Biólogo mexicano ganó el concurso más prestigioso del mundo en fotografía de vida silvestre
Fernando Cosntantino Martínez Belmar, ha ganado uno de los concursos más prestigiosos del mundo en fotografía de la naturaleza, se trata del «Wildlife Photographer of the Year», el cual es una competencia internacional anual de fotografía silvestre organizado por el Museo de Historia Natural de Londres, Inglaterra.
Este año se llevó a cabo la quincuagésima octava (58.a) edición del concurso, recibiendo más de 30,000 fotografías concursantes de 93 países de todo el mundo, cada una de las cuales compite en una de las 19 categorías en las que se divide.
El «Wildlife Photographer of the Year» busca destacar la relación única y hermosa entre la fotografía, la ciencia y el arte. Desde 1965, año en el cual comenzó el concurso, el objetivo de la competencia ha sido realzar el prestigio de la fotografía de vida silvestre con la esperanza de que, en última instancia, los premios beneficien a los animales mismos, creando un mayor interés público en ellos y en ese tema tan importante: la conservación.
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De esta manera, se espera que el mostrar la vida silvestre como es imposible verla en el día a día, contribuya a que las personas se enamoren del mundo natural y cuiden su futuro, así se describe en el portal del concurso. «Las imágenes participantes y ganadoras a menudo invitan a la reflexión y son conmovedoras, y también pueden ser vitales para los esfuerzos de conservación».
Es increíble reconocer cómo este prestigioso concurso utiliza la fotografía para celebrar la maravillosa diversidad de la vida, inspirar e informar y crear defensores del planeta, según se describe en la página oficial. Defiende la fotografía ética de la vida silvestre, premiando las representaciones veraces de la naturaleza que muestran respeto por los animales y el medio ambiente.
Pensando en este mensaje, los invitamos a observar la imagen ganadora de la categoría «Comportamiento: Anfibios y reptiles», la cual se denominó “El ladrón de los murciélagos” y fue tomada por Fernando Constantino Martínez Belmar, un biólogo mexicano.
La fotografía fue tomada en la cueva de las serpientes colgantes en Quintana Roo (México), el albergue de miles de murciélagos que entran y salen por las noches en busca de comida, pero no son los únicos que esperan esta hora del día para alimentarse, pues las serpientes rata aprovechan el comportamiento de este mamífero para colgarse del techo de la cueva y atrapar a los murciélagos durante su vuelo.
Y así fue como Fernando Constantino, usando una luz roja, a la que tanto los murciélagos como las serpientes son menos sensibles, logró obtener esta espléndida toma del momento preciso en el cual una serpiente rata de Yucatán atrapa a un murciélago.
Según se describe, el biólogo mexicano solo tuvo unos segundos para disparar cuando la serpiente rata se abalanzó y arrebató un murciélago en el aire antes de retirarse a su grieta con su presa.
Una de las cuestiones que hace realmente valiosa a esta fotografía es que plasma el comportamiento de estos organismos, enfatizando en el comunicado del ganador que en la oscuridad «ni el depredador ni la presa pueden verse, pero tienen formas de ubicarse en la oscuridad. Los murciélagos pueden identificar a las serpientes rata mediante el uso de la ecolocalización y las serpientes pueden sentir el movimiento de los murciélagos cuando pasan volando».
Finalmente, describe Sugandhi Gadadhar, cineasta de vida silvestre y juez, que lo que hizo la imagen para mí es el momento: la velocidad y el estado de alerta de la serpiente, el murciélago con la boca abierta y tanto el depredador como la presa medio colgados en el aire.
