Carmina Zamorano nació de familia empresaria, que enfrentó la crisis económica de 1994. Ahora tiene 7 empresas y cuenta sus secretos para emprender.
Cuando llegué a la entrevista con Carmina Zamorano pude ver unas oficinas de primer nivel con vista al Museo Soumaya y al conocer su historia supe que es una empresaria en serie, porque tiene siete empresas y una organización sin fines de lucro. Sus compañías no solo operan en México, sino en Estados Unidos. Ha sido un trabajo duro, pero ya está dando frutos. La revista People en español la nombró como una de las 25 mujeres más influyentes de 2015; y en 2016 la revista Houston la reconoció como “Mujer dinámica del año” por su impacto emprendedor y filantrópico, entre otros reconocimientos.
Estas son las empresas de Carmina Zamorano y su organización sin fines de lucro:
Haras Dos Cavaleiros, 1999. Criador de caballos lusitano y centro ecuestre.
Integra Consultores, 2003. Firma de recursos humanos.
Haras Enterprises, 2008. Hotel, restaurante, salón de fiestas y spa.
Haras Production, 2011. Productora de espectáculos (D! Lujo y Carmina Buen Gusto Show).
Shamballa Jewerly and Sunglasses, 2011. Joyería y gafas de sol de alta gama.
Carnan Properties, 2012. Compañía de bienes raíces de lujo.
Hispano Club, 2016. Multinivel que vende servicios médicos, psicológicos, legales, etc.; a bajo costo a los hispanos en EUA.
hispanas.org, 2018. Comunidad online de hispanas.
Está empresaria radica en Houston, Texas. Ella es originaria de Orizaba, Veracruz. Su papá tenía unas distribuidoras de automóviles Chrysler, y su mamá, joyerías. “Esa época en Coatzacoalcos era de abundancia. El que quería vender piedras pintadas en la calle lo hacía con éxito”, platica Carmina Zamorano en entrevista para Entrepreneur en Español.
“Yo nací empresaria. Es algo que traigo en las venas”, dice Carmina. Recuerda cuando le pedía a su a su mamá que le comprara tiras de pasadores y moños de Hello Kitty para vender en la escuela. “Desde muy pequeña invento negocios e invierto dinero. Nadie me lo explicó. Era como una cosa que respiraba en casa. Esto mismo se está permeando en mis hijas. No tengo que decirles que emprendan, simplemente yo lo hago y ellas lo repiten”.
Fue una niña de clase media. Son una familia de trabajo y valoran el precio de las cosas. “En todas mis conferencias cuento que yo no soy la típica historia de alguien que no tenía nada”, comenta. Pero en la crisis económica de 1994 sus padres se tronaban los dedos para sacar adelante sus empresas. De tener un nivel de vida muy bueno pasaron a vérselas negras. Vendieron su casa, se quedaron sin coche y ya no había dinero para el colegio.
“El mundo de los negocios es como una montaña rusa porque subes y bajas; o como un monitor de signos vitales. Cuando estás muerto aparece una línea recta. En cambio, si estás vivo siempre tienes altibajos. Aquí lo interesante como empresarios es saber capotear los problemas”.
De doblar ropa en Zara a magnate de negocios. Carmina Zamorano
Carmina Zamorano confiesa que su papá no la dejó ser arquitecta; pues en su casa se vivía un patriarcado bastante duro. “Cuando yo le dije a mi papá ‘yo quiero ser arquitecta’. Él me contestó: ‘no hijita, tú quieres ser abogada’. Así que es abogada con una maestría y dos especialidades. Sin embargo, para ella lo más importante es saber lo que quieres hacer en la vida. Y como su mayor pasión es diseñar edificios e interiores hoy tiene una compañía de bienes raíces.
Tuvo un empleo en el Tribunal Superior de Justicia y lo que seguía era ser juez o magistrado. “Me di cuenta que tenía que esperar a que alguien muriera para que esto pasara. Por eso, me fui a vivir a Europa para aprender otros idiomas. Doble ropa en Zara, fui mesera, vendía pasteles, etc.”.
Llegó una gran oportunidad en aquel continente cuando empezó a trabajar para MCKinsey, una consultora global. “Fue mi mejor escuela. Viajé por todo Europa haciendo negociaciones para mis clientes”. Después de unos años Carmina regresa a México y la invitan en Querétaro a ser candidata a diputada federal. “Y llegaron los golpes más fuertes a mi ego porque perdí en la política”.
De Querétaro viene a la Ciudad de México a buscar empleo y su amiga la actriz Betty Monroe la recibió en su casa. “Mandé muchísimos currículums hasta que una empresa de recursos humanos me contrató. Yo sé lo que es pasar por cada una de las sillas, desde recepción, ventas o finanzas y hacer mi mejor esfuerzo”.
Tiempo después decidió darse un año sabático para dedicarse al hogar y se fue a vivir a Houston. Pero no pudo estar sin trabajar así que comenzó a profesionalizar el hobby de su familia: un criador de caballos y centro ecuestre; que hoy es mundialmente reconocido. Después fundó una firma de recursos humanos y siguió sumando compañías. Actualmente, se ha posicionado como una mexicana exitosa en Estados Unidos, pero ha sido un trabajo duro. “Afortunadamente nunca he tenido ningún problema de racismo o discriminación por ser mujer. Pongo límites. No me dejo”.
Carmina Zamorano comparte la fórmula que le ha funcionado:
1. Decidir a dónde quieres llegar. Tener clarísimo en dónde vas a estar en el corto, mediano y largo plazo. Identificar para qué eres bueno y profesionalizarte en eso.
2. Determinar cómo vas a lograrlo. Ya que sabes para que eres bueno, debes precisar un plan de trabajo.
3. Tener la disciplina para ejecutar. Ser sumamente disciplinado (a). Que realmente sean muy pocas las cosas que te saquen de tu camino.
¿Su frase favorita? Una de su propia inspiración con la primera letra de su nombre Carmina. “Creer, Crear, Crecer y Compartir”. “Tú debes creer en lo que vas a crear, luego tienes que crecerlo y cuando esto suceda hay que compartirlo”, concluye.
Alto Nivel.
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