Las crisis recurrentes dejan un efecto de pesimismo que hace que las empresas se enfoquen en el presente y dejen a un lado las actividades de desarrollo necesarias en la supervivencia de estas.
Adicionalmente, conforme la economía se globaliza y los ciclos de negocio se acortan, las empresas emplean poco tiempo en actividades de real desarrollo y aportación de valor, por distraerse con actividades de supervivencia en el corto plazo.
Pareciera que algunas empresas viven en un mundo de orientación a corto plazo, de estricta supervivencia donde los recursos se buscan para cubrir sueldos, proveedores y algunos gastos eventuales y otro mundo, donde las empresas están en constante expansión, donde existe una visión de desarrollo y planes concretos para materializarla.
En este mundo hay una política de uso e inversión de recursos en procesos y productos que maduran en una filosofía de mejora continua. Idealmente todas las empresas debieran ubicarse en este mundo.
Una de las principales claves de éxito para las empresas se encuentra en su capacidad para conciliar los dos mundos, el de la solución de los problemas del corto plazo y el del desarrollo estructural de su futuro.
Hay un conocido refrán en nuestra lengua que reza “lo urgente no deja tiempo para lo importante”, es muchas veces muy cierto, nos ocupamos tanto con toda la retahíla de problemas del corto plazo que dejamos de ver las cosas (no solo del negocio, sino algunas veces de nuestra vida personal) que son realmente importantes en nuestra existencia.
El secreto entonces radica en saber emplear sin hacer a un lado la necesidad de utilizar recursos y energía redefiniendo su futuro:
Una manera en que propongo que la empresa desarrolle una cultura de atención se basa en la noción llamada imperativos de negocio.
Una definición común del término imperativo, la remite al desarrollo de prioridades, vistas “como deber o exigencia inexcusables” (www.rae.es). Los imperativos se convierten entonces en exigencias para el desarrollo de negocios y la idea es adoptarlos como un principio de gestión de empresas.
En las clases de marketing de servicios del Tecnológico de Monterrey analizamos un esquema que quisiera presentar y que sirve de contexto para explicar el titulo de este artículo. Cómo poder trabajar en el desarrollo de un negocio cuando este se encuentra sumido en una crisis económica y de crisis económica y de confianza.
La idea es siempre considerar los cuatro y no quedarse solo con el primero, hay que empezar por lo urgente, pero también dedicar tiempo a lo importante. Bajo este esquema ¿cómo estructurar un proceso que tome en cuenta los cuatro, sobre todo ante la presión que la operación diaria crea en las empresas?
La respuesta es hacer un plan de negocio que contenga actividades dedicadas a los cuatro imperativos. Tiempos difíciles requieren soluciones creativas, esto lo hemos sabido siempre. Es importante salirse de la inercia y buscar el cambio con sentido de dirección.
Este cambio, tiene que ver más con la manera en que los líderes de las organizaciones ven estas, que con los recursos monetarios o de gente. Es evidente que existen razones sobradas para pensar que los problemas del país y de las empresas que se desarrollan en este son bastante serios. Sin embargo, se pueden diseñar respuestas “adaptadas a la crisis” para desarrollar productos y mercados.
Un conocido autor en el tema de estrategia de empresa en los Estados Unidos, el Gurú de negocios Ram Charán, propuso el año pasado una nueva forma de ver las cosas, que él llama “la nueva normalidad”.
Bajo este esquema, las empresas deben acostumbrarse a que lo que se llama crisis económica no terminará en un ciclo corto. Las empresas deben pensar en un escenario de contracción económica en el largo plazo y ajustarse a esta nueva realidad de los mercados.
Con esta nueva “normalidad” las empresas deben encontrar nuevas maneras de hacer sus negocios rentables y exitosos en una economía bajo un largo periodo de contracción o de crecimiento limitado.
Los imperativos nos recuerdan lo importante que es ver más allá de las consideraciones de corto plazo. El origen y éxito de la empresa inicia con una visión, es importante mantenerla vigente a través del proceso de desarrollo. Ahí es donde los cuatro imperativos de crecimiento tienen mucho que aportar.