¿Qué debo preparar antes de cada presentación?

El método de los 7 círculos para hablar en público.

A lo largo de tu vida como emprendedor tendrás la oportunidad de hablar en público en distintas ocasiones. Ya sea con clientes, inversionistas, socios o colaboradores, la necesidad de presentar a otros tus ideas de manera atractiva es fundamental para el desarrollo de tus proyectos.
Hemos analizado distintos momentos y fórmulas para transmitir una idea a partir de una historia, y hablar usando sistemas de persuasión avanzados. En materia de comunicación, nunca dejamos de aprender.
Pero ha llegado el momento. ¡En una hora es tu gran presentación! Quizás puedas estar nervioso porque sientes que falta algo, pero no te preocupes. Para eso existe el método de los 7 círculos.
Los 7 círculos son las dimensiones de tu presentación, y es sencillo recordarlos porque siguen una lógica que puedes poner en práctica ahora mismo, acompañando el mensaje desde tu cabeza (en donde está ahora) hasta la mente y el corazón de tu público (en donde estará si realizas bien tu presentación).

Imagen: Francisco García Pimentel
La idea de tu cabeza, antes de llegar al público, pasa primero por tu boca (expresión oral), luego se proyecta en tus gestos y movimientos (expresión corporal). Atraviesa por tu ropa (imagen personal), tu presentación (material de apoyo); también por el salón y el ambiente (recursos externos) y finalmente llega a su destino. Es una lógica espacial que puedes repasar en pocos minutos antes de tomar el micrófono. Vamos paso por paso:

1. IDEA Y CONTENIDO

Regla de oro: nunca nunca tomes el micrófono sin saber qué vas a decir. Ni en los negocios ni en la política la improvisación suele entregar buenos resultados.
Así que antes de subir al estrado, pregúntate ¿qué les quiero decir hoy? Una sola idea principal es suficiente, y puede estar preparada en forma de discurso formal o de anécdota. Recuerda que la mejor forma de convencer es a través de historias potentes.
Repasa mentalmente los tres o cuatro elementos centrales de tu discurso. No hace falta que memorices con punto y coma, pero sí que sepas qué vas a decir y cuándo terminar.
Tips: No memorices todo, pero memoriza la secuencia de tus ideas. Una idea central por discurso es suficiente.

2. EXPRESIÓN ORAL

Hay muchas características técnicas en la voz y las palabras. Volumen, impostación, dirección, entonación, dicción, respiración, léxico, proyección, velocidad, pausa, etcétera. Para los comunicadores profesionales (en radio y TV, por ejemplo) cada una de estas características es esencial y altamente técnica.
Para ti, sin embargo, no tiene que ser tan difícil. No te preocupes por “entontar” tu voz o por “hablar como orador”; nada de eso. Basta con que cumplas tres claves: escúchate a ti mismo; habla fuerte y claro. Si lo que estás diciendo es real y te apasiona, tu voz hará su trabajo de manera natural y maravillosa.
Tips: Afloja la mandíbula con trabalenguas antes de tu presentación; no comas ni bebas nada más que agua pura por lo menos 15 minutos antes de hablar (a menos que quieras la intervención inesperada de tus glándulas salivales); prueba con un amigo para ver que te escuches bien en todo el auditorio.

3. EXPRESIÓN CORPORAL

Aquí otro entorno en donde el exceso de “oratoria” puede ser contraproducente. La regla general es que tus gestos y movimientos deben seguir a tus palabras. Si esto no sucede, tu presentación puede resultar confusa y hasta sospechosa.
Por otra parte, igual que con la voz, esto lo hacemos todo el tiempo, todos los días, de forma natural. Trata, sencillamente, de mantener una buena postura; dar pasos firmes y escuchar lo que tú mismo estés diciendo. Si te distraes de tu propio discurso, empezarás a recitar como robot: fracaso asegurado.
El objetivo: proyectar seguridad y dinamismo. Acércate a tu auditorio para aumentar la conexión. ¡Conecta aún más mirando a tu público con confianza y a los ojos!
Tips: Si tienes traslados en escenario, procura quedarte en cada sitio por lo menos 5 segundos. Si hace falta, pégate una cinta en la espalda para no encorvarte. ¡No actúes! Es siempre contraproducente.

4. IMAGEN PERSONAL

La imagen personal importa e importa mucho, porque dice a nuestro auditorio quiénes y cómo somos. Procura vestirte siempre de forma apropiada para la ocasión. Ni muy fachoso ni demasiado elegante. Aprende la regla del escalón: en términos de elegancia procura estar un “escalón” más arriba que tu público.  Pero no más.
Aprovecha y aprende las reglas del vestir. Colores, formas y estilos que van contigo y con tu tipo de cuerpo. Ya sea que vayas formal o elegante, la higiene nunca se perdona: bien peinado, limpio, planchado y boleado.
De fondo, el objetivo es proyectar la presencia de una persona confiable. Antes de entrar a escena revisa tu ropa y presentación, y asegúrate de estar al cien.
Tips: Retira todo lo que tengas en tus bolsillos: cartera, teléfono, monedas, etcétera. En accesorios, uno solo es suficiente si está bien elegido ¡no te sobrecargues!

5. MATERIAL DE APOYO

El material de apoyo es todo aquello que tú has preparado y que acompañará tu presentación. Power Point, impresos, reportes, tastings… todo se vale. Pero ten mucho cuidado:
Nota que el material de apoyo es el quinto de los círculos que has de preparar. Nunca prepares tu material de apoyo sin saber qué vas a decir y cómo vas a hacerlo.
Esta es la regla: el material de apoyo debe ser útil, pero inútil.
Útil porque enriquece y aporta a la idea principal.
Pero al mismo tiempo, debe ser inútil sin la persona que lo presenta. Si tu material de apoyo por si mismo tiene demasiada información o explica todo… ¿para qué sirves tú?
Idealmente, debe ser sencillo, breve, con muchas imágenes y poco texto. Bien diseñado y bien utilizado. En la presentación el protagonista eres tú; no tu laptop.
Tips: revisa siempre el cañón, el sonido y tu computadora antes de empezar. ¡No quieres sorpresas de último momento!

6. RECURSOS EXTERNOS

Los recursos externos son todos los elementos que no dependen de ti, pero que afectan tu presentación, de forma positiva o negativa.
El sonido, el espacio, el auditorio; la hora del día, el ruido externo, los distractores; lo que sucede antes o después de tu presentación. Todo afecta.
La regla es la flexibilidad. Mantente consciente de que pueden suceder miles de cosas que interrumpan o afecten tu presentación. No te asustes, ni te preocupes. Más bien, mantén la calma e introduce estas variables de manera natural en tu discurso. Si un niño comienza a llorar, o se mete un perro al auditorio… ¡no pierdas la cabeza! Haz una pausa, una mención amable, distiende el ambiente y continúa.
Tips: prevé todo lo que puedas. Pregunta siempre cualquier duda que tengas; sube al escenario y camina, prueba los micrófonos. No asumas nada y haz propio el escenario aunque sea la primera vez que lo pisas.

7. PÚBLICO

El público siempre tiene la última palabra, y debes estar preparado para cambiar tu discurso y tu estilo dependiendo del público que te toca. No es lo mismo hablar ante muchachos de secundaria que ante doctores universitarios; ni lo mismo hombres que mujeres; ni lo mismo veinte personas que mil. Adecua tus palabras y tu presentación a las personas que han de escucharlo.
Antes de preparar tu contenido, pregunta ¿quién será mi público? ¿Cuánto? ¿De qué edad? ¿A qué hora del día?
A fin de cuentas, tu público es tu mayor megáfono, y si haces bien tu tarea, después ellos la compartirán con otros. Los grandes oradores son aquellos que saben “leer” bien a su público y conectar con ellos de forma genuina.
Tips: conecta con ellos, míralos a los ojos; haz preguntas y permite que participen –si es posible-. Permite que rían o comenten, dales tiempo para respirar. Si el público se va contento, habrás hecho bien tu trabajo.
Si repasas los 7 círculos antes de cada presentación, estoy seguro que tendrás un éxito espectacular, cada vez, frente a todos los públicos. Poco a poco serás reconocido como un experto y un líder, y la gente te buscará más y más. No es suerte. Es técnica. Y tú puedes aprenderla y practicarla.
 
Con información de Entrepreneur.