Un día puede ser bueno o excelente, a veces, todo depende de cómo inicias o cómo organizas tus actividades. Tal vez la clave no sea ser sumamente ordenado, el secreto de todo esto reside en dedicar un momento adecuado para cada actividad, eso es todo.
Todo empieza desde que despiertas. Probablemente sea uno de los momentos más difíciles de todo el día, sobre todo si es lunes. Sin embargo, deberás poner a prueba toda tu fuerza y levantarte tan rápido como puedas –tal y como ocurre cuando vas a entrar a una alberca y el agua está fresca-. Un adulto necesita dormir entre siete y nueve horas al día.
No se puede evitar lo inevitable y salir de la cama es algo que tarde o temprano tendrás que hacer. Algo es seguro, si decides aprovechar el tiempo y dormitar en la cama en lugar de despertar, iniciarás el día tarde, y como tal, toda la jornada será así.
Antes de salir de casa. Este momento de la mañana puede ser el ideal para revisar correos electrónicos. De acuerdo con la investigación de Pew Research, el 44% de los estadounidenses duerme con sus teléfonos. Así que revisar el teléfono es una de las primeras actividades que hace la gente todos los días.
Beber café. Una vez en la oficina, lo ideal es que vayas por una taza de café, así es, entre las 9:30 y las 11:30 es un buen momento para tener una bebida que te despierte y mantenga alerta. Además, te ayudará a elevar tus niveles de cortisol, que no se reponen hasta bien entrada la noche. Dos tazas es lo recomendable para un adulto saludable.
Aprovecha la mañana. Estudios de la Universidad del Sur de California indican que el mejor momento para concentrarse es por la mañana. Las condiciones corporales son las ideales para enfocarte en tus tareas. De hecho, es mejor hacer el trabajo más pesado en la mañana, porque después de la hora de la comida ataca el clásico ‘mal del puerco’.
Toma una hora para comer. Despegarse de la computadora, salir, caminar y visitar el exterior es la mejor terapia para rendir más. Tener un pequeño rato de recreo ayuda a despejar la mente y pensar con claridad. A veces, las mejores ideas llegan cuando no las buscas.
Haz ejercicio. El momento ideal para ejercitarse es a las cinco de la tarde, sin embargo, si tu trabajo no lo permite, puedes hacerlo después. El ejercicio puede ayudarte a mantener un mejor balance entre tu vida personal y laboral. Las actividades físicas de este tipo te ayudan a sentir que tienes un mejor control de tus actividades, al final del día, el ejercicio puede ser esa meta o check point que te indique que cumpliste con todo.
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