¿Cómo controlar el estancamiento financiero?

Estancamiento financiero

El saldo de la certera vencida de los créditos de la banca comercial al consumo alcanzó 42 mil 798 millones de pesos, su mayor nivel del que se tenga registro. Fuente: (INEGI)

Estancamiento financiero

“Trabajo de manera honrada, vivo una vida sin lujos y evitando gastos innecesarios, ¡pero aún así no me alcanza! Una sola ida al cine, un paseo con la familia o salir con mis compañeros de trabajo representa salirme de mi presupuesto, y ya no digamos gastos fuertes como el mantenimiento de la casa o del auto… ¿Acaso mi esfuerzo de más de 12 horas de trabajo al día no merecen que pueda vivir con tranquilidad, y por qué no, brindar momentos de esparcimiento a mi familia?” 

Lo anterior me lo compartía hace poco un lector, pero palabras más palabras menos, es un comentario que escucho frecuentemente tanto en el blog como entre amigos y conocidos, y siendo honestos, incluso se lo he llegado a escuchar a mi vocecita interior. Más allá de escribir algo inspirador para brindar ánimo y esperanza, quisiera proponerles que llevemos a cabo una cruzada donde compartamos ideas para lograr romper el statu quo y cambiar el estancamiento financiero en el que quizá muchos vivimos inmersos. Ya lo decía Einstein: Para obtener resultados distintos, tenemos que empezar por hacer cosas distintas.

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Y bien, como no es correcto tirar la piedra y esconder la mano, empiezo planteando mi propuesta la cual se basa en cuatro puntos:

1. Reducir y controlar nuestros gastos

Evita que empeoremos nuestra situación, pero no nos saca del estancamiento financiero. Llevar un presupuesto eliminando gastos superfluos dando prioridad a la previsión es básico para tener finanzas sanas, cierto, pero es sólo una base sólida para poder despegar financieramente.

Para lograr que tus finanzas despeguen es necesario incrementar tus ingresos. ¿Que es imposible teniendo un trabajo de tiempo completo? ¿Que se requiere de dinero para poner un negocio? ¿Que todo está inventado y hay excesiva competencia? Nunca dije que fuera sencillo pero, ¿acaso un cohete no necesita de mucho esfuerzo para vencer la gravedad terrestre al despegar? Y no se trata de trabajar hasta morir de fatiga: creo que todos conocemos a alguien en la oficina que vende bolsas, champús, gadgets o productos por catálogo. Además están las nuevas oportunidades que nos ofrece Internet, así como la posibilidad de generar ingresos con nuestros pasatiempos.

Estancamiento financiero
Estancamiento financiero

El mejor ejemplo que puedo dar de esto último es una joven vecina de sólo 14 años que, dándose cuenta que las mujeres de mi colonia deseaban clases de zumba como la que se brindan en diferentes parques de la ciudad donde vivo a excepción del nuestro, ¡empezó ella a impartirlas! Le gusta el baile y le gusta la zumba, practicando en casa con DVD’s que obtuvo de las cajas de cereal que compran en su casa. Así que consiguió la música, tomó prestados un estéreo y la cochera de su casa, ¡y hoy se embolsa $300 a la semana por 3 horas de disfrutar bailando!

Con potencial de ganar aún más conforme más vecinas decidan participar. ¿Que no es mucho? Bueno, en una hora gana más que aquellos que ganan un salario mínimo por ocho horas de trabajo, además que $1200 adicionales al mes no están para despreciarse.

2. Desarrollar nuestra habilidad de ahorrar

Subrayo que no dije “el hábito del ahorro”. Al igual que en el punto anterior, separar parte de tus ingresos para gastos y proyectos futuros es básico para tener finanzas sanas, pero es necesario un esfuerzo adicional si queremos vencer al estancamiento financiero. El objetivo es desarrollar la habilidad de identificar promociones, descuentos y programas de lealtad que te permitan gastar menos por adquirir aquello que de todas maneras ibas a comprar, implementar mejores prácticas que te permitan reducir el consumo de productos como la gasolina o la electricidad, así como buscar deducir gastos personales lo cuales nos permiten recuperar impuestos.

Si bien esto podría servir para comprar más sin incrementar nuestros gastos, sería buena idea ahorrar el dinero que dejamos de gastar si en verdad queremos romper la inercia que llevan nuestras finanzas. ¿Y para qué ahorrarlo? Para generar un fondo de emergencias que nos permita poder hacer frente a las vicisitudes de la vida, para poder provisionar gastos futuros (como el mantenimiento de la casa o el auto), o por qué no, para darnos algunos gustos de vez en cuando los cuales son imprescindibles para evitar caer en depresión, la cual suele tener como efecto secundario un empeoramiento de nuestra situación financiera y en nuestra productividad.

3. Evitar la tentación de la Tarjeta de Crédito
Las tarjetas de crédito sólo hay que usarlas cuando tenemos dinero y con base a una estrategia que busque mejorar nuestras finanzas. Subrayo: las tarjetas de crédito sólo debieran utilizarse para mejorar nuestras finanzas y no para satisfacer nuestros caprichos, alimentar nuestro hedonismo, paliar nuestras frustraciones, para mantener un estatus ante la sociedad, o peor aún, para “completar” el ingreso que no nos alcanza.

¿Demasiado revolucionario? Quizá, pero sólo para quienes han sido educados por una sociedad consumista que fomenta el “compre ahora, pague después” como medio de mantener una actividad económica activa sin importar sacrificar al individuo.
¿Y cómo se usa una tarjeta de crédito para mejorar nuestras finanzas? En resumen: aprovechando programas de lealtad, promociones especiales por pagar con tarjetas de crédito, y difiriendo a meses sin intereses productos que tenemos presupuestado comprar depositando el dinero en una cuenta de ahorro o inversión para que sea a nosotros a quienes nos genere intereses mientras mes con mes retiramos lo necesario para pagar el adeudo.

4. No caer en el juego de ¿acaso no me lo merezco?

Este es quizá el punto más delicado, porque mientras los anteriores los puedes llevar a cabo con tenacidad y disciplina, éste surge como una trampa de nuestro subconsciente que nos aprisiona en el estancamiento financiero. Es una pequeña voz que inicia muy suave y pequeña, pero que crece poco a poco alimentada por la frustración e impotencia generadas por la falta de oportunidades de crecimiento laboral, por la pérdida sistemática de nuestro poder adquisitivo ante un aumento de precios desproporcionado al de nuestros ingresos, por los pleitos en el hogar generados por la falta de dinero, por la angustia de tener que afrontar gastos para los cuales no tenemos el dinero.

Al final quedamos convencidos de que es válido endeudarnos o gastar dinero que sabemos necesitaremos  en el futuro próximo comprando aquel producto o pagando aquel servicio que volvimos estandarte de nuestra lucha contra la injusticia del sistema.
¿Y cómo enfrentamos este punto? Como mencioné anteriormente es importante darnos pequeños gustos periódicamente.

Pero estos gustos deben ser cubiertos con el producto de los ingresos adicionales que hayamos obtenido o de los ahorros que hayamos logrado generar (Siempre basados en un presupuesto en el cual respetemos la importancia de provisionar gastos futuros). Si lo quieres ver así, sería algo así como la recompensa por haber hecho un buen trabajo, en el que por cierto, puede participar toda la familia.
Sin importar la edad, todos podemos generar ahorros o llevar a cabo alguna iniciativa que represente un nuevo ingreso para el hogar.

¿Cómo controlar el estancamiento financiero?