Compras online. Adquirir productos a través de internet y devolverlos tiene consecuencias “mayúsculas”
En la era digital adquirir un producto a través de internet es un proceso “fácil”, el problema viene cuando el artículo “no te satisface” y decides devolverlo. Las consecuencias son “mayúsculas”, lo que nos recuerda que el comercio electrónico durante la pandemia se ha disparado “lo que le ha costado crecer años”.
Desde que la mayor parte de la experiencia humana transcurre en Internet, los sistemas de compra y venta se han ido adaptando a esa modalidad. De esta manera, se pueden realizar numerosas tareas a través de dispositivos digitales, como pagar los impuestos, asistir a reuniones y hasta ver obras de teatro.
Progresivamente, las personas se vuelcan más al mundo virtual. Así pues, no resulta extraño que el 12% de las compras totales realizadas en España sean compras online.
Ventajas de las compras online
Internet es un espacio que acapara la atención de todo el que se enfrenta a una pantalla. Así, al estar expuestos durante mucho tiempo, los usuarios de la web son blancos fáciles de la publicidad orientada. Esto hace que se conviertan en potenciales consumidores.
Para los propios compradores, esto suele ser bastante conveniente, ya que se evitan tener que desplazarse hasta las tiendas tradicionales. Además, las compras online cuentan con sistemas de envío efectivos alrededor del mundo.
Precios bajos
Los vendedores de la web se ahorran algo de dinero gracias a la naturaleza de su negocio, que no implica alquiler de locales comerciales ni gastos similares. Esto permite que algunos productos sean más baratos en la web que en las tiendas físicas.
Practicidad
Casi la mitad de las compras online se realiza a través de teléfonos móviles. Ya no hace falta deambular por las calles en busca de precios y de variedades: ahora todo está al alcance de un clic.
Los sistemas de envío de la mayoría de los sitios de compras incluyen la posibilidad de devolver el producto. Puede ocurrir que la compra llegue en mal estado o no sea lo que se había pedido. Actualmente, existen sistemas de devoluciones confiables que operan en numerosos países europeos, los cuales permiten que los usuarios gestionen sus envíos muy fácilmente.
Desventajas de las compras online
Internet es un espacio que puede ser inseguro. Por eso, es necesario tomar medidas. Además, existen otros riesgos relacionados con la impersonalidad de la web.
Seguridad
Las compras online suelen realizarse con tarjetas de crédito o débito; estos datos pueden ser vulnerados y los usuarios pueden sufrir estafas. Hay medios de pago alternativos que protegen la información personal. Se trata de las tarjetas prepago, las carteras virtuales y las criptomonedas. Estos medios son aceptados ampliamente en el mundo online.
Asimismo, existen sitios falsos que exhiben productos que nunca son enviados. Por eso, se debe comprobar que el vendedor presente sellos de calidad. También se puede leer los comentarios de los usuarios para evaluar la web.
Información falsa
Es difícil comprobar los datos en Internet: nada garantiza que los objetos sean como se muestran en las fotos. Además, los precios de los productos pueden ser tergiversados. Un ejemplo de esto son las falsas promociones que inventan descuentos exuberantes para atraer la atención de los usuarios. Por eso se recomienda explorar varios sitios de compras antes de tomar una decisión, ya que al comparar opciones se podrá tener una perspectiva más amplia sobre el mercado y el producto requerido.
La hegemonía de Internet
Las compras, el entretenimiento, la comunicación e incontables actividades humanas más transcurren en la virtualidad. ¿Tiene esto repercusiones negativas en las personas? El escritor estadounidense Nicholas Carr señala que sí. En su libro Superficiales, explica que la inmediatez que le es propia a las tecnologías virtuales acostumbra al cerebro a ese ritmo de procesamiento de la información.
Así pues, la mente se vuelve capaz de interpretar estímulos breves y de manera rápida, pero pierde la capacidad de la introspección. Esto implica la ausencia del pensamiento profundo. Nicholas Carr llevó a cabo un experimento durante el cual se aisló junto con su familia de todo contacto con Internet. El resultado de esa experiencia está plasmado en su libro: la mente humana podría perder la capacidad de la contemplación.
Una ventana hacia el futuro
Sin embargo, es imposible negar las ventajas de la preeminencia de Internet. Especialmente en épocas de cuarentenas, se ha vuelto evidente que la conexión virtual es indispensable en el mundo contemporáneo. Tanto la economía como la sociedad del futuro estarán enmarcadas por las tecnologías digitales.
Quizás la mente humana encuentre en la experiencia virtual un potencial de desarrollo mayor. De todas maneras, el uso de Internet está apenas en sus albores, y quién sabe cuántas áreas de la vida más acaparará en el medio plazo.
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Pero a la vez que se ha producido este auge, también se han incrementado de manera notable las devoluciones de productos. De hecho, según la empresa especializada en devoluciones Optoro, las compras online satisfacen menos que las que se compran en la tienda física ya que se devuelven en mayor medida.
En cifras
Las devoluciones online alcanzan el 50% en Navidades o el Black Friday
“La diferencia es espectacular”. Así, mientras que se producen entre un 4% y un 6% de las devoluciones de los productos adquiridos offline, la cifra se triplica cuando hablamos del canal online -“y en Navidades o por el Black Friday aún aumenta más, hasta un brutal 50%”, detalla Foncillas-.
Lo más preocupante del asunto es que las devoluciones online necesitan embalaje para ser enviado por mensajería, a diferencia de lo que ocurre cuando este proceso se hace en la tienda física, donde la entrega del producto se concentra “en un solo punto”, destaca el profesor. A esto se suma que muchos de los productos que se devuelven, se acaban tirando y convirtiéndose en residuo, lo que genera más de 2.000 millones de toneladas de basura.
Un problema ‘mayúsculo’
Más residuos y emisiones contaminantes
Por todo ello, el proceso de devolución del comercio online es “menos rentable para las empresas” y, además, contamina más. “Es decir, simplificando mucho, mayor comercio electrónico significa más residuos y sobre todo lo peor, más CO2”, concluye.