¿Pueden los algoritmos ayudarnos a decidir en quién confiar?

El empleo de la inteligencia artificial y los algoritmos para manejar los procesos de las empresas, contratar empleados y automatizar la toma de decisiones de rutina de la empresa va en aumento. Sin embargo, la realidad es que, al menos en algunos casos, los seres humanos muestran una fuerte aversión al uso de algoritmos autónomos.
Si la inteligencia artificial ha de volverse una herramienta de administración importante en nuestras empresas, tenemos que considerar a los algoritmos como asesores confiables para las personas que toman decisiones.
Nos dimos a la tarea de analizar la respuesta de 136 participantes en un simulacro por internet, a quienes se les dijo que se les proporcionaría un compañero para trabajar en un ejercicio. Posteriormente, recibieron una puntuación de evaluación que indicaba la fiabilidad de su compañero, determinada por un algoritmo o por una conversación de 15 minutos entre el director del proyecto y la persona desconocida.
Nuestros resultados indican que la gente piensa que los seres humanos y los algoritmos son buenos para proporcionar diferentes tipos de información, incluyendo la información sobre quién puede ser confiable.
Los seres humanos son más intuitivos, más hábiles en el aspecto social y mejores para captar el punto de vista de otra persona. No obstante, los algoritmos pueden ofrecer información acerca de en quién confiar cuando la información es menos intuitiva y más factual.
Así que, aunque se determinó que los seres humanos poseen las habilidades sociales necesarias para evaluar la confiabilidad, no sintieron que el empleo de un algoritmo ofreciera información menos confiable acerca de la confianza. Cuando les preguntaron a los participantes qué método de evaluación preferían usar, la mayoría de ellos optó por utilizar la inteligencia artificial (el 61 por ciento) y no la apreciación de los seres humanos (el 39 por ciento).

¿Cuáles son las implicaciones de estos hallazgos para las empresas?

En primer lugar, por lo general muchos proyectos de equipo son temporales, y la confianza tiene que generarse en forma rápida. Nuestros descubrimientos demuestran que la inteligencia artificial representa una herramienta de evaluación confiable y legítima, para facilitar este tipo de información “cognitiva” en cuanto a la confiabilidad.
En segundo lugar, las habilidades sociales como la toma de perspectiva, la intuición y la sensibilidad son requisitos previos para determinar la confiabilidad de alguien, y estos se consideran exclusivamente humanos. Sin embargo, nuestros descubrimientos muestran que cuando se trata de comenzar una relación laboral con un compañero, se acepta que los algoritmos son igualmente confiables.
En tercer lugar, los supervisores tendrán que aprender a desarrollar una toma de conciencia, acerca de en qué momento es eficaz delegar las evaluaciones sobre el ambiente de trabajo a un algoritmo.
Por último, los supervisores también tendrán que aprender cómo transmitir a sus equipos la información que proporciona la inteligencia artificial acerca de la confiabilidad de tal modo que la tomen en consideración.
*Autores: David De Cremer es profesor en la NUS Business School de la Universidad Nacional de Singapur. Jack McGuire es gerente de laboratorio y asistente de investigación en Judge Business School de la Universidad de Cambridge. Yorck Hesselbarth es estudiante de doctorado en la ESCP Europe en Berlín. Ke Michael Mai es profesor adjunto en la NUS Business School de la Universidad Nacional de Singapur.
 
Con información de Dinero En Imagen.