7 frases que las personas inteligentes no dicen

Tus palabras abren o cierran puertas, así de simple. Las personas inteligentes tienen el control de lo que dicen y, por lo tanto, de las oportunidades que aprovechan o dejan pasar. Entre los malos hábitos que te alejan del éxito, considera también mantener lejos de tu mente y de tu boca estas frases tan comunes:

1. “Lo intentaré”

¿Intentar es sinónimo de hacer? ¡Por supuesto que no! No sólo el diccionario lo dice, ¡los resultados también! Si te piden hacer algo y no tienes los recursos (no necesariamente materiales), sé sincero. Ofrece lo que sabes que puedes dar. En el camino podrías descubrir que siempre sí vas a poder cumplir con lo que te pidieron. Lo que la gente detesta es una respuesta tan vaga como la promesa de intentarlo. No les queda claro cuál será el resultado que les vas a entregar.

2. “No es mi culpa”

A veces las cosas no salen bien y, como estás al mando, todos voltean a verte. Estar a la defensiva sólo te nubla el panorama de las soluciones. Vas a perder tiempo dando explicaciones y buscando al culpable. Y al final, esto no va a resolver nada. Concéntrate en arreglar el asunto. Tómalo como una oportunidad para saber qué cosas deberás prevenir la próxima vez.

3. “No es justo”

¿Según quién? Esta frase sale cuando no entiendes por qué las cosas se hacen de manera distinta a lo que esperabas. Responder así a una situación tiene que ver más con lo que crees merecer (o que otro merece) que con un sentido de justicia. Es la frase de un niño antes de comenzar su berrinche. Distingue en cada caso qué te motiva a decirlo.

4. “Yo siempre lo he hecho así”

Claro, puedes dar tu opinión sobre cómo podría hacerse algo. Muéstrate dispuesto a escuchar alternativas. Parte del potencial de un equipo de trabajo está en las diferencias de sus integrantes. Toma todas las ideas que su experiencia pueda aportar. Buscas eficiencia y no control. Saca el máximo provecho de las nuevas herramientas que la tecnología sigue perfeccionando para facilitar tus tareas.

5. “Esto no es parte de mi trabajo”

Si tienes las capacidades para realizar la tarea que otro no completó, termínala. Esto no quiere decir que cada que alguien no realice su trabajo tú lo vas a cubrir. Hazlo al momento y, en la primera oportunidad que tengas, confronta a la persona por su falta. Es bueno reiterar de vez en cuando las responsabilidades que a cada uno le corresponden y animar a otros a comprometerse con lo acordado.

6. “Tiene que salir perfecto”

Si piensas así, acostúmbrate a vivir frustrado. Así salga perfecto según tus estándares, otra persona no lo va a ver de la misma forma. Lo que hay son escenarios ideales. Esfuérzate por acercarte a ellos lo más posible. Aprende que las situaciones inesperadas son parte de la emoción. La experiencia te irá puliendo. Mientras la lista de imprevistos disminuye, cada vez reaccionarás mejor ante ellos y estarás preparado.

7. “Siempre”/”Nunca”

No generalices. Si hay que señalar algún error frecuente, da ejemplos precisos. La información precisa y bien sustentada es más útil que una oración llena de generalidades. Alguien puede tener una perspectiva y recuerdos distintos a los tuyos. Si no argumentas basándote en hechos concretos, difícilmente te van a escuchar.
Considera el impacto de tus palabras. Los malentendidos pueden causar un desastre. Reducir la posibilidad de múltiples interpretaciones de lo que dices te ayudará a comunicarte mejor. Sé impecable al hablar.
 
Con información de Jürgen Klaric