El pleno del Congreso español ratificó por unanimidad el Convenio Europeo de Protección Animal de 1987 que prohíbe, entre otras prácticas, la amputación del rabo de los perros por motivos estéticos, de las cuerdas vocales o la extirpación de las uñas en los gatos.
Dicho convenio también establece otros principios básicos para la protección de los animales, como limitar su uso en publicidad y espectáculos o prohibir las amputaciones por motivos no curativos.
Para que la medida pudiera aprobarse, se incluyó una enmienda presentada por la coalición de izquierdas Unidos Podemos (uno de los partidos presentes en el Congreso) que hacía frente a una excepción que había incluido el Gobierno conservador en el texto del Convenio para permitir la amputación del rabo de las razas de perros de caza.
Quienes apoyaban esa excepción sostenían que los perros de caza pueden lastimarse el rabo cuando salen a cazar (¿pero es necesario utilizar animales para la cacería de otros seres vivos?).