La influencia no se logra a través de la intimidación o la extorsión sino que viene de la habilidad de una persona para inspirar y motivar a los que lo rodean.
Ser un líder influyente no tiene nada que ver con tu título, pero tiene todo que ver con ganarte la admiración y la confianza de los que están a tu alrededor.
Tiene que ver con la forma en la que te involucras y te relacionas con los otros y con cómo haces que tu visión resuene en los demás. Puede ser difícil entender qué es exactamente lo que le permite a una persona tener influencia sobre los demás, pero hay ciertos rasgos únicos que sólo los líderes naturales comparten.
¿Tienes lo que se necesita para inspirar e influir en otros? Revisa estos rasgos de personalidad
Los líderes influyentes provocan un cambio para mejorar.
Actúan de manera deliberada.
La influencia no se da por arte de magia, sino que surge de práctica y comportamientos intencionados y deliberados. La gente influyente se mueve por la vida con un propósito, conscientes de sus acciones y de la forma en la que otros los perciben.
Se enfocan en formas de crear el impacto que quieren tener y de lograr los resultados que quieren. Dan retroalimentación constructiva y muestran su apreciación por el trabajo bien hecho. No son penosos ni dividen a la gente y comunican sus intenciones con objetivos y metas claras.
Hablan de manera consciente y escuchan
Dicen lo que realmente piensan. La gente influyente no se engancha en chismes ni en ataques infundados a otros. Buscan distinguirse del resto. Para ser influyente debes crear mensajes claros y concisos y asegurarte de que estás comunicando de manera efectiva tus ideas.
Y así de importante es entender que la gente influyente saben cuándo acallar su diálogo interno y enfocarse en los que lo rodean. Esta es la mejor forma de obtener información que de otra forma no tendrías.
Hacen cosas
Los líderes influyente no tienen miedo de arriesgarse ni de tomar riesgos. No se permiten atorarse ni paralizarse por una situación que no hayan previsto. Se ponen en acción, se mueven hacia delante y encuentran la forma de sortear los obstáculos. Piensan antes de hablar pero no dudan de actuar cuando es necesario.
Se ponen rutinas diarias productivas que les ayuden a mantenerse enfocados para cumplir sus objetivos, pero incluso cuando hacen cosas espontáneas las hacen pensando de manera estratégica, asegurándose de tener un plan de acción en medio de los retos y los cambios que la vida presente.
Siempre están aprendiendo
Los líderes influyentes están en constante aprendizaje y crecimiento. Entienden la importancia de cultivar una mentalidad abierta a nuevas ideas y perspectivas. Se consideran estudiantes de la vida, mejorando continuamente sus habilidades y retándose a expandir su conocimiento.
El conocimiento puede darte las herramientas que necesitas para adaptarte a diferentes situaciones y a entender lo que pasa a tu alrededor. Después de todo, el conocimiento es poder y el poder es influencia.
Son íntegros
La influencia es algo que se gana a través de la integridad y la honestidad. La gente influyente reconoce que otros los usarán como ejemplo a seguir. Son auténticos y se puede confiar en sus acciones y encuentros, y entienden que su reputación es la base de su habilidad para influir y liderar.
Al ser confiable y honesto de manera consistente, inspirarás a otros a adoptar tus ideas y apoyar tu visión. La influencia y el respeto llegan después de hacer lo que dices que vas a hacer y de cumplir tus promesas. Debes ser percibido como una persona confiable y sincera, genuina y considerada.
Conectan
Construir relaciones genuinas consigue derribar las defensas de los otros y abrirlos a nuevas ideas. Esta es la razón por a que la gente influyente trabaja para relacionarse con otros de una forma profunda y significativa. Actúan como conducto para reunir gente y ayudar a otros a conectarse entre sí.
Debes buscar formas de hacer que los que te rodean se emocionen y se interesen por algo, involucrándolos en un proyecto u objetivo más grande. La gente influyente encuentra formas de agregar valor a los grupos en los que colaboran y de tener un impacto positivo en los que los rodean.
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Se enfocan en lo que realmente importa
La gente influyente no se permite involucrarse en situaciones triviales ni en competencias inútiles. No intentan ganar todas las discusiones ni sobresalir en todas las conversaciones. Buscan entender realmente a los demás y ayudarlos a sentirse parte de algo más grande que ellos mismo.
Se enfocan en lo que realmente importa, en objetivos y logros a largo plazo, y en asegurarse de que los resultados finales empaten con sus altos estándares. Debes estar determinado a tener éxito y dispuesto a trabajar duro para conseguirlo.
Tienen altas expectativas sobre sí mismos y los demás
La gente influyente atrae a otras personas. Son apasionados, se involucran y hacen que los demás crean en ellos. La gente influyente se pone expectativas muy altas para ellos mismos y para los demás.
Tienen un entusiasmo incansable que motiva a los que los rodean a lograr cosas increíbles y a salir de sus zonas de confort. Motivan a otros a superar los obstáculos y a ser mejores que los retos que se les presentan. Entienden que el fracaso es posible, pero al mismo tiempo saben que el éxito no llegará si no lo intentan.
Se entienden a sí mismos
Para ser un líder efectivo e influyente, primero necesitas entenderte a ti mismo. La gente influyente se toma el tiempo de reflexionar quiénes son y de entender sus valores y sus objetivos.
Son conscientes de sus pensamientos y sentimientos y de la forma en la que procesan y transmiten esas emociones a los demás. Se sienten cómodos en su propia piel y saben la forma en la que reaccionan a las diferentes situaciones. Entienden lo que los motiva y lo que los hace funcionar.
Se enfocan en sus fortalezas pero entienden sus debilidades
La gente influyente reconoce e intenta depender de sus fortalezas, pero de igual forma reconoce las áreas en las que es más débil. Al ser consciente de tus vulnerabilidades puedes hacer algo para controlarlas.
La verdadera consciencia de uno mismo viene de verte claramente. Tus fortalezas te pueden llevar a alturas insospechadas y ayudarte a apalancar tu influencia sobre los demás. Pero tus debilidades pueden evitar que logres las cosas que sueñas. No podrás apreciar realmente lo que eres ni aprovechar tu influencia hasta que reconozcas tanto tus fortalezas como tus debilidades.
Se vuelven indispensables
Ser influyente significa ser relevante, y eso quiere decir que hay algo en ti que los otros perciben como importante y significativo. Para ser influyente debes encontrar formas de hacerte indispensable: alguien que resuelve los problemas y es esencial para lograr objetivos importantes.
La gente influyente encuentra formas de volverse relevantes y vitales continuamente renovando sus habilidades y sacando ventaja de sus fortalezas. Son lo suficientemente astutos y versátiles para adaptarse a las circunstancias cambiantes y crean sinergias y colaboran con los demás.
Valoran a los demás
La gente influyente entiende la importancia de reconocer a la gente que los rodea. Permiten que los otros brillen, sabiendo que el éxito de los demás no aminora el suyo ni hace menos sus logros. Valoran a los que son parte de su camino y del viaje de su vida.
Pasan tiempo escuchando realmente a los que los rodean, entienden que mantener abiertas estas líneas de comunicación es clave para evitar cerrarse a las oportunidades. Ven las fortalezas de los demás y se rodean de personas que los puedan ayudar a llenar las áreas en las que ellos no son tan buenos.
Están constantemente analizando
La gente influyente tiene la capacidad de analizar rápidamente las cosas y valorar las situaciones que están viviendo. Entienden que tienen que mantenerse relevantes mientras se enfrentan a los retos.
Las circunstancias y las condiciones están cambiando constantemente y los líderes influyentes saben cómo monitorear su entorno para ajustarse cuando sea necesario. Se mantienen actualizados y siempre están alerta de lo que hace su competencia, pero también son receptivos ante las críticas de los demás y le abren la puerta a la innovación y a la resolución de problemas de manera creativa.
Se aseguran de que los demás sean escuchados
La gente influyente es empática y quiere hacer que las personas a su alrededor se sientan entendidas y sean escuchadas. Reconocen que todos necesitamos una voz y tenemos el derecho a decir lo que pensamos.
Empoderar a otros es clave para asegurarte de que se sientan valorados e incluidos. Si quieres ser un líder influyente, intenta apagar tu boca por un momento y engancharte en una escucha activa para realmente entender lo que los otros dicen. Escuchar a los que te rodean es primordial para promover una comunicación abierta y honesta y para obtener retroalimentación concreta de los otros.
Inspiran
La gente influyente transmite optimismo y son capaces de ver posibilidades y oportunidades que otros no ven. Nos inspiran porque queremos ser como ellos. Se distinguen de resto y nos hacen querer hacer lo correcto, se la mejor versión de nosotros, seguir empujando nuestras barreras.
Para ser influyente debes hacer lo que parece imposible, y motivar a los demás a que también lo hagan. Debes levantar la mano para hacer la tarea que parece más difícil o el proyecto que se ve más abrumador, pero que terminarán siendo los más importantes o satisfactorios una vez que los hayas terminado. Como líder influyente tendrás la habilidad de impulsar un cambio en los que te rodean. Asegúrate de que sea el mejor.