Al vivir en ciudades, a menudo tenemos que elegir entre habitabilidad, sostenibilidad y asequibilidad
Sin embargo, ese no es el caso en el nuevo proyecto presentado por el Laboratorio de Investigación y Diseño SPACE10, EFFEKT Architects e IKEA, que promete unir a los tres bajo un mismo techo.
Sobre la base de años de investigación, el proyecto aborda una pregunta simple: ¿cómo pueden prosperar las comunidades humanas en el siglo XXI respetando la naturaleza y utilizando los beneficios de la tecnología moderna? El Proyecto Urban Village se propone explorar esta idea, proporcionando descripciones visionarias y visuales en 3D para imaginar esas posibilidades.
La premisa es encontrar socios que estén dispuestos a explorar tales oportunidades en la vida real. Los creadores creen que «vivir una vida sostenible no debería sentirse como una carga, sino como una parte natural de la vida». Y quieren lograr esto «repensando el diseño, la gestión y el ciclo de vida de nuestro entorno construido».
El núcleo de esta visión es vivir en pequeños vecindarios provistos de 12 servicios e instalaciones compartidos, que se adaptan a «personas de todas las edades, orígenes y situaciones de vida». Estos incluyen una sala de estar y cocina compartidas, espacios de trabajo conjunto y eventos, así como áreas de fitness y juegos.
Cada vecindario también tendría jardines sensoriales para recreación, comercio minorista, clínicas de salud y granjas. Las estaciones de bicicletas eléctricas y los espacios para fabricantes también se consideran imprescindibles.
Entre las soluciones sostenibles clave, el proyecto se basa en energía renovable, recolección de agua, bibliotecas de préstamo de herramientas, producción local de alimentos y compostaje de sobras de alimentos, así como aplicaciones digitales que otorgan acceso a servicios comunitarios. Los vecindarios también se basarían en principios de diseño circular, con todos los edificios y elementos fáciles de desmontar, reparar, reemplazar y reciclar.
En términos de vida real, la idea es ofrecer viviendas flexibles que se adapten a necesidades particulares. Las opciones de apartamentos varían desde 36 m2 para personas solteras hasta 144 m2 para familias con tres hijos. Los edificios estarían hechos de madera sostenible laminada cruzada, que los fundadores consideran que es mucho más adecuada para la salud humana y el planeta que los edificios hechos de marcos de acero rellenos de concreto.
Para que todo esto sea asequible, el proyecto utilizará un sistema de construcción modular prefabricado que sería producido en masa y financiado por inversores que no buscan ganancias a corto plazo, como fondos de pensiones, empresas sostenibles y municipios. Los fundadores del proyecto tratarían de hacer una transición de esas propiedades a la propiedad comunitaria, con cada persona o familia asumiendo la propiedad financiera a la escala y al ritmo que puedan pagar.
Incluso con una gran cantidad de desarrollos futuristas sostenibles que han llegado al mercado en los últimos años, este nuevo proyecto parece destacarse al centrarse en las cosas que importan. Equilibra entre las ideas brillantes de eco-lujo y las ecoaldeas utópicas y proporciona una respuesta decente al desafío de la urbanización global.
Con suerte, pronto podremos ver este proyecto visionario despegando en la vida real.
Por Vitaliy Soloviy, ecoportal