Aceptar la tarjeta de crédito que te ofrecen en la plaza comercial, saliendo del cine, es el primer error, el segundo no conocer y preguntar las características de ésta, antes de darle el sí
En cuánto ves el límite de crédito de tu plástico, te vuelves feliz como una lombriz, piensas en que tendras todo ese dinero para gastar.
No caes en la cuenta de una de las reglas básicas de las finanzas personales: una tarjeta de crédito no es una extensión de tu sueldo, es dinero del banco, que tarde o temprano tendrás que pagar.
Pero sobre todo, tampoco entiendes lo que implicaba gastarse todo ese dinero: no haces cuentas de cuánto podrás pagar, mucho menos te das cuenta que ese límite de crédito estaba muy por encima de tus ingresos mensuales.
Así, aunque destinaras el total de sus ingresos para pagar la tarjeta, lo cual es bastante complicado si consideramos que hay cuentas por pagar como luz, agua, teléfono, vivienda, comida, no podrás terminar con esa deuda, es decir, se convertiría en impagable.
Con todo y ello, has gastado todo el dinero que te prestó el banco a través de la tarjeta de crédito. Para este momento sólo estas pagando el mínimo requerido por la institución financiera.
Como si no tuvieras ya bastante con la deuda que cargas sobre la espalda, a través de un correo electrónico, recibes una oferta del banco a quien le parece que el manejo de tu cuenta es impecable, y por lo tanto, te has ganado un aumento en tu línea de crédito.
¿Qué sucedió? Aceptas la oferta y nuevamente vuelves a gastar el incremento que el banco te ofreció, lo que no pensaste fue que a la institución financiera le convenía tenerte en esa situación. En realidad tu manejo de la tarjeta que habías hecho era un ejemplo de cómo no usarla, en el momento en que dejaste de ser totalero y pagabas más y más intereses eres el cliente perfecto para el banco.
Entonces ¿cuál es el límite de crédito ideal en una tarjeta de crédito?
Sofía Macías, especialista en finanzas personales, establece que los bancos suelen ver tu comportamiento y conforme a ello te van aumentando tu disponible en tu tarjeta.
Recomienda usar menos de tu límite de crédito y que siempre tengas un cachito libre que te ayude a embellecer tu historial crediticio.
“En resumen, con el límite de la tarjeta lo ideal es que tengamos ‘holgura’, pero ¡no tanta que parezcamos chícharo en bandeja!”, establece Sofía Macías.
Con información de Dinero en Imagen