Arabia Saudí da un paso más en su apertura al turismo internacional

Después de casi 2.000 años cerrada, Arabia Saudí ha aprobado la llegada de visitantes internacionales a la ciudad histórica de Al-Hirj, conocida también como Hegra o Mada’in Saleh, uno de los sitios arqueológicos más importantes de Oriente Medio.

Se trata de una civilización asentada en el sur de Jordania entre el siglo II a.C y el siglo I d.C y que controlaba la ruta comercial entre las áreas montañosas de Jordania, el Mar Rojo, Damasco (Siria) y el sur de Arabia. 

La apertura de este lugar histórico se enmarca dentro de la Saudi Vision 2030, una estrategia anunciada por el príncipe heredero Mohammed bin Salman en 2016 que pretende desarrollar el sector turístico y el Patrimonio Nacional, aumentando en casi el doble el número de sitios que se pueden visitar en el país (de 241 a 447).

Saudi Vision 2030

Dentro de este plan también se encuentra la aprobación, de un visado de turismo que permite visitar el país durante 90 días, aunque solo puede ser solicitado por ciudadanos de 49 países, entre ellos, Alemania, Bélgica, China, Dinamarca, España, Francia, Países Bajos, Reino Unido o Rusia.

Otro vestigio de la apertura de Arabia Saudí al turismo internacional es la sugerencia por parte del ministro de Turismo, Ahmed bin Aqil Al Khateeb, en un encuentro de la Organización Mundial del Turismo de coordinar una acción internacional para reactivar el sector una vez se encuentre controlada la pandemia.

Al-Hijr, la hermana pequeña de Petra en Arabia Saudí

Los Saudíes saben que su nueva baza para conseguir atraer al mayor turismo internacional de todas partes del mundo es empezar a permitir que los visitantes, tanto religiosos como no, puedan ver todos los grandes hallazgos y monumentos con los que cuenta el país.

Y eso es lo que está pasando con Al-Hijr (Madain Saleh), antiguamente conocido como Hegra, durante muchos años reservada únicamente para religiosos y que ahora ha abierto sus puertas al turismo internacional. El primer Patrimonio de la Humanidad de Arabia Saudí, concedido en 2008, es ahora una de sus principales bazas para atraer a amantes de las ‘ciudades de piedra’ de todo el mundo.

Esta ciudad, después de Petra, es la ciudad nabatea más importante del planeta y resulta de especial importancia porque da fe de los miles de años de ocupación humana de la zona gracias a sus conocimientos hidráulicos, que servían para extraer el agua subterránea.

Y es que estos conocimientos hidráulicos permitían a los nabateos instalarse en sitios tan remotos como este, en pleno desierto. Los nabateos, además de sus conocidos pozos, también eran especialistas en canalizar el agua de las lluvias hacia cisternas que les permitieran la vida. Una vida que era nómada y donde podían controlar el comercio de las especias. 

Pero aquí no solo encontramos su imponente estructura enclavada en medio del desierto saudí, ya que cuenta con diversas tumbas monumentales bien conservadas con fachadas decoradas que datan del siglo I a.C. al I d.C.

No es lo único con lo que podemos fascinarnos aquí, y es que también cuenta con más de 50 inscripciones del periodo prenabateo y algunos dibujos rupestres, dando así uno de los testimonios más importantes sobre la vida de los nabateos y su civilización.

Aquí hay, nada mas y nada menos, que 111 tumbas monumentales además de sus pozos de agua que dan fe de la sobresaliente experiencia que tenían los nabateos en relación al uso del agua.

Arabia Saudí da un paso más en su apertura al turismo internacional

Designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO —el primer lugar en Arabia Saudí condecorado con esta distinción—, Hegra es la segunda ciudad más relevante del reino nabateo, después de Petra (Jordania). 

Al-Hijr, testigo de la historia de Arabia Saudí

Este lugar arqueológico ha sido testigo del encuentro de varias influencias decorativas y arquitectónicas como la asiria, egipcia, fenicia y helenística. Además, aquí encontramos también inscripciones en diversas lenguas antiguas como la lihianita, nabatea, griega y latina.

Históricamente el sitio de Al-Hijr ha estado ubicado en un punto estratégico y de encuentro entre varias civilizaciones de la Antigüedad tardía, lo que servía como ruta comercial entre la Península Arábiga, el mundo mediterráneo y Asia.

Y es precisamente por eso por lo que es un testimonio excepcional de importantes intercambios culturales en la arquitectura, la decoración, el uso de la lengua y el comercio de caravanas, siendo uno de los principales ejemplos de comercio internacional de caravanas del mundo antiguo.

A pesar de que es una de las zonas con más relevancia de la cultura nabatea, realmente sabemos poco sobre ellos. Y es por eso que sitios como Al-Hijr son de una extraordinaria importancia, porque prácticamente todo lo que sabemos sobre esta civilización que se asentó en pleno desierto proviene del estudio de las zonas que habitaban.

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