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Internet, esencial ante el coronavirus

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El internet se ha convertido en herramienta principal de comunicación, trabajo, comercio, educación y socialización

Internet, esa tecnología utilizada por la sociedad mexicana desde hace décadas, y hasta hace poco considerada principalmente un medio de entretenimiento, por la pandemia de la Covid-19 se transformó en un elemento esencial para la vida cotidiana, principal herramienta de comunicación, trabajo, comercio, educación y socialización para nuestro país.

Expertos en cómputo y psicología coinciden en que si bien desde hace tiempo los mexicanos nos preparábamos asimilando esta red informática y sus beneficios, estaba subutilizada; pero un momento de crisis como el que vive actualmente la nación, y el mundo, ha hecho que se aproveche más que nunca.

María de Lourdes Velázquez Pastrana, titular de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación, explicó que países donde se dio la pandemia antes y que han retomado su economía poco a poco, consideran que incrementaron su comercio electrónico entre 200 y 300 por ciento, cifras que aún son subestimadas.

Igualmente, el home office se volvió una constante, de manera significativa en las medianas y grandes empresas, donde los trabajadores debieron desplazarse a esta red. Y aunque muchos afirmaban que la productividad se reduciría, los hechos muestran lo contrario.

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Aun así, la también presidenta de la Corporación Universitaria para el Desarrollo de Internet (CUDI) considera que la emergencia sanitaria tomó a la sociedad mexicana desprevenida, pues “el uso que se le daba a Internet era muy lúdico, básicamente para diversión; no estábamos listos para sobrellevar este cambio. De ahí que muchas personas han tenido que, literalmente, enfrentarse a la tecnología para poder sobrellevar su día a día”.

Según la Asociación Mexicana de Internet, en su evaluación de 2019, la red alcanzó 71 por ciento de penetración entre los mexicanos, de los cuales 82 por ciento lo usaba para acceder a redes sociales; 78 por ciento para recibir mensajes instantáneos; 77 por ciento para enviar y recibir mails, aunque 51 por ciento lo empleaba para videoconferencias.

Respecto al comercio por esta vía, sólo 14 por ciento realizó alguna compra por Internet, y el principal motivo es que la mayoría prefiere ir a la tienda; de este porcentaje, más de la mitad lo empleaba para pedir transporte o comida rápida, y sólo 11 por ciento para artículos empacados de consumo.

Educación en línea

La Secretaría de Educación Pública lanzó su programa Aprender en Casa, y los niños tuvieron que ir al televisor o la computadora para repasar los libros de texto. Fue la mejor opción debido a que “de un día para otro nos quedamos sin estudiantes en la escuela”, comentó Velázquez Pastrana.

“Aunque no es difícil, la necesidad no existía y debíamos aprender juntos niños, padres y profesores que ahora deben preparar materiales educativos que les permitan reforzar la enseñanza. Ellos no sólo tuvieron que enfrentarse al reto de organizar sus materiales, sino además enseñarle a los pequeños cómo mantenerse en línea y ceder o esperar el uso de la palabra”, añadió.

Con ella coincidió Samuel Acosta, experto de la Facultad de Psicología. Dijo que esta situación implicó el reto para muchas personas de crear nuevas rutinas de trabajo y que hay a quienes le ha generado ansiedad y estrés dentro de casa, tanto por el encierro como por la necesidad de compartir equipos para hacer actividades al mismo tiempo.

Como en las crisis por los sismos de 1985 y 2017, la sociedad debe enfrentar situaciones complicadas, y “esta pandemia es un detonante que causa en la gente una sensación de falta de respiración, preocupación excesiva por estar enferma, dinámicas de trabajo y si puede o no generar recursos para el hogar, lo que termina en ataques de pánico muy graves”.

En materia de educación, Acosta recordó que para los docentes este proceso ha sido difícil, debido a que aunque se tiene conocimiento de las tecnologías, no son expertos en dar clase por esta vía. Los alumnos conectados en la red tienen factores de distracción en su hogar o no conectan la cámara y el profesor no sabe si están ahí o no.

“Para muchos se convirtió en mandar una lectura y pedir un reporte, pero eso no implica el trabajo en grupo, pues se trata de propiciar reflexiones entre los estudiantes sobre el tema. En cuanto a los niños de primaria o secundaria, ellos deben ser acompañados por los padres y estar vigilados en la realización o no de sus tareas”, mencionó.

De ahí que una de las principales acciones emprendidas por los psicólogos es de contención, debido a que las personas requieren practicar técnicas de relajación y, después, tener motivaciones para sobrellevar la crisis.

“Muchos de quienes han estado en el encierro obligatorio han generado mecanismos para sentirse tranquilos, que es otra cualidad del ser humano, el cual puede adaptarse a las situaciones, y “no en todos pasa de la misma forma.”

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Implicaciones técnicas

La pandemia ha llevado a que la labor en casa o home office sea predominante para muchas medianas y grandes empresas, donde los empleados realizan reuniones en línea constantes en diversas plataformas para llegar a acuerdos, lo que implica un reto, pues no todos tienen buen acceso al medio digital.

Velázquez Pastrana apuntó que la UNAM ha tratado de ayudar a sus alumnos, pues si bien muchos hogares en México tienen conexión a Internet, al revisar si era suficiente, resultó que no. La conectividad en casa debía dar soporte a cuatro o cinco usuarios al mismo tiempo y tampoco estábamos preparados para eso.

La conectividad mínima para dar soporte a la vida de hoy requiere acceso a fibra óptica y mínimo 50 megas de red; sin embargo, en las casas la principal oferta de las empresas es de 10 o 20 megas, por lo que la Universidad Nacional ofreció a sus estudiantes y académicos ampliar su ancho de banda, lo cual ha funcionado bien para “quienes cumplen con los requisitos, pero la mayoría no contaba con ellos”.

Georgina Araceli Torres Vargas, directora del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de Información, precisó que esto ha sido un problema que ha enfrentado la humanidad desde hace siglos, pues “no todos accedieron al mismo tiempo al mundo impreso y hoy no todos tienen acceso a lo digital, es una triste realidad; lo que debe hacerse es seguir avanzando en cerrar la brecha digital sobre el uso de las tecnologías, lo que implica no sólo el tener acceso, sino saber utilizarlas”.

Las expertas coincidieron en que la UNAM no podrá mantener el apoyo en el ancho de banda por siempre, por lo que estimaron necesario mayor inversión por parte del gobierno y empresas para llevar la tecnología más allá de Ciudad de México, pues al interior de la República Mexicana es donde se presentaron mayores complicaciones en esta materia.

Cultura informática

A eso se suma el temor de los fraudes en Internet, pues si bien no hay cifras oficiales al respecto, en España la Guardia Civil ha calculado un aumento de estos delitos en al menos 70 por ciento durante el tiempo que duró su confinamiento, cifra que aún debe ser confirmada.

La mayoría de las personas, precisó Velázquez Pastrana, no tiene una cultura de prevención, de tener un firewall en la computadora, de que se debe tener cuidado al dar acceso a nuestros datos, lo que produce miedos también en la población para acercarse a estos elementos.

Para tratar de revertir la situación anterior, Torres Vargas refirió que tiene que incrementarse la alfabetización en el uso de las tecnologías y la creación y curaduría de los contenidos.

Precisó que se calcula que 30 por ciento de visitas a las redes son búsquedas acerca de la salud; no obstante, la información está fragmentada, por lo que es indispensable cuidar la calidad y cualidades de los sitios que se consultan.

De ahí que, recordó, hay un código que certifica los sitios web, al menos en el tema de salud, lo que implica revisar que la información consultada debe tener un autor, la información debe complementar más no reemplazar la relación médico-paciente, así como respetar la privacidad de los datos personales del usuario al sitio.

Recomendó, además, revisar que el sitio cite las fuentes de información publicadas y la fecha, además de que si contiene información sobre algún producto, ésta sea respaldada con evidencias adecuadas y objetivas y que ofrezca un correo electrónico de contacto.

La pandemia, coincidieron, vino a ser un parteaguas que cambió la forma en que se utilizan los recursos de Internet no sólo durante el confinamiento sino a futuro, por lo que los expertos recomendaron estar atentos a aprender a manejarlos adecuadamente.

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Revista Gente Q.Roo

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