Cultura Empresarial

El ABC que debes dominar para tomar mejores decisiones

Considera que aquellos que se animan a correr el riesgo de decidir, son más felices, ya que no solo obtienen mejores resultados, sino que se sienten mejor con su vida.

Consultor, y asesor de grandes empresas transnacionales, Ernesto Weissman, especialista desde hace más de dos décadas en estrategia y toma de decisiones, considera que para tomar una buena decisión es importante considerar que hay distintos pasos para hacerlo de forma ordenada, objetiva, razonada y efectiva. Su expertise y renombre lo ha llevado a liderar Tándem Soluciones, la consultora más importante en este rubro en Latinoamerica.
El especialista cree realmente en el poder trasformador de las decisiones. Considera que aquellos que  se animan a correr el riesgo de decidir, viven mejor, ya que no solo obtienen mejores resultados, sino que se sienten mejor con su vida, porque toman el timón de la misma, a pesar de las fuertes mareas que puedan surgir en el camino.
“Hay decisiones que tomamos en segundos, que yo llamo casuales, quizás el 80 por ciento de estas sean casuales. No tomamos conciencia de las decisiones que vamos tomando, lo hacemos de modo instintivo sin ponerlas bajo la lupa, siendo que uno es al fin y al cabo, la suma de las decisiones que ha tomado”, asegura el también expositor.
Cuando se trata de tomar decisiones Weissmann sugiere la aplicación de los siguientes pasos:

  1. Entender el objetivo de la decisión. Quien decide debe tener claro sus motivos, sus propósitos. Deberá considerar las alternativas que tiene disponibles, ponderar qué se puede y que no. Entender cuál es el puerto al que quiere dirigirse, pensar estratégicamente. Todas las decisiones deben tener un fin, sino hay tal tampoco hay una posible alternativa.
  2.  Los caminos posibles. Entender cuáles son las alternativas de las que dispone el que va a tomar una decisión, es decir, los caminos posibles que necesariamente deben conducir a conseguir el  objetivo que necesita cumplir. Esta etapa es de análisis, requiere que la razón se ponga a trabajar, ya que “las decisiones de negocios hay que tomarlas racionalmente”, asegura el profesor universitario en México y Argentina.
  3. Considerar los riesgos. Todas nuestras decisiones acarrean cierta incertidumbre. Deberemos entender cuáles son las variables críticas. Analizar cada una de las alternativas para ver cuál es la que más se acerca a mis objetivos. “Buena parte de las decisiones que tomamos no se concretan, por falta de planificación, de  detalle, y a la hora de ejecutarlas vemos que son muy distintas a lo que habíamos pensado”.
  4. Implementación. Para el analista, una decisión que no se implementa es un mero ejercicio intelectual, pero mucho más caro y frustrante. A todos nos gusta poder implementar las decisiones que tomamos, para eso hay que preparar el terreno, entender quiénes son los actores, entender a detalle cómo hacer la ejecución, conocer todas las partes involucradas para asegurar que esa implementación se concrete.

¿Cómo son las decisiones de los emprendedores?

Para Weissmann, los emprendedores necesitan impulsar decisiones. Deberían ser los primeros que además de tomarlas, arrojen o impulsen a otros  a decidir. “Detrás de cada historia de éxito hay un sinfín de buenas decisiones que se tomaron; atrás de los emprendedores exitosos, hay un montón de decisiones con resultados favorables. Detrás de estos resultados hay historias de decisión. Porque emprender es decidir. Una de las lecciones de éxito se relaciona con el proceso de la toma de decisiones”, asegura.
Dice  que el principal atributo de un emprendedor es ser un decisor. Es alguien que está dispuesto a salir de lo establecido en busca que un sueño, aún con el riesgo que supone que le vaya mal o tener un fracaso. “Cuando alguien decide emprender para tener una vida mejor esto le trae potencial, libertad, alegría, responsabilidad, mucha más que cuando son terceros los que deciden por nosotros en las empresas”.
Para el analista argentino, el individuo que crece en una compañía es aquel que toma riesgos, toma decisiones por sí mismo.  “Claramente creo que es mejor, y más fructífero para uno ser de aquellos que decide y no ser un simple espectador. Hay que salirse del  mundo actual en el que se está, y buscar el mundo deseado.
El ejercicio de decisión  -ese  que te permite ir del mundo actual al mundo deseado-, es un ejercicio de influencia. Aquel que está dispuesto a tomar ese desafío, para hacer ese ejercicio de influencia que llamamos decisión, se va a acercar más al mundo deseado que aquel que no lo hace.  La gente que es curiosa, que es inquieta, que se propone cosas, que tiene desafíos probablemente tenga  más probabilidades de acceder a ese mundo deseado.
Los emprendedores, todos, parten  de tener un mundo deseado al que quieren llegar. El emprendedor es alguien que parte de un sueño, una visión, de un propósito. Es aquel que quiere  cambiar el mundo, generar algo distinto: productos, servicios diferentes. Deberá contar con ese  empuje vinculado con el mundo deseado. El emprendedor es por naturaleza una persona a la que llamo un decisor y  no solo un espectador”, concluye.
 
Con información de Entrepreneur.

Revista Gente Q.Roo

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