Cultura Empresarial

Cómo elegir el tipo de financiamiento de acuerdo con tus necesidades de capital

En estos momentos de incertidumbre, la liquidez financiera, así como la velocidad con la que se convierten cuentas por cobrar e inventario en dinero, debe ser una de las prioridades de los emprendedores y administradores. Te damos tips para elegir un financiamiento.

Por: Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México

  • Define los motivos por los que necesitas financiamiento.
  • Establece prioridades.
  • Estudia bien cuál es tu nivel actual de apalancamiento y cuál será tu capacidad de pago.

El coronavirus ha puesto en jaque a la economía mundial y, a su vez, es un enorme reto para la operación financiera de las empresas, en especial las pymes y los emprendimientos. Tal es así que 91% de ellos reportó una disminución de ingresos en lo que va de la pandemia, según una encuesta reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), comenta el portal Entrepreneur.

En estos momentos de incertidumbre, la liquidez financiera, es decir, el dinero en efectivo, así como la velocidad con la que se convierten cuentas por cobrar e inventario en dinero, debe ser una de las prioridades de los emprendedores y administradores.

De igual forma, la agilidad para obtener un crédito nuevo, los límites que las instituciones financieras aprueban y las tasas, tienen ahora mayor prioridad. Para comenzar este proceso de selección, recuerda que, a grandes rasgos, existen dos motivos por los que necesitas financiamiento:

  • Gastos de capital (Capex). Inversiones de largo plazo en un activo que va a agregar valor de alguna forma: terrenos, plantas, maquinaria, investigación en nuevos productos, etcétera.

  • Gastos operativos (Opex). Gastos del día a día que se requieren para que la empresa funcione: nómina, renta, materia prima, energía, etcétera.

Una vez establecido eso, puedes entonces definir tus prioridades: ¿es más apremiante  renovar una planta o las complicaciones para cubrir salarios, pagos a proveedores y hasta el envío mismo de tus mercancías?

Un paso intermedio es estudiar bien cuál es tu nivel actual de apalancamiento y cuál será tu capacidad de pago, sobre todo considerando los gastos propios de tu operación y los riesgos de tu mercado —los cuales son acentuados con la pandemia del COVID-19—.

Opciones de financiamiento para Capex

La principal son los créditos tradicionales que los bancos ofrecen a las empresas en las que reciben una cierta cantidad de dinero a cambio de una promesa de pago en el futuro con un costo adicional (intereses).

Su aprobación y línea de crédito dependen de una evaluación previa y se pide un activo como colateral con un valor mayor al del préstamo.

Entre sus ventajas se encuentran:

  • Las posibilidades que te dan para acelerar e invertir en tu crecimiento.

  • Incrementar el retorno sobre los activos de tu empresa.

  • El costo del financiamiento se descuenta de tus ingresos, por lo que ahorras en impuestos.

Por otro lado, para bienes tangibles —como maquinaria y equipo— el arrendamiento financiero o leasing es también una opción a considerar.

Consiste en un contrato en el que un arrendador pone a tu disposición un bien determinado a cambio de cuotas (o rentas) durante un tiempo establecido. Su principal ventaja es que es un gasto capitalizable (es decir, promesas de pago que se traducen en dinero o capital tangible).

En contraste, debes saber que dentro de este esquema no tienes el bien en propiedad y que debes negociar y evaluar bien las condiciones y obligaciones relacionadas.

Opciones de financiamiento para Opex

Foto: Depositphotos.com 

Cómo elegir el tipo de financiamiento de acuerdo con tus necesidades de capital

Una primera alternativa son las líneas de crédito revolventes, en la que cuentas un límite autorizado con el cual accedes solo al capital que requieres en el momento (similar a como operan las tarjetas de crédito). Cuando ya no utilizas el dinero, pagas de vuelta al banco para no generar intereses sobre ese monto.

Vale la pena considerar que en este esquema también se suele requerir un activo como colateral, además de que puede no ser suficiente cuando incrementas tu nivel de ventas o si logras un crecimiento en determinado momento.

Otra buena opción es el factoraje, especialmente porque es un financiamiento de corto plazo que dura solamente el periodo de crédito de la factura.

Consiste, básicamente, en financiar tus facturas al convertir tus cuentas por cobrar, en efectivo.

A diferencia de los créditos, el factoraje es un financiamiento que funciona como una transacción comercial: un factor (es decir, quien ofrece el financiamiento) adelanta el pago de facturas que un comprador va a pagar a crédito, sin que debas comprementer un colateral.

Esto implica que en tus hojas de balance no aparece como una deuda, sino como efectivo.

¿Entonces qué conviene?

Nuevamente, depende de lo que necesitas al momento de solicitar el financiamiento. Por ejemplo, utilizar créditos bancarios tradicionales para financiar tus operaciones resulta complejo y difícil de optimizar: puede suceder que en algunos meses te sobre dinero y, aún así, deberás pagar intereses sobre ese dinero, o te puede faltar.

Esto no debe desanimarte respecto a los créditos porque, de hecho, la deuda es buena y necesaria: es vital para invertir en áreas clave de tus finanzas y, como mencionamos, te ayuda a ahorrar en impuestos.

Una de las conclusiones a resaltar es que lo importante es guiar esas inyecciones de capital de la forma correcta.

Así, los créditos bancarios o arrendamiento que tengas oportunidad de tomar son perfectos para liberar otras fuentes de capital e invertir en Capex, mientras que otras opciones como el factoraje te ayudarán a enfrentar retos a corto plazo y cumplir a tiempo y en formar con tus obligaciones inmediatas (Opex).

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