Decía Albert Einstein, “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Dicha frase se traduce en la necesidad de arriesgar y salir del área de confort para tener la posibilidad de ganar (aversión al cambio), de igual forma en el evangelio según San Mateo, en la parábola de los talentos, donde un hombre al ausentarse llama a sus siervos encomendándole su hacienda, entregando a cada uno recursos (talentos) para su administración, al final cuando regresa el dueño de las hacienda ajusta cuentas con cada uno de sus siervos, castigando el siervo que por miedo guardó sus recursos y no generó rendimiento alguno, señalándolo como malo, perezoso e inútil, refiriéndole que al menos hubiera invertido el dinero con los banqueros y así haber cobrado intereses.
En este texto queda claro que el siervo que tuvo miedo en arriesgar su talento guardándolo, fue al final al que corrieron a las “tinieblas”. Esta situación no está fuera de la realidad contemporánea, en donde si a un administrador se le confieren recursos y no genera al menos una ganancia o interés de los accionistas mayor que los intereses bancarios y por arriba de la inflación, está destinado al fracaso y despido.
Un punto clave que surge a partir de investigaciones recientes es cuanta destrucción se produce en una economía moderna. Alrededor de una de cada 10 empresas estadounidenses desaparece cada año, la tasa de extinción media esta en un 10 a 20%. Según el Departamento de Comercio e Industria del Reino Unido, “el 30% de las empresas registradas desaparecen en tres años”2. Para el caso de México no es la excepción, según el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el 80% de las empresas PYMES fracasan antes de los cinco años y el 90% de ellas no llegan a cumplir el X Aniversario, solo el 10% de las empresas medianas y grandes llegan a la tercera generación, por problemas financieros, falta de un gobierno corporativo, adecuado plan estratégico, presupuestos, entre otros. De ahí la necesidad de una educación financiera, de conocer al menos los principales conceptos macroeconómicos y financieros de una empresa.
Ámbito internacional: El 23 de mayo de 2006, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de Norteamérica, por instrucciones del Presidente George W. Bush, creó la Comisión Federal de Educación Financiera, la cual fue compuesta por 20 agencias federales (FED, FDIC, FTC, etc.); asimismo, publicó en español el programa denominado: Adueñándose del futuro: La estrategia nacional para la educación financiera, que desde esa fecha ha buscado promover el conocimiento sobre los asuntos financieros entre la comunidad hispana, tomando en cuenta que ésta es gran generadora de contribuciones en ese país.
Caso de México: Debido a que el nivel general de educación financiera de un país afecta a los mercados y su funcionamiento (mientras más información tenga la gente, habrá mayor aprovechamiento y uso razonable de los servicios e instrumentos financieros), en los últimos años el Gobierno Federal en México ha promovido por medio de la CONDUSEF la educación financiera a la población, para que pueda formar y acrecentar su patrimonio, sin embargo considero esta ha sido muy limitada y tímida. En el pasado mes de noviembre del 2011, las principales Instituciones Educativas del País, firmaron un convenio con el Consejo Coordinador Empresarial, a fin de exigir a los docentes y estudiantes promover el conocimiento del Código de Mejores Prácticas Corporativas, donde la función de finanzas de los consejeros resulta primordial, promoviendo así la apertura organizada de negocios, la educación financiera y el fortalecimiento de las escuelas de negocios.
Ahorro e Inversión: Hay una relación directa entre ahorro, interés e inversión: El interés debe ser alto para que los prestamistas decidan ahorrar y prestar su dinero, pero no debe ser tan alto que desaliente la inversión, ya que el interés muy alto, “los inversionistas decidirán meter su dinero en el banco para obtener un interés seguro y no arriesgan su capital en inversiones productivas”. Por lo anterior la inversión se realiza con los créditos provenientes del ahorro y la reinversión de las ganancias; es decir del capital crediticio, de ahí el concepto de tasas activas el destinado al crédito y las tasas pasivas destinado al ahorro. Durante el transcurso de los años, los Estados han aprendido que para mantener una economía próspera, los gobiernos deben preservar incentivos para que la gente trabaje y ahorre. A continuación me permito sugerirlas siguientes acciones para comenzar a instruir financieramente a quienes deseen mejorar sus finanzas personales y, en consecuencia, buscar una mejor calidad de vida.
Primera: El primer aspecto a revisar es la capacidad que tenemos de general liquidez, ya que no es suficiente saber que los ingresos son iguales a nuestros gastos, pues si llegamos al final de la quincena sin un peso en la cartera esto significa que las decisiones sobre nuestras finanzas no son del todo correctas y esto evitará asegurar nuestro futuro. Hacer un presupuesto en el que anotemos todos nuestros ingresos y todos nuestros gastos, hasta aquéllos que consideremos que pudieran ser insignificantes, nos permitirá primero identificar estos conceptos para luego reducir o eliminar aquéllos innecesarios y entonces sí comenzar a tener liquidez que nos permita comenzar a formar un patrimonio.
Segunda: Después de conocer el estado de liquidez, es necesario medir nuestro nivel de endeudamiento. Sabemos que el contratar un crédito es una herramienta útil para construir un patrimonio siempre y cuando lo que destinemos al pago de nuestra deuda no rebase 30% de nuestro ingreso neto mensual. Si al revisar este aspecto de nuestras finanzas obtenemos como resultado un sobreendeudamiento debemos actuar rápido, consolidando y reestructurando las deudas.
Como dice Ken Fisher en su libro que titula “Aquí hay gato encerrado” las defraudaciones financieras se originan en parte, por trampas cognitivas como problemas de inducción, que nos lleva a formular reglas generales, basándose en una información insuficiente, como los contratos que ofrecen cantidad de empresas financieras con la modalidad de pagos “chiquitos”, que de alguna forma controla la libertad financiera de los trabajadores. Es importante reconocer que las deudas, para unas buenas finanzas personales, deben derivarse principalmente de la creación de un patrimonio, como puede ser la adquisición de una casa, un coche, educación, negocio. Es recomendable contratar créditos de tasa fija y en moneda nacional, pues estas variables aportan certidumbre a las decisiones de mediano y largo plazos en cuestiones financieras.
Respecto al manejo de las tarjetas de crédito, éstas deben utilizarse únicamente como medio de pago al obtener financiamiento gratis hasta por 50 días, además de aprovechar la acumulación de puntos, compras en línea y la conformación de un historial crediticio que nos pueda abrir la puerta para obtener créditos importantes para nuestro patrimonio.
Tercera: Contar con un fondo para cubrir imprevistos, el cual debe ser equivalente, al menos, a tres meses de sueldo, aunque seis sería lo ideal.
Cuarta: La inversión debe ser en instrumentos de rendimientos mayores a la tasa de inflación.
Quinta: Contratación de seguros personales, casa, automóvil, gastos médicos, de vida, a fin de proteger nuestro patrimonio. En la medida que la gente común y corriente se educa financieramente, se puede formar su visión de previsión hacia el futuro, para lograr un retiro tranquilo y seguro; incluso, el gobierno puede, en esa misma medida, destinar más recursos a la inversión.