La empresa Osito Bimbo inició 34 empleados, a la fecha se ha expandido a 22 países en continentes como Asia y Europa. Ha generado 18 mil millones de dólares sólo en 2013 y 2014 y desde los años 80 cotiza en la bolsa mexicana de valores.
Después de toda una vida dedicada al emprendedurismo, la filantropía, la difusión de valores e ideales, así como la generación de empleos, a sus 98 años falleció. Se trata de Don Lorenzo Servitje, como le gustaba que lo llamaran; no solo fue un empresario por demás exitoso y poderoso con Grupo Bimbo, empresa que tiene más de 70 años entre las empresas que están liderando el mercado de las panificadoras a nivel mundial, también fue un hombre lleno de ideales humanos.
De familia muy numerosa (8 hijos, 24 nietos y 48 bisnietos) Don Lorenzo se caracterizó también por sus labores altruistas y por hacer hincapié en los valores dentro de la empresa.
Nacido en la Ciudad de México el 20 de noviembre de 1918 -hijo de catalanes llegados a México en 1904, que también trabajaban en pastelerías y panaderías propias de la familia-, fundaron en México Panadería El Molino, al término de sus labores en Pastelería Ideal y con la experiencia adquirida, para después dar lugar al gigante panadero Bimbo fundado por su hijo Lorenzo.
A 70 años de iniciada esa aventura empresarial, recordamos que no hay generación que no reconozca al Osito Bimbo y sus productos, y es que el negocio que inició con tan solo 34 empleados en la Ciudad de México, a la fecha se ha expandido a 22 países en continentes como Asia y Europa. Ha generado 18 mil millones de dólares sólo en 2013 y 2014 y desde los años 80 cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores bajo el nombre de BIMBO.
Cuenta con cien marcas que producen más de 10 mil productos diferentes que se distribuyen a través de más de 52 mil rutas alrededor del mundo para llegar a los 2,5 millones de puntos de venta que existen en la actualidad. Entre sus marcas más conocidas se encuentran Barcel, Ben’s, Bimbo, Bimbo España, Brownberry, Dempster’s, Dulces Vero, Eagle, Entenmann’s, Fargo, El Globo, Lactal, Marinela, McGavin’s, Mrs Baird’s, New York Bakery Co., Nutrella, Oroweat, Plus Vita, POM, “Pullman”, Ricolino, Sara Lee, Silueta, Tía Rosa, entre muchos otros.
Todo comenzó cuando Lorenzo concluyó sus estudios en la Universidad Autónoma de México como Contador Público y, tras el fallecimiento de su padre, entró a la empresa escalando hasta la gerencia, haciendo más exitosa y notable la presencia de la panadería en la Ciudad de México. Años después, recién casado y con ayuda de amigos, primos, tíos y su suegro, abrió el 2 de diciembre de 1945, Panificación Bimbo, nombre que surge de la combinación de Bingo y Bambi y que en italiano, a los niños se les dice bambino, en húngaro significa capullo y que el fonema en chino para nombrar al pan suena muy similar.
Pero no todo fue sencillo para Don Lorenzo, sobre todo porque abrir una empresa en épocas de guerras mundiales, sumándole la deshonrosa actuación de los presidentes en turno López Portillo y después Echeverría, que nada aportaron a la economía mexicana era toda hazaña. Se arriesgó e inició con el 50% de su empresa ya endeudada, aún así y como parte de sus disciplinas, Don Lorenzo ahorró lo suficiente para construir su fábrica en un terreno de 3 mil metros cuadrados, fiado por su suegro, expandiéndose a otro terreno aún más grande poco tiempo después.
Ya establecidos en la Ciudad de México, Don Lorenzo y su equipo decidieron invertir en Toluca donde, dice él, todo inició. Se dedicaron primero a la producción de tres productos diferentes, pan de caja blanco, grande y pequeño, el pan tostado y el pan de centeno. Para 1952 ya tenían más de diez productos diferentes entre los que destaca su línea de bollería que hasta ahora está vigente y es muy famosa.
Según Don Lorenzo, las tres disciplinas que fundaron a Bimbo fueron el ahorro, trabajo arduo y el arriesgarse. Valores que catapultaron su empresa a escalas que él mismo no entendía y que para 1972 lo llevaron a instalar en Atzcapotzalco, Ciudad de México la planta panificadora más grande de Latinoamérica y una de las más grandes en todo el mundo.
Según el padre del Osito Bimbo, la empresa tuvo que ¨portarse bien¨ y no optar por la evasión de impuestos como se tenía por costumbre en ese entonces, acción que caracterizó a Grupo Bimbo como una de las empresas con mayor ética en todos ámbitos, desde el manejo de personal, finanzas hasta el aspecto más importante para él, su labor filantrópica. Conocido también por ser un fuerte seguidor de la iglesia católica y hasta causar polémica por su vinculación al Opus Dei, Don Lorenzo Servitje se caracterizó por ser conservador y apoyar con fuertes sumas las campañas de partidos políticos como el PAN, y por difundir la ideología Social Demócrata Cristiana.
Sea como sea, los valores que ha implementado en su empresa han dado más que excelentes resultados pues tienen el propósito de crear, en sus empleados, un sentido de pertenencia, amor por la camiseta como lo llama él. El empleado no es un instrumento, nos enseña, es parte de ti, de tu crecimiento, si él está bien, tu empresa está bien.
Don Lorenzo era de las personas que siempre veía todo con ojo crítico, realista, a su parecer “México no acaba de encontrar su camino, ése es el problema; tiene muchas cualidades, pero no encuentra su camino”. Saber la realidad de su país lo llevó a superar estas barreras y a no ser una víctima sino alguien que buscaba soluciones. Aunque siempre estuvo consciente del ambiente político mundial “los políticos… como en todas partes“, no se dejó llevar por el desánimo que pueden causar situaciones negativas y se centró en construir su imperio con una labor implacable, humana y con bases sólidas.