En dosis pequeñas, hay actitudes que pueden ser parte de un estilo de vida saludable.
Nadie dice que es bueno tener malos hábitos. Muchos de ellos pueden lastimarte cuando se llevan al extremo. Pero en pequeñas dosis, esas mismas ptácticas molestas pueden ser parte de un estilo de vida saludable.
Por ejemplo, no quieres vivir en medio de un desastre total en tu casa, pero un escritorio con un ligero desorden podría hacerte más creativo. ¿Quién lo diría?
A continuación, resumimos 10 conductas supuestamente negativas que, contrariamente a lo que nos dijeron, tal vez sean buenas tener.
1. Procrastinar
Hay un cuerpo creciente de literatura dedicada a por qué las personas posponen las cosas y cómo detener este hábito. Pero el profesor de Wharton y autor de Originals, Adam Grant, argumenta que debemos ampliar nuestra concepción de la postergación para incluir no solo la pereza sino también a la espera del momento adecuado. En otras palabras, la procrastinación puede ayudar a impulsar la creatividad porque te da la oportunidad de desarrollar una gran idea.
En una entrevista con Rachel Gillett de Business Insider, Grant señaló a Steve Jobs de Apple como un ejemplo de alguien que se benefició de retrasar ciertas tareas.
“La época en que Steve Jobs posponía las cosas y hablaba de posibilidades era tiempo bien empleado para permitir que surgieran más ideas divergentes, en lugar de sumergirse directamente en las más convencionales, las más obvias, las más familiares”.
2. Morderse las uñas
Investigadores siguieron a 1,000 niños comenzando cuando tenían cinco años. Cuando los pequeños tenían 5, 7, 8 y 11 años, los científicos preguntaron a sus padres si se mordían las uñas o se chupaban el dedo pulgar. Alrededor de un tercio de los niños mostraron uno o ambos hábitos.
Cuando los niños tenían 13 y 32 años, los investigadores realizaron pruebas de alergia. Efectivamente, el grupo que habitualmente se había mordido las uñas o se había chupado el dedo pulgar, desarrollaba menos alergias que los niños que no tenían estos hábitos.
Al mismo tiempo, uno de los autores del estudio aconsejó a los padres que no alentaran a sus hijos a morderse las uñas o chuparse el dedo.
Si bien morderse las uñas normalmente no causa daño a largo plazo, puede dañar la piel alrededor de la uña, haciéndola más susceptible a las infecciones. Mientras tanto, si la succión del pulgar continúa cuando los dientes permanentes de un niño entran, puede cambiar la alineación de la dentadura.
3. Llegar tarde
Ser crónicamente impuntual puede interferir con tus relaciones personales y profesionales, pues te hace parecer desorganizado o, peor aún, irrespetuoso.
Al mismo tiempo, un texto a menudo citado de Diana DeLonzor, autora de Never Be Late Again, arroja algo de luz sobre los aspectos más destacados de la tardanza. Como The New York Times dice:
“Muchas personas tienden a ser optimistas y poco realistas”, dijo, y esto afecta su percepción del tiempo. Realmente creen que pueden salir a correr, recoger su ropa de la tintorería, comprar comida y dejar a los niños en escuela en menos de una hora”.
En otras palabras, las personas tardadas esperan lo mejor, lo que puede ser un arma de doble filo en la vida cotidiana.
4. Quejarse
Nadie quiere ser ese amigo que habla y habla sobre su molesto compañero de trabajo, la lluvia y el pésimo servicio en el restaurante donde acaba de comer.
Investigaciones recientes citadas en el diario The Atlantic encontraron que aquellos que se quejan mucho, generalmente logran más sus cometidos porque tienen un resultado específico en mente y suelen ser más felices porque se desahogan con mayor frecuencia.
Si necesitas quejarte, hay una manera de expresar tu negatividad sin alejar a los demás o agrandar un problema. De acuerdo con el psicólogo Guy Winch, hay una manera correcta de protestar. Se trata de llevar tus observaciones a la persona que tenga el poder de arreglarlas y solo si realmente pueden solucionarse.
Una buena queja tiene tres capas: primero, acércate de manera respetuosa para que la otra persona no se ponga a la defensiva. Segundo, presenta tu queja de manera clara y sin hostilidades. Finalmente, dile a la persona que cualquier acción tomada respecto a tu queja será ampliamente apreciada.
5. Mascar chicle
Es de mala educación estar mascando chicle en una entrevista de trabajo o en una reunión con un cliente, así que no lo hagas. Pero cuando estés solo, te puede ayudar a relajarte y a impulsar tu creatividad.
Múltiples estudios sugieren que mascar chicle te ayudan a estar más alerta y a desempeñarte con mayor claridad. Otras investigaciones incluso dicen que este hábito te permite a reducir los niveles de estrés al bajar los niveles de cortisol en el cuerpo.
6. Tener un escritorio desordenado
Si tu mesa de trabajo tiene tantos papeles revueltos que ya están invadiendo el espacio de tu compañero de a lado, es momento de arreglarla. Pero si puedes contener tu desorden a tu propio lugar, puedes encontrar algunos beneficios en el caos. Una investigación reciente encontró que el desorden ayuda a las personas que se fijan más en las metas a buscar el orden en otros lugares, como su trabajo en sí.
En otras palabras, la simple visión del desorden en tu escritorio puede inspirar a tu cerebro a poner orden a todo lo que encuentre.
7. Ser muy inquieto
Pongámoslo de esta manera: no es la mejor idea estarse moviendo como lombriz en tu silla cuando estás con tu jefe o un cliente. Sin embargo, mover un poco el pie, jugar con tus manos o tener uno que otro tic puede ayudarte a permanecer saludable. Un estudio demostró que las mujeres que son inquietas en el trabajo tienen menos riesgo de morir que aquellas que se contienen siempre.
8. Chismear
No. No te estoy invitando a que juntes a tus compañeros de oficina para hablar mal de otra persona. No obstante, una investigación sugiere que chismear puede ayudar a las personas a sentirse mejor.
Una investigación encontró que cuando los participantes de un estudio científico atrapaban a sus compañeros haciendo trampa en un juego de confianza, su ritmo cardíaco aumentaba considerablemente. Pero los expertos dieron a los participantes la opción de enviar a otras personas que participaban en el juego (que eran realmente cómplices en el experimento) notas sobre cómo se jugaba, y aproximadamente la mitad optaron por escribir notas que transmitían información sobre cómo evitar ser víctimas de los tramposos.
Los investigadores llaman a este tipo de transmisión de información “chismes pro-sociales”. Después de que los remitentes de notas mandaran chismes pro-sociales, dijeron sentirse mejor y que su ritmo cardíaco disminuyó.
9. Divagar
En 2010 investigadores publicaron un estudio en el que aseguraban que soñar despierto puede ser perjudicial. Sin embargo, también puede traer beneficios a tu productividad y creatividad.
Por ejemplo, un estudio citado en el Harvard Business Review descubrió que permitirle divagar a tu mente por 12 minutos al día puede ayudarte a encontrar soluciones a problemas complejos.
10. Usar muletillas
Este, bueno, mmm y otras muletillas pueden hacerte ver poco profesional o preparado. Pero un artículo de la revista Quartz indica que usar algunas de estas palabras de manera estratégica puede hacer que tu audiencia recuerde mejor lo que les estás diciendo.
Es más, otro estudio encontró que las personas más trabajadoras y preparadas tienden a usar muletillas porque están tratando de procesar toda la información que tienen en el cerebro de manera efectiva.
Con información de Entrepreneur.