El confinamiento revela la escasa digitalización de las empresas

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Digitalización. La inversión en tecnología está estancada y en las pymes es menos del 5% del total

Las empresas se enfrentan a la paralización de la actividad económica que ha conllevado el esfuerzo por frenar la expansión del coronavirus con un déficit de digitalización: aunque el 22% de los trabajadores podría trabajar desde casa, el año pasado apenas lo hicieron 1,5 millones de personas, el 7,5% del total.

“La tecnología está disponible, pero ha faltado inversión de las empresas en el sector y formación de los trabajadores y ahora eso es muy difícil improvisarlo”, señala Joan Ramon Barrera, presidente del Cercle Tecnològic de Catalunya (CTecno), la fundación que impulsa las tecnologías de la información.

El 58% de las empresas no tienen personal que pueda trabajar en un entorno digital, pero tampoco lo forman.

El Enabling Digitalization Index, que elabora el grupo Allianz, sitúa a España en el puesto 27 de los 115 estudiados, en una lista que encabezan Estados Unidos, Alemania y Holanda como los tres países más avanzados en la digitalización de las empresas.

“España sigue estando en la frontera entre las economías de segundo nivel y las más avanzadas del mundo en materia de digitalización”, explicó Carina Szpilka, presidenta de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) en la presentación del último informe sobre el Estado de la Digitalización en España .

El informe de la asociación asegura que “aunque es difícil encontrar hoy empresas que no usen tecnologías digitales, en la mayoría de los casos no se aprovecha todo su potencial”.

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Los datos de IDC Research señalan que la inversión en tecnologías de la información en España alcanzó en el año pasado los 48.800 millones de euros, y es aún menor que en el 2008.

La magnitud de la cifra, además, lleva a engaño: 1.400 millones corresponden a inversiones de capital en empresas de sectores tecnológicos; 34.500 millones de euros a la facturación de las empresas de telecomunicaciones y otros 5.500 millones la inversión que estas grandes firmas realizan en despliegue de redes y en actividades de I+D, según los datos de Digital.es, la patronal de los grandes operadores de red de España.

La escasa digitalización viene marcada por las propias características del tejido empresarial español, formado por microempresa, y por el peso de sectores poco innovadores como la hostelería y restauración y la construcción, de manera que según Eurostat el 57% de las empresas españolas tiene un bajo nivel de intensidad digital.

Así, según el European Private Business Survey 2019, elaborado por PwC, aunque el 78% de las empresas medianas españolas consideran “muy relevante” la digitalización para su supervivencia (frente sólo el 65% de las europeas) prácticamente no invierten en ello:

sólo el 22% de las compañías entrevistadas presupuestan para digitalización más del 5% de sus inversiones, en contraste con los países más avanzados (Dinamarca, Noruega o Suecia), que destinan a ello entre el 42% y el 50% de sus fondos.

La escasa digitalización se relaciona también por la escasa cualificación del personal. Sólo el 42% de las empresas consultadas en el barómetro de CTecno considera que su personal tiene competencias adaptadas a la era digital, pero son aún menos las que ofrecen formación generalizada a su plantilla (el 32%).

Un estudio realizado por UGT destacó que en el conjunto de España el 33,5% de los trabajadores asegura que no sabe manejarse en entornos de trabajo digitales básicos (ordenador o PDA).

Joan Ramon Barrera destaca que la clave para adaptarse a la crisis ha sido precisamente la cultura empresarial de las empresas. “Los grandes fabricantes como Microsoft o Citrix están ofreciendo licencias gratis de sus aplicaciones durante seis meses… pero las empresas no pueden aprovecharlas porque su personal no podría usarlas”, lamenta.

A su juicio, las empresas han utilizado la tecnología para hacerse más eficientes y reducir costes, o como canal de venta comercial, a través de páginas web, pero no para cambiar cómo se hacen las cosas. “La tecnología no se ha orientado a sus propios trabajadores, y ahora es muy difícil forzar ese cambio cultural a toda prisa”.

“Hay industrias enteras que se han de transformar y esta crisis les obligará a hacerlo porque advertirán que no hacerlo las sitúa al borde del cierre”, explicó. “Esta crisis marcará un antes y un después en la digitalización del país”, señala.

El confinamiento revela la escasa digitalización de las empresas