera por la vacunación contra el covid-19 ha provocado una situación bastante peculiar.
La vacunación contra el covid-19 comenzó en muchos países.
A más de un año de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzara a hablar de pandemia y con varias vacunas de diferentes laboratorios aprobadas y disponibles para el público en varios países, una pregunta resume una nueva preocupación: ¿qué vacuna es mejor?
John Wright, que es médico en el hospital universitario Bradford Royal Infirmary en el centro de Inglaterra, se dio cuenta de que sus colegas médicos prefieren una vacuna, mientras que el público suele optar por otra.
“Ahora tenemos una variedad de vacunas y la gente empieza a preguntarme si puede elegir o qué vacuna recomendaría”, le dice a la BBC.
Para él, no es un momento para andar eligiendo.
Desconfianza
La preocupación sobre la selección de vacuna del covid-19 es un tema recurrente en varios países donde se ha puesto en marcha la vacunación.
Por ejemplo, ese es el caso del principal sindicato de maestros de Italia que rechaza la vacuna AstraZeneca porque cree que las producidas por Pfizer y Moderna son más efectivas.
Este rechazo se observa también en varios sectores de la población en Europa luego de que las autoridades de Noruega, Dinamarca, Islandia, los Países Bajos Francia, Alemania y Bélgica, entre otros, informaran que no aplicarán esa vacuna a mayores de 65 años por considerar que no hay datos suficientes sobre su efectividad.
Algunos países con varias ofertas de vacunas enfrentan rechazos a algunos laboratorios.
Sin embargo, el pasado 16 de febrero dos versiones de la vacuna de AstraZeneca/Oxford contra la covid-19 fueron incluidas en la lista OMS para su uso en emergencias.
Se trata de la vacuna de AstraZeneca/Oxford, producidas por AstraZeneca-SK Bioscience (AZ-SKBio) y el Serum Institute de la India (AZ-SII), que están disponibles para su distribución a través del programa Covax.
Y la desconfianza por las vacunas la Sputnik V, de producción rusa, y la Sinopharm, hecha en China, también está presente en América Latina y otras regiones del mundo. Aunque sus resultados de efectividad son prometedores.
La Sputnik V demostró una efectividad del 92%, según los datos publicados en la revista The Lancet, y la vacuna Sinopharm cuenta con una efectividad del 79,34%, aunque los resultados de la fase III del ensayo clínico no fueron aún publicados en una revista científica.
Según Wright, el concepto de elección del consumidor cuando se trata de inmunización, o incluso de medicamentos, es erróneo.
“Nadie pregunta sobre la marca de su vacuna anual contra la gripe o qué empresa produce la vacuna triple viral que protegerá a tus preciosos hijos”, dice.
Y comparar vacunas entre sí no es tan simple como “comparar bebidas de cola o autos”, añade el médico.
“Todavía es demasiado pronto para hacer afirmaciones: a medida que se acumulen pruebas de la continuación de los ensayos de vacunas y pruebas del mundo real, obtendremos una imagen más clara”, afirma.
Las preferencias
Wright, que es un profesional experimentado en las epidemias de cólera, VIH y ébola en África subsahariana, le dijo a la BBC que en su experimento personal entre las preferencias de sus colegas descubrió que ellos tienen una ligera tendencia a optar por la vacuna Pfizer.
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“Tienden a sentirse más cómodos con las nuevas tecnologías de ARN y los datos preliminares de los ensayos sugirieron una mejor efectividad clínica, que es una parte clave de toda nuestra toma de decisiones clínicas”, explica.
Sin embargo, la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. publicó recientemente datos resumidos del ensayo de Pfizer y resultó que más de 3.000 casos sospechosos -pero no confirmados de covid- no se incluyeron en los comunicados de prensa por lo que la vacuna podría ser menos efectiva que la original 95% que sostenían.
“Me pondría cualquiera de las vacunas”, dice el epidemiólogo John Wright.
Sin embargo, Wright dice que entre sus pacientes y colegas no médicos parece haber una mayor preferencia por la vacuna AstraZeneca, tal vez por su raíces británicas y por su plataforma de vectores virales más tradicional, que utiliza un virus inofensivo para transportar el gen de la proteína de pico del SARS-CoV-2 al cuerpo del paciente.
La vacuna Johnson and Johnson adopta el mismo enfoque.
Por su parte, la vacuna Novavax utiliza una nueva técnica de nanopartículas que consiste en una proteína de pico de SARS-CoV-2 fabricada en laboratorio junto a un agente que le indica al sistema inmunológico que debe tomar medidas defensivas.
“Existe un escepticismo despectivo sobre las alternativas rusas o chinas tanto entre los médicos como entre los miembros del público, aunque la efectividad del Sputnik V parece bastante buena y los resultados aún no publicados para el CoronaVac de Sinovac, que han estado circulando en la comunidad médica también parecen prometedores”, describe.
Elección personal
John Wright cuenta que estaba por recibir la vacuna Pfizer justo antes de Navidad, pero contrajo covid-19 por lo que el virus le dio “una dosis real”, bromea.
Es probable que el médico mantenga una buena respuesta inmune durante los primeros dos o tres meses pero ante una posible reinfección, planea aplicarse la vacuna en un futuro cercano.
La vacuna Sputnik V comenzó a aplicarse en varios países como en Argentina.
“Por supuesto, tomaría cualquiera de estas vacunas: todas han resultado funcionar mucho mejor de lo que podríamos haber imaginado”, asegura.
Entonces, al recomendar qué vacuna aplicarse, Wright dice:
“Mi respuesta es simple: aceptemos cualquier vacuna que nos den (…). La idea de elección parece tan errónea cuando hay una escasez tan aguda de vacunas en todo el mundo”, analiza.