La empresa Dianco México, conformada por empresarios, ambientalistas y científicos especializados en Ficología (disciplina de la botánica especializada en el estudio científico de las algas), anunció sus intenciones de instalar cuatro fábricas para procesar el sargazo
Fundada por el Mayco Amateco y Héctor Romero, quienes señalaron que no dejará de llegar sargazo ya que se debe al cambio climático que es inminente e irreversible. En 2019 se esperan de 600 mil a 1 millón toneladas, por lo que es un verdadero problema saber que se hará con las miles de toneladas que llegan de sargazo.
Cada año se talan miles de millones de árboles para producir celulosa. Es especial para la industria Papelera y 20 industrias más (Petrolera, farmacéutica, textil, cosmética, detergentes, pinturas, etc.). En México no queda una sola empresa productora. Todo se importa y ha incrementado su precio un 120% en 10 años.
Ya hay una solución para aprovechar todo el sargazo que invade Quintana Roo, el Caribe y con él productor de celulosa, fertilizante orgánico y bioplástico a partir de sargazo.
Refirieron que hay donde depositar todo lo recolectado, aprovecharlo ecológicamente al 100% y sin residuos de una solución patentada por mexicanos y en proceso de instalación de su primera planta en Cancún, con la primera planta, se podrán procesar un mínimo de 600 toneladas diarias.
Con este proyecto transforma en “causa” lo que hoy es un “gasto” para el gobierno y hoteleros en la recolección del sargazo, evita la tala de millones de árboles al año, reduce los costos de producción del papel, textiles, medicinas y de todas las industrias que utilizan celulosa.
Permitirá al fin a los productores agrícolas, usar fertilizantes orgánicos (de igual o mejor calidad) a menor costo que los químicos (cuya oferta ante la demanda de 4 millones de toneladas por año, no llega hoy ni al 40%); soluciona la falta de rellenos sanitarios (sólo hay 5 en Q. Roo) y la inmensa inversión que implica; y ayuda a reactivar el turismo y devolver la derrama económica que conlleva.
