Para aprender habilidades nuevas, hay plataformas de aprendizaje colaborativo como Bluebotlebiz.com de LID editorial que combina recursos educativos digitales, como cursos y libros, con una red profesional de formadores
La tendencia es imparable. ¿Necesitas un curso intensivo sin perder productividad? La formación empresarial se ha transformado, como lo ha hecho el mundo, gracias a la revolución digital. Hoy, las empresas se tienen que adaptar a la nueva economía digital y para ello requieren que sus empleados estén al día. La tecnología nos está trayendo muchos cambios y esto va a llevar a la automatización de tareas.
Ante este panorama es necesario que se adquieran nuevos conocimientos y una adaptación constante. Por ejemplo, en los próximos años, el 65% de los trabajos que harán las personas de la Generación Z (nacidos a partir de 1997) aún no existen, de acuerdo con el Foro Económico Mundial.
A ello habría que agregar el hecho de que el 38% de los empleadores en el mundo está teniendo dificultades para encontrar colaboradores con las habilidades adecuadas para ocupar diversos puestos.
Pero, ¿cómo mantenerse al día? Hay cuatro claves que ayudan a conseguir este objetivo. Apuesta por lo digital, pero sin olvidar lo analógico.
Aprender en línea aporta muchas ventajas: acceso las 24 horas, rapidez y fluidez. Permite también que cada uno de los empleados gestione su propio aprendizaje. Sin duda, la formación se ha democratizado gracias a Internet.
Ya no basta con tener una carrera, dos másters y varios cursos en el currículum pues los conocimientos no son más que el punto de partida. El cambio de paradigma es que hoy la educación tiene que ser dinámica porque cuando acabemos ese curso que estamos haciendo, todo habrá cambiado ya.
Es necesario cambiar el chip, por tanto, y asumir nuestra formación como un montar en bicicleta en el que, si dejamos de pedalear, nos caemos, y donde uno elige en primera persona adónde quiere ir.
Estamos en un contexto en el que la economía colaborativa cobra fuerza y la gente confía más de lo que le dicen otros iguales que de las marcas o instituciones, se muestran infinidad de temas en los que formarse y para cada uno de ellos mil cursos entre los que elegir, ante lo que las opiniones reputadas de la comunidad de aprendizaje (alumnos y profesores) actúan de faro-guía.
Y es que en este momento la tecnología al servicio de la formación también proporciona grandes capacidadades, como cloud para el acceso multidispositivo, el “aquí y ahora”, o la inteligencia artificial para crear cursos y libros ad hoc para las necesidades de cada uno.
Hacia los quince años una persona ya establece lo que es y, a partir de ese momento, puede entrenar destrezas pero sus fortalezas y debilidades apenas cambian. Por ejemplo, a un enfermero se le puede enseñar a curar una herida, pero no la compasión por el paciente, o que una camarera puede aprender a servir mesas e incluso a sonreír de manera forzada, pero no la empatía.
La propuesta sería buscar en nuestro ecosistema interior nuestras fortalezas naturales. Demasiadas empresas contratan en función de los conocimientos adquiridos para intentar convertir a sus empleados en algo que no son. Hoy tenemos la oportunidad de definir quiénes somos y qué elegimos aportar.
La tecnología ofrece unas capacidades que nunca tuvimos en el aula y la principal es que cada uno puede elegir el tema, el momento y hasta cuánto tiempo le va a dedicar. Sin embargo, no hay que olvidarse de las ventajas que ofrece la formación presencial como la experimentación, la socialización y el intercambio de ideas.
Suma nuevas herramientas y habilidades
Impulsar el llamado aprendizaje colaborativo o entre pares es imprescindible. La implicación, la motivación, la atención y el trabajo constante del trabajador son fundamentales para que la formación fluya.
Todos somos corresponsables. Las empresas ponen los medios, pero nosotros tenemos que estar dispuestos a buscar los momentos y a veces una formación extra. Abrirse a nuevos cursos en línea es relevante. Hay plataformas con miles de ellos que ponen a disposición del usuario contenidos sobre una enorme variedad de temas.
Aplica nuevas metodologías para ganar conocimiento
Emplear diversas técnicas para transmitir información — desde los mapas virtuales hasta aquellas herramientas lúdicas para fomentar la formación — mejora el proceso de aprendizaje hasta convertirlo en una experiencia memorable y épica.
Hoy, en un mundo digital, ya no hace falta que el docente explique todos los conceptos, así que puede aprovechar al máximo el tiempo profesor-alumno en las tareas que realmente requieren su intervención.
Incrementa el aprendizaje con los cursos intensivos, en caso de que sea necesario. Muchas empresas de diversos sectores, no solo el tecnológico, optan por estas técnicas de aprendizaje, pues necesitan profesionales que respondan a las necesidades más actuales del mercado.
Aprende a aprender
Hay que aprender a distinguir entre el aprendizaje formal e informal. El segundo son procesos muy cortos de información o entre iguales que despiertan la curiosidad.
Mientras que el primero está diseñado con el objetivo claro: obtener una cualificación o una especialización. También hay que tener en cuenta las nuevas competencias en esta nueva era.
Desde la creación de contenido y alfabetización digital (entender, conocer y evaluar información a través de la tecnología) hasta las más avanzadas. Hace unas décadas era obligatorio aprender inglés, pero ahora es fundamental dominar las competencias digitales entre ellas el conocimiento de los sistemas de programación u otras herramientas computacionales.
Aunado a ello, las nuevas tecnologías como la realidad virtual y la aumentada permiten tener experiencias pedagógicas potentes y en algunos casos explorar, interpretar y entrenar problemas en entornos de alto riesgo. Pero también el machine learning ayuda a las empresas a personalizar el aprendizaje y saber qué necesita cada colaborador. La tendencia es imparable, tomemos ventajas de ello.
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