Nuevo orden mundial. Estados Unidos, Unión Europea y Japón, mermados; avance creciente de China, sin soslayar a Rusia y la India
En el mundo, en los próximos años se observará un liderazgo compartido entre varias naciones. No se puede pensar en un país que sea la potencia pos-Covid, sino en un sistema de alianzas y cooperación; por ello, en el mediano plazo, en los próximos 10 años, no se percibe una sola hegemonía.
Estados Unidos, la Unión Europea y Japón están mermados; en tanto China proyecta un liderazgo creciente, pero no se puede descartar a Rusia ni el reposicionamiento de India, donde se están manufacturando muchas de las vacunas para combatir la pandemia.
EU todavía sigue siendo la gran potencia mundial; empero, si se piensa en una potencia pospandemia, no se puede hacer sólo en una nación. La Unión Americana no podrá seguir siéndolo si no es con base en una cooperación trasatlántica con los europeos y en el acuerdo de Norteamérica. En tanto, Europa también requeriría de un esquema de colaboración. El significado de potencia pos-Covid será colectivo.
El significado de potencia después de la Covid-19 será colectivo, no habrá una hegemonía.
Viejo y nuevo rico
Nos tendremos que acostumbrar a convivir con el viejo rico del pueblo global (EU), y con el nuevo rico (China), y todas sus implicaciones. En ese sentido, el tema de las nuevas relaciones triangulares es fundamental; ahora los casamientos únicos tendrán poco sentido para países como México, que tiene en EU y la nación asiática a sus dos principales socios comerciales.
Nuevo orden mundial. En los próximos años veremos a una China pujante “que no sé si se atreverá a ser líder mundial, porque eso tiene un precio muy alto, como ir a guerras y ser criticado, pagar con sus muertos, invertir en la gobernanza global, destinar recursos para sostener organismos internacionales, etcétera. Veo al gigante asiático como un país que espera, que observa, que tiene la calma que le da su cultura e historia, esperando a que se desgasten los demás para llegar finalmente a donde quiere”.
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Parte del supuesto de que Estados Unidos tendrá muchos problemas para rehacer su lugar en las relaciones internacionales pos-Covid, y sin perder de vista el caso de Rusia, una nación que ya venía de menos a más.
El cambio de su gobierno plantea la posibilidad de un retorno a la cooperación, tardía pero muy necesaria.
Capacidades de ataque y lucha
Reposicionarse en un nuevo orden mundial implica para la Unión Americana incrementar sus capacidades de ataque y lucha contra la pandemia, y de resiliencia. En tanto, Europa ha tenido tropiezos en el esquema de vacunación y si no lo recompone tendrá serios problemas para relanzar su economía; además, hay que considerar el impacto que tendría una tercera ola de contagios en un continente que requiere reactivar el turismo, por ejemplo.
El viejo continente está apostando a una recuperación de su mercado de consumo interno y a una reconfiguración de sus capacidades industriales, mirando a la propia Unión Europea y su vecindad, particularmente el norte de África y algunos países de Medio Oriente.
Nuevo orden mundial. La suerte de los europeos se vincula a lo que pasa en Estados Unidos y a las capacidades que ambos tengan de reconstituir el orden multilateral en contra de algunos de sus competidores, entre ellos, China.
Las alianzas globales y regionales son de la mayor relevancia. EU está tratando de recomponer sus ligas con Europa o Japón, y esta última nación no puede cerrar los ojos ante la creciente presencia de China, por lo que participa en un acuerdo comercial con su vecino.
Desde una perspectiva mexicana y latinoamericana es esencial el concepto de relaciones triangulares, “donde en el corto, mediano y largo plazos tendremos que acostumbrarnos a lidiar entre Estados Unidos, que seguirá siendo el más fuerte de nuestra región, y China. De ahí la importancia de tener un mayor conocimiento del país asiático”.