Gastronomía: Nuestra mejor carta de presentación

PAG. 22. JUNIO. 2013. GILDA. TURISMOEl turismo gastronómico nace en Europa durante el siglo XIII. En México este segmento está en pleno desarrollo  y es justo con la firma del Acuerdo Nacional por el Turismo en el 2011 que se pretende iniciar una nueva forma de promocionar a nuestro País pues recordemos que la comida mexicana es considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Queda claro que los mexicanos sabemos comer, y ¡cómo no! si sobre todo sabemos cocinar. Las recetas pueden ser complejas aunque al final suelen ser deleites para el paladar. Desde el ancestral cacao, tan preciado que se utilizaba como moneda de cambio o el maíz que es la base de la comida mexicana; ni qué decir del chile -reconocido en el mundo- y todo en conjunto para crear la fusión de la comida contemporánea.

 Lo que hace inolvidable un viaje además de otros factores es la gastronomía del lugar, desde un restaurante con platillos gourmet hasta el colorido puesto de comida típica visitado por turistas o locales. El turismo de gastronomía hace que el paseante experimente un nuevo sabor y se acerque a las diversas tradiciones que tiene un país o una región, o bien, mimetizarse tanto en la cultura culinaria para preparar platillos y conocer nuevos ingredientes. Una ruta culinaria puede estar diseñada o ser una actividad que encuentre el visitante durante su recorrido turístico. Como ejemplo, algunos lugares o experiencias inesperadas pueden ser: encontrar en medio del río Támesis al Borough Market de Londres, con su extensa oferta de productos elaborados en Inglaterra como lo son el queso, el pan o la carne de borrego; caminarlo un domingo es una experiencia única por tener un toque local y cosmopolita. Así mismo, los mercados de Tailandia o Vietnam pueden llegar a enamorar al turista con el olor de la hierba del limón y el jengibre.

El cómo y dónde influye también en el turismo gastronómico: un paseo en bicicleta por los viñedos de la  Toscana en Italia para disfrutar de un buen vino Chianti es una experiencia que se tiene que vivir.  En el año 2004 España comenzó a promocionar la Ruta del Jamón Ibérico por Andalucía, Castilla y León y Extremadura, una ruta que además de cultural, es deliciosa. No puedo dejar de mencionar una experiencia que también se aplica como parte del turismo gastronómico: la visita a una familia de La Habana, Cuba para comer un rico pescado frito en compañía de los lugareños. No cabe duda que el amor entra por la boca. Sin su gastronomía, un destino queda incompleto como producto turístico. El visitante extranjero puede llevarse a casa una de las tantas y deliciosas recetas con las que contamos en México; así, se llevará nuestra mejor carta de presentación.