Cenotes, ventanas al inframundo

Cenotes es una dolina inundada de origen kárstico. Existen varios tipos de cenotes: a cielo abierto, semiabiertos y subterráneos o en gruta.

La misteriosa civilización Maya usaba los cenotes no sólo como una fuente de agua dulce, sino también como una parte importante de su mitología, creyendo que los cenotes eran ventanas al otro mundo y una llave a su vida del mas allá. Ceremonias y rituales rendían culto a los “Dioses del Infra-mundo”.

Para los mayas, los cenotes -al igual que las cuevas- eran entradas al mundo de los muertos, el Xibalbá, lo cual los convertía en cámaras funerarias naturales. En diversos cenotes se han localizado esqueletos humanos, en un caso más de 100. Se cree que esos cenotes fueron utilizados por ciertos grupos como verdaderos cementerios acuáticos, y que los restos no siempre corresponden a sacrificios humanos.

La Península de Yucatán es una plataforma de piedra caliza que se formó hace millones de años, a través de las eras glaciares, el nivel del mar cambió dejando varias veces esta región sumergida bajo el océano. Cuando la Península estuvo expuesta sobre el nivel del mar, se formaron las cavernas o cuevas.

Las lluvias fueron llevando consigo a través de la roca el ácido carbónico formado por las plantas en descomposición que fueron a dar al suelo. Esa mezcla de agua y ácido carbónico disolvió la piedra caliza formando así pasajes subterráneos.

Los cenotes son pozos de agua de gran profundidad, que se alimentan por la filtración de la lluvia y por las corrientes de los ríos que nacen en el corazón de la tierra.

Buscando la salida al mar, el agua de lluvia poco a poco fue formando estos pasajes que hoy en día nos dan los ríos subterráneos más largos del mundo. En los períodos glaciares las cuevas se encontraban secas. Por medio de pequeñas grietas el agua se filtraba y luego se evaporaba. Dejando así el sedimento que poco a poco fue formando estalactitas y estalagmitas.

Durante la última época glaciar los océanos estaban 30 metros abajo del nivel que podemos ver hoy en día. Aproximadamente hace 12 000 años, el hielo empezó a derretirse y el océano subió de nivel, inundando los pasajes y creando un enorme sistema de ríos subterráneos como en ningún otro lugar en el planeta, que en ocasiones se abren paso hasta el mar.

Estos pozos deben su nombre a los mayas, que los bautizaron con la palabra Dz’onot, que significa “caverna con agua” y de ahí derivó a su nombre actual: cenotes.

TZONOT, DZONOT, CENOTES

Fray Diego de Landa fue uno de los primeros europeos en documentar la existencia de los cenotes. Landa habla de “enormes oquedades con agua en tierra firme, tan grandes que fácilmente cabría y se mantendría a flote una carabela de 30 metros de eslora”.

Subraya que los mayas le dan a estos sitios el nombre de tzonot (abismo), palabra que más tarde se pronunciaría dzonot y que se ha alterado hasta conocerse ahora como cenote. Los cenotes eran considerados sitios sagrados, lugares de comunicación con las deidades del agua, y los ritos en que se arrojaban ofrendas al fondo de ellos incluían el sacrificio humano.

Como para un paseo de fin de semana, en Quintana Roo encontramos hermosos Cenotes por ejemplo, en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, no deje de visitarlos: