Turismo

Marbella: glamour, caída y resurrección

Para la temporada de verano, arribaron casi 20 mil turistas de Kuwait, Arabia Saudita y Catar gracias a la apertura de nuevas rutas aéreas

“Ni una casa sin su piscina, ni un hombre sin su caviar”. La historia dice que esa frase la pronunció el empresario, cineasta y escritor Edgar Neville allá por los años 50. Y fue algo así como el inicio formal de Marbella.
Neville tuvo una de las primeras grandes villas a orillas del Mediterráneo, en esa ciudad llamada a ser la joya del sur español. Lo visitaron figuras ilustres como Jean Cocteau o Pablo Picasso, y durante años esa mansión fue el epicentro de fiestas y reuniones que la convirtieron en uno de los puntos de encuentro del jet set europeo.
Los años le depararían un destino menos grato, como a toda la ciudad. Luego de ser adquirida por Sean Connery, esa misma mansión se convirtió en parte de una de las más grandes tramas de corrupción urbanística de las que se tenga noticia.
Como si todos los avatares del destino de Marbella se hubiesen replicado en ella, años después se puso en venta en 15 millones de euros, pero ya ni le alcanzó para ser la casa más cara del lugar. Sucede que Marbella ha alcanzado niveles de exclusividad únicos. En Nueva Andalucía, un complejo situado en la Milla de Oro (el epicentro del lujo y la exclusividad) hay una mansión de 50 millones de euros que es la más cara de España. En Mijas, otra de las ciudades turísticas de la Costa del Sol, hay una mansión en venta por 35 millones de euros.
Hay, también, viviendas sin precio. La familia real de Arabia Saudí es habitué de Marbella. Allí construyeron su propio palacio, Al-Riyad, en el corazón de la Milla de Oro. Se trata de un complejo gigantesco con cuatro mansiones, una mezquita y un helipuerto. Imaginarle un precio a todo eso es ingresar casi en un mundo de ficción.
Lujo y derrama económica
La atracción del mundo árabe por Marbella ha sido constante. Pero este año se quiso ampliar ese mercado. Tan sólo en el mes de julio, para la temporada de verano, arribaron casi 20 mil turistas de Kuwait, Arabia Saudita y Catar, gracias a la apertura de nuevas rutas aéreas.
No se trata de un dato menor. En julio de 2017, solo 477 personas de esas nacionalidades habían llegado a Marbella. La diferencia es abismal y se nota en todos lados. Se trata de turistas multimillonarios, con la suficiente cantidad de petrodólares para comprar todo lo que quieran, y dejar una huella muy firme de eso que se llama “derrama económica” del turismo.
Marbella es eso, y es también las playas y el centro histórico, con sus callecitas laberínticas y de una belleza casi de cuento infantil. Todo está reparado, pintado, y preparado para el deleite visual. En las noches, esas calles se convierten en un gigantesco complejo de restaurantes gourmet
Un quintanarroense no puede dejar de asombrarse de algo que parece una constante en toda la Costa del Sol: la relación del negocio turístico y la gente; la relación y el impacto de la playa, el lujo y los hoteles, con la ciudad que los alberga. Todos ganan. Pero no todo en la historia han sido buenas noticias. También existieron los años duros.
El Caso Malaya
La mañana del 29 de marzo de 2006 la policía detuvo a 29 personas en varias ciudades del sur de España. El epicentro de todo era Marbella. Se llamó el Caso Malaya, y escandalizó a toda una sociedad que durante 10 años quedó sometida, sin saberlo, a una trama de corrupción urbanística inédita.
El 27 de junio hubo una segunda ola de detenidos, que incluyó a 13 ex concejales del Ayuntamiento. El negocio era simple. Durante la gestión como alcalde de Jesús Gil y Gil, que inició en 1991 y duró 11 años, había un hombre fuerte, Juan Antonio Roca, que se encargaba de operar la entrega de licencias de construcción para realizar obras a cuenta de un futuro Plan Urbanístico que nunca se realizó.
Se vendieron cientos de terrenos públicos, se construyeron viviendas y hoteles donde no se podía, edificios a donde debía haber parques, o gasolineras donde estaban planeadas escuelas. Los datos de hoy lo dicen todo: Marbella tiene 86700 viviendas, y casi un tercio de ellas se construyeron por licencias irregulares. Las casas están ahí; se habitan, ocupan un espacio, se comercializan, pero no existen en ningún Plan Urbano. El caso Malaya también dejó secuelas para las cuentas del Gobierno.
La Cadena Ser de España dice que cada año Marbella destina 24 millones de euros (alrededor de 520 millones de pesos) a pagar los platos rotos de aquel escándalo. El dinero se va entre sentencias firmes en contra del ayuntamiento, a favor de los estafados en el caso de corrupción; la asesoría jurídica, y las millonarias deudas que aquel gobierno dejó en la seguridad social y Hacienda.
Lo bueno es que el caso Malaya no quedó sólo en la tapa de los diarios, sino que llegó a la justicia. Se decidió la desaparición del Ayuntamiento de Marbella, y el municipio estuvo más de un año manejado por una Comisión Gestora. La creación de un nuevo gobierno, y la investigación judicial, terminó con decenas de personas en las cárceles. Al final del proceso hubo 48 detenidos, entre ellos una ex alcaldesa.
La necesidad de recuperar el dinero
El cerebro del caso, Juan Antonio Roca, fue condenado a prisión, y obligado a pagar 232 millones de euros por responsabilidades civiles, 60 millones de los cuales corresponderían a Marbella. Como la cifra es monstruosa, y la capacidad de recaudarla se complica, la Justicia creó un método ingenioso e inédito: una pagina web de subastas, ventadebienesmalaya-roca.com, donde se venden productos decomisados en esa trama de corrupción (desde monturas de caballos hasta hoteles; desde cuchillos o relojes, hasta un atraque en el lujoso Puerto Banús) por 75 millones de euros.
El pasado 22 de junio, el Ayuntamiento de Marbella recibió su primer cheque por 12 millones de euros de esa recuperación económica de aquel caso. Se hará una consulta a los ciudadanos para saber en qué se van a utilizar. Hay también datos simbólicos. Uno de los edificios decomisados del Caso Malaya, será el próximo Palacio de Justicia de Marbella.
“Es muy sintomático que aquello que se utilizó para provecho propio de manera ilegal, revierta de nuevo a Marbella además en condición de juzgado”, dijo el presiente del Tribunal del Caso Malaya a la prensa. La comparación es inevitable. Quintana Roo sufrió una trama de corrupción igual o mayor que esa. Y no es una mala idea buscar los mecanismos para que mucho de lo que desapareció o se robó, vuelva al patrimonio estatal.
El fin de la crisis
La trama de corrupción en Marbella se sintió en la industria turística. Entre 2006 y 2007 el número de visitantes cayó casi un 15%. Marbella tardó 11 años en recuperar aquellos números de éxito. Este mes de Julio fue el mejor en 14 años. Nunca habían llegado tantos turistas extranjeros a la ciudad.
Ha recuperado el esplendor y la belleza y va por la recuperación total del patrimonio histórico, que es rico y variado. Marbella también tiene un aspecto de lujo del más alto nivel, del que ya se habló, y que le da un plus inestimable al producto turístico. Se trata de Puerto Banús y la Milla de Oro, a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad, y que merece unos párrafos propios para una próxima colaboración.

Revista Gente Q.Roo

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