La creatividad genera muchas ideas, pero la innovación permite enfocarnos en un objetivo concreto. ¿Cómo promoverla entre nuestros colaboradores?
La innovación es la única posibilidad que, actualmente, las empresas tienen para ser sustentables en el siglo XXI. Es la creatividad enfocada a un objetivo concreto.
Una persona creativa es una persona que genera muchas ideas y una persona innovadora es la que orienta esas ideas a un objetivo determinado. Si la creatividad no tiene un enfoque concreto, sirve para todo y para nada; en cambio, si generamos ideas con un objetivo determinado, es cuando hablamos de innovar en el sentido amplio de la palabra, desde crear una herramienta tecnológica, hasta crear un nuevo modelo de negocio, establecer un nuevo proceso.
En una organización todos pueden participar generando procesos de innovación, en base a un objetivo, el cual, normalmente, lo define la alta dirección; no obstante, hay empresas donde la innovación no está restringida a su área correspondiente o al área de desarrollo, sino que dan la posibilidad de que todos los empleados de la empresa, independientemente de su cargo o de su preparación académica, puedan participar en ello.
Cómo promover la innovación evitando caer en la “zona de confort”
- Establecer una campaña estimulada desde la alta dirección, donde se invite a todos los empleados a innovar.
- Definir una práctica formal de innovación. El departamento de Recursos Humanos (RH) de una empresa puede, por ejemplo, establecer una dinámica como “La semana de la innovación”, y recibir todas las ideas que los empleados aporten para el logro de un objetivo en concreto. Una práctica donde se haya definido bien tiempo, lugar, método, jueces, etc, es decir, crear un aparato que le dé formalidad.
Contextos para estimular la generación de preguntas
En la innovación es más importante la pregunta que la respuesta. La pregunta correcta te lleva a la respuesta correcta. La forma de estimular la innovación es estimular más las preguntas que las ideas. Hagamos las preguntas relativas al modelo de negocio, al nuevo producto… porque eso hace que la mente empiece a divagar visualizando diferentes opciones para, posteriormente, seleccionar las mejores para resolver un tema en especifico. Es importante realizar focus groups formales donde el objetivo sea la generación de preguntas, eso ayuda.
Tensión emocional vs. Tensión creativa
No obstante, lo cierto es que, innovar implica cambio, salirnos del status quo, pero, al mismo tiempo, da miedo. El status quo nos mantiene en nuestra área de confort que ya conocemos que puede no gustarnos, pero es lo que ya hemos aprendido y dominamos. El cambio genera una tensión emocional que te hace tener miedo y mantenerte en la situación actual.
Por otro lado, la tensión creativa es ese deseo que existe simultáneamente en tu mente que hace que cuestiones ese status quo. En nuestra mente existen las dos partes, pero cuando se equilibran nos quedamos inmóviles o paralizados, por lo que hay que lograr que la tensión creativa sea mucho más potente que la tensión emocional para que nos animemos a dar el primer paso y empezar a cambiar.
Actualmente, muchas organizaciones cuentan con equipos multigeneracionales con paradigmas totalmente diferentes que nutren estos espacios de innovación, generando ideas desde perspectivas distintas para que las decisiones que se tomen cubran la mayor parte de las problemáticas posibles.
Asimismo, cuando, por ejemplo, ponemos una práctica de innovación en la empresa es muy importante que haya una consecuencia positiva de la generación de ideas. Es un gran impulsor el sentir que, además del proceso per se, haya un reconocimiento que no necesariamente debe ser monetario o tangible, sino que puede ser emocional, logrando que el resto de los colaboradores se muevan en esa dirección. El reconocimiento en sí mismo estimula la innovación.
Con información de Alto Nivel.
Te recomendamos: ¿Contratar por actitud o por habilidades técnicas?