Hay una característica inherente en los emprendedores, o bueno, casi en todos: el entusiasmo exacerbado. Y no está mal, es muy necesario si quieres subirte a esta montaña rusa, pero que no te nuble la mente. Tu proyecto está genial, pero necesitas una estructura y, sobre todo, aterrizarlo en cuanto a valor y costo. Así que calma, antes de ponerle un precio a tu producto o servicio, piensa cuánto realmente te cuesta a ti tu trabajo.
Aquí te doy algunos aspectos debes tener en cuenta para saber realmente cuánto cobrar:
Transporte
¿Cuánto gastas en trasladarte para una reunión de trabajo o para realizar cualquier actividad que directa e indirectamente influya en tu labor? Si usas transporte público, ¿cuánto gastas al mes en ello? En caso de tener un vehículo propio, además del combustible, cuánto requieres para mantenerlo en óptimas condiciones (mantenimiento, lavado, revisiones periódicas y hasta pago por estacionamientos privados).
Locación
Antes que me digas “yo trabajo desde casa y no gasto nada en locación”, debo pararte en seco. Sí tienes que invertir igual en locación; en luz, en internet, en telefonía.
Más que horas trabajadas
Más allá de las horas de trabajo que implica desarrollar ese proyecto, hay un porcentaje de tiempo que también debes considerar, el cual los expertos denominan “horas no facturables”, tiempo que utilizas para escribir a clientes, hacer marketing personal y otras tareas relacionadas.
Calcula bien los días
Caja chica
Evalúa el mercado
Investiga cómo está tu mercado, mira si hay un tabulador de precios para tu servicio y fíjate cuánto cobran otros profesionales. Eso sí, que esto no sea lo único que determine tu precio. Recuerda que tu promesa de valor también pesa y si realmente la cumples puedes cobrar mucho más.
Espero que esto te pueda dar una pista de cuánto realmente puedes cobrar por tu servicio. Cuéntame, ¿tenías en cuenta estos aspectos?
Tu amigo y mentor,
Jürgen Klarić.