A los 18 años, Javier Larragoiti recibió una terrible noticia de su padre: “soy diabético”, le dijo. Así fue como pasó de verlo jovial y alegre a cansado y triste. El azúcar era tal parte de la vida de su papá, que aún diagnosticado seguía consumiéndolo.
Así empezó la travesía del emprendedor mexicano que creó con su empresa Xilinat un endulzante natural, el xilitol, que se ve y sabe como azúcar, pero que tiene propiedades benéficas para la salud: controla los niveles de glucosa en la sangre, es bajo en calorías y protege los dientes de la caries.
Este producto, reconocido por Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como una de las promesa en innovación en América Latina, podría ayudar a miles de diabéticos en México y el mundo, pues incentiva la producción en el cuerpo de insulina. Un avance nada menor en un país con altas tasas de obesidad y muertes por diabetes.
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Cada año mueren más 98 mil mexicanos por diabetes, la causante del 15% del total de defunciones en el país, según datos de la Secretaría de Salud y el Inegi de 2017. Además, en México el 73% de los adultos y el 35% de niños y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad, que es factor de riesgo para desarrollar diabetes.
Y es que el azúcar, que contiene cientos de productos procesados, es considerado tan adictivo como la cocaína o la heroína porque causan el mismo efecto neurológico, según un estudio del British Journal of Sports Medicine y del investigador estadounidense Robert Lustig de la Universidad de California.
Su primer idea era formular una pastilla que hiciera a los diabéticos que los alimentos les supiera más dulce, pero su hermana odontóloga le dio habló de lo que sería la clave para la creación de este producto: el xilitol, un polialcohol que se extrae de la madera del abedul y que sirve para proteger los dientes de las caries.
El problema, dijo Larragoiti, era que el xilitol era muy caro y requería de toneladas de árboles de abedul para extraer apenas kilos de este producto.
“Me clavé con la idea de cómo hacerlo barato. Llegue a un laboratorio de la Ibero, donde me adoptó la maestra Lorena Pedraza, hoy socia de este proyecto. Con ella, que estaba trabajando en hacer bioetanol con residuos, empezamos a ver la forma de lograrlo”, dijo.
Larragoiti encontró una forma de producir el xilitol a partir de desechos orgánicos, específicamente del olote de maíz, que compra a agricultores en Puebla. Y lo hizo a través de una fermentación, que básicamente es dárselo de comer a una levadura. Mexicano crea endulzante natural como sustituto del azúcar.
Todo bien con la insulina
“El xilitol es un compuesto que hacemos naturalmente en el cuerpo, en el hígado, y es una parte muy esencial en la producción de insulina. Consumes xilitol y activa tu producción de insulina constantemente para que tus niveles de azúcar en la sangre estén en lo normal”, dijo.
¿Y la protección a los dientes? Es gracias a su propiedad de alcohol. El xilitol “deja una capa en toda la boca, alcohol que precisamente no deja que las bacterias tengan el PH adecuado para crecer y generar caries”.
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Con información de Huffpost