Cultura Empresarial

Crowdfounding: Financiamiento, Inversión y Efectos Fiscales

Crowdfounding

Después de su lanzamiento en octubre de 2010, 11.669 proyectos creativos, solidarios e innovadores han sido financiados gracias al apoyo de internautas de 174 países en la plataforma Ulule. Crowdfounding.

¿Alguna vez has escuchado de alguien que tiene dinero y busca en qué invertir? ¿O de alguien que tiene una idea pero que necesita quien crea en ella e invierta para desarrollarla? Hasta hace no muchos años, a menos que éstas dos personas se conocieran o tuvieran un contacto en común, al primero no le quedaría más que invertir en la Bolsa de Valores y al segundo buscar un crédito en algún banco.

Sin embargo, con la revolución que ha generado Internet y las redes sociales, ahora existen plataformas en las cuales es posible que los emprendedores suban sus proyectos para que los conozcan posibles inversionistas, y los inversionistas puedan escoger entre los proyectos dónde y con cuánto invertir. Hablamos del Crowdfounding, una arriesgada apuesta social que democratizó lo que antes era arbitrio de Casas de Bolsa y grandes empresas.

Breve definición e historia del Crowdfounding

El concepto crowdfounding (llamado micromecenazgo en España y algunos otros países de habla hispana), hace referencia a aquellos esfuerzos de cooperación colectiva llevada a cabo por personas que realizan una red de contactos (o networking) para conseguir dinero u otros recursos usualmente a través de Internet con el fin de financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones.

Nació, como tantas otras cosas, de forma natural a través del tiempo: Personas que sabían de informática comenzaron a realizar programas gratuitos para la comunidad (llamados Open Source). Posteriormente, frente al éxito de sus creaciones y en consideración al trabajo que conllevaba su desarrollo, empezaron a pedir donaciones siendo la respuesta nuevamente mayor a la esperada.

En ese momento, entre los creadores (que requerían de financiación) y los usuarios (que demandaban proyectos creativos y pagaban por ellos) nacía el Crowdfounding, la “financiación colectiva“, como una nueva opción para financiar, en un primer momento, proyectos creativos.

Pero no todo en el Crowdfounding es buscar dinero. Existen muchas redes que buscan fines altruistas, como por ejemplo pagar estudios de jóvenes sin recursos, mecenazgo a artistas desconocidos (de ahí el nombre en España), o apoyar a Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en sus proyectos ecológicos o sociales. ¿Has escuchado, te han invitado o participas en un programa para apadrinar a un niño de comunidades indígenas o rurales? Bueno, eso es crowdfounding.

Las diferentes redes de Crowdfounding. Podemos agrupar las redes existentes según sus fines:
Altruistas, aquellas que buscan apoyar iniciativas que buscan a su vez el bien común sin la intención de ganar dinero por ello. Algunos ejemplos son Aldeas Infantiles SOS en México o Lobo Marley (Protección del lobo ibérico) en España.

Mecenazgos, que son aquellas que buscan apoyar el desarrollo de individuos o comunidades sin esperar una retribución a cambio. La diferencia con una red altruista es que en este caso la persona o grupo apoyado generarán o mejorarán sus ingresos gracias al apoyo obtenido. Como ejemplos tenemos Wishbone, que apoya a jóvenes con pocos recursos quienes desean cursar estudios universitarios en Estados Unidos, o Vermaki, que busca apoyar a artistas, creadores y diseñadores a desarrollar y dar a conocer su arte (Su sede está en España, pero participan personas en diferentes países del mundo).

Crowdfounding
Crowdfounding

Inversionistas, las cuales buscan poner en contacto a emprendedores e inversionistas, de manera que los primeros obtengan recursos para llevar a cabo sus proyectos e ideas, mientras que los segundos obtengan ganancias al haber puesto su dinero a trabajar. En este caso existen múltiples opciones, desde aquellas que lo que recibe el inversionista son acciones de la nueva empresa, hasta aquella donde el emprendedor se compromete a devolver el capital financiado más un rendimiento, pero en todos los casos el inversionista comparte el riesgo con el emprendedor de manera que podría perder dinero. El ejemplo más famoso es quizá Angel Investmen Network – Ángeles Inversionistas en español – el cual cuenta con comunidades en diferentes países del mundo, aunque también existen iniciativas locales como Crowdfounding Chile.

De 18 mil propuestas lanzadas en Ulule, más de 11 mil proyectos fueron financiados con éxito. Un total de 47 millones de Euros han sido los fondos recaudados a través de Ulule

Prestamistas, las cuales, por cierto, hay quienes no las consideran como parte del Crowdfounding ya que se presta al agiotismo, espíritu opuestos al altruismo que le dio origen. En este caso la red pone en contacto a personas que necesitan un préstamo con aquellos quienes están dispuestos a dárselos a cambio del pago de intereses. Un ejemplo es Prestadero en México.

Riesgos a tener en cuenta:

Sin importar si quieres participar en alguna red como benefactor o como beneficiario, un riesgo común es el fraude. ¿Cómo saber si aquella página llena de imágenes de niños necesitados es en realidad un grupo que les apoya? ¿O cómo saber que quienes dicen que van a apostar por tu arte no son en realidad un grupo que vive de plagiar las creaciones de incautos?

Como todo lo que tiene que ver con Internet, la primera regla es la prudencia. Investiga en redes sociales y buscadores en línea, trata de contactar a supuestos beneficiados, y si tienen presencia física en el país donde vives, confirma que tengan los registros pertinentes ante la autoridad correspondiente.

No sigas a ciegas el canto de las sirenas ya que podrías acabar encallado.

Otro riesgo importante para los benefactores, en el caso de financiamiento e inversiones, es que el beneficiado cumpla con sus compromisos, es decir, que realice de forma oportuna y conforme lo acordado el pago de dividendos, primas, regalías o abonos a su deuda. En la mayoría de las plataformas la propia red califica a los beneficiados buscando dar certeza en las operaciones, pero claro, nadie puede garantizar que simplemente desaparezcan de la red, y si su residencia se encuentra en un país al otro lado del mundo, poco puede hacerse hacer por los medios legales.

Efectos fiscales
Si bien las leyes fiscales cambian de país en país y en la gran mayoría el Crowdfounding no está directamente legislado, hay algunos conceptos que conviene considerar de manera universal.

En el caso de los beneficiados
Si recibes donaciones y eres persona física, en el caso de México tienes derecho a recibir hasta 3 veces el salario mínimo elevado al año (poco menos de 80 mil pesos en 2016) sin tener que pagar impuestos por ello. Si recibes más, pagas impuestos por el excedente.
Si recibes donaciones a nombre de una persona moral, tu asociación tiene que estar registrada como una Asociación Civil sin Fines de Lucro ante el fisco, de manera que estén autorizados a recibir donativos. En caso contrario los donativos se consideran un ingreso por el cual se tiene que pagar impuestos.

Si tienes un emprendimiento y lo que recibes es dinero de inversionistas tienes que reportarlo como tal, con lo cual el dinero es libre de impuestos ya que pasa a formar parte del capital de tu empresa. Adicionalmente tienes la obligación de reportar al fisco cada vez que le entregues a los inversionistas los dividendos de la inversión.

Si recibes un préstamo, nuevamente tienes que reportarlo como tal encontrándose ése dinero libre de impuestos. Ahora bien, a la hora de pagar el adeudo, los intereses generados debieran estar gravados por el impuesto al consumo (IVA en México) siendo la obligación de reportarlo de quien presta el dinero.

En el caso de los benefactores
Si realizas donaciones a personas físicas no tienes obligaciones fiscales específicas qué atender.
Si realizas donaciones a personas morales, lo ideal sería que éstas estén registradas como Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro, de manera que puedas deducir tus donativos de impuestos.

Si apoyas proyectos como inversionista, tu obligación fiscal es pagar impuestos por los dividendos que recibas por tus inversiones.
Si otorgas préstamos, los intereses que cobres están grabados por el impuesto al consumo (IVA en México), ya sea que tomes ese dinero de tu bolsillo o se lo transfieras a aquellos a quienes prestas dinero – que es lo común -, de manera que te tienen que pagar lo correspondiente al capital, más los intereses, más el impuesto.

Aquí el principal inconveniente es que las plataformas comúnmente no contemplan el cobro del impuesto al consumo a los beneficiarios. (NOTA ADICIONAL: En el caso de México, la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita – mejor conocida como ley contra el lavado de dinero – obliga a quienes realizan préstamos de manera asidua a realizar reportes periódicos al fisco sobre sus beneficiarios).

Ahora bien, en todos los casos y para poder dormir tranquilos, acércate a un contador que tenga experiencia en operaciones internacionales. Ésta es la mejor recomendación que puedo darte.

Mauricio Priego

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