“Poderoso Caballero es Don Dinero”, decían los abuelos, dueño de nuestra felicidad y nuestro infortunio. Y ha quedado demostrado en los últimos tiempos, donde casi no se piensa y habla de otra cosa, donde las emociones se han disparado llevándonos a estados de ansiedad y angustia.
Los efectos psicológicos que nos produce el $, para la mayoría son desconocidos y muchas veces ni tomados en cuenta, no nos damos percatamos que la falta de $ es solo un síntoma de lo que pasa en el mundo intrapsíquico.
El $ funciona como una droga, que estimula el centro de placer del cerebro y representa una fuerza motivacional; pero así como ganar motiva, tener pérdidas o pensar en lo gastado nos hace vulnerables frente al rechazo social y al dolor físico y emocional. Distorsiones psicológicas ocasionan el mal manejo del dinero.
¿Qué emociones nos despierta el dinero?
Placer y miedo las comunes. Para la mente el dinero sirve para expresar
deseos, ilusiones y sentimientos.
¿Por qué nos inquieta tanto si solo es un valor de cambio?
Primero porque cubre las necesidades de sobrevivencia y placer. Aunque también hemos extralimitado su función necesitándolo para cubrir o tapar necesidades que no necesariamente tendrían que ser cubiertas con dinero. Lo buscamos desesperadamente y creemos que es la raíz de todos los males, lo deseamos y a la vez lo rechazamos.
El uso emocional del dinero
El tipo de relación con el dinero, tiene su origen en el desarrollo psicosexual del niño, es decir, durante la primera infancia. Cuando no se alcanza a madurar el “niño” se queda atorado y dependiente de la madre. Según el maestro Sigmund Freud el adulto que no puede producir se ha quedado en la etapa oral de su desarrollo, sin poder pasar a la siguiente etapa de autonomía; se queda pidiendo, quejándose y demandando que le den.
México es un país que se ha quedado con la madre, sin haber podido alcanzar al padre, que es el que da la fuerza para prosperar, salir adelante, para ganar. Así nos explicamos que teniendo un país rico en recursos y abundante no podamos acceder a la riqueza.
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Impulsos inconscientes y fuerzas antagónicas que bloquean el acceso al bienestar económico.
Necesidad de dominar.
Culpa, sentimientos de no merecer, necesidad de pertenencia a la familia, rebeldía, miedo a la carencia, miedo al éxito, espíritu de sacrificio, falta de fuerza, impulso a morirse.
Falta de autoestima, sentimientos de minusvalía nos lleva a querer comprar todo, cariño, personas sexo, prestigio, reconocimiento.
Presión y exigencias del medio ambiente.
Vacíos existenciales que se llenan con dinero.
El $ como sustituto del amor y la presencia física.
El $ y la identidad sexual masculina. Tener $ está conectado con la imagen sexual, la falta incluso puede ser comparada con sentimientos tales de castración, despotencialización del yo, por esta razón se observa una fuerte aumento de disfunciones sexuales en los períodos de crisis financiera.
¿Puedes ser prós……..pero te saboteas?
Taras Monetarias
En el inconsciente nosotros somos el mayor impedimento para acceder al $, solo reconociéndolas podemos empezar a hacer cambios y dejar la esclavitud y agonía que por ahora nos genera. El $ saca a flote los rasgos de personalidad.
Anorexia financiera. Rechaza, aleja y no toma la prosperidad económica.
Sociopático. El delincuente, el corrupto, el que trasgrede en su afán de tener.
El avaro. La avaricia es la necesidad de acumular, atesorar, es un comportamiento retentivo y tras esto existe el deseo de poder y una forma de autoafirmarse.
El derrochador. El que desdeña el $ tiene miedo a crecer.
El culpable. Quien se deshace del $ para aligerar el peso de sus tormentos interiores. Deseos inconcientes de autocastigo.
El infantil. Gastar sin tomar en cuenta los ingresos demuestra una conducta infantil, (principio de la crisis económica mundial). El origen de la crisis económica estuvo en “los niños” que desde sus deseos inconscientes y sin juicio de realidad compraron y adquirieron deudas que no podían pagar.
El leal. El que por necesidad de pertenencia a su familia, perpetua la tendencia a la pobreza y repite los patrones familiares.
El hedonista. El que elige solo satisfactores materiales para sentir placer.
El insensible. El que es incapaz de demostrar afecto y lo hace con $
El “oral”. El que pide, pide y espera que se le de y no se mueve.
Opciones de crecimiento
Llegar a una sana relación, detectando los impulsos inconscientes. Salir de la dependencia para alcanzar la autonomía, las creencias personales, no lo que nos impone el medio ambiente, medios de comunicación, etc., ya que la libertad solo tiene sentido si podemos generar pensamientos propios.
Hacer un presupuesto emocional. ¿Cómo están mis emociones en relación con el $?
Educación financiera + valores humanos + manejo de emociones.
El placer de recibir lo ganado y gastarlo con plena conciencia del esfuerzo realizado. Reconciliarse con él y darle su justo valor y su justa función. Buscar el sentido de vida, reconociendo que no sólo lo material enriquece nuestra vida.
Valorar la vida por encima de lo material y que ningún precio supere su valor. Sintiéndose capaz y merecedor para ganarlo y sin vergüenza y culpa para disfrutarlo… Se vale soñar con un mundo donde no haya carencia, donde la riqueza esté bien distribuida y donde tengamos una sana y madura relación con él.